Como leche y miel

Prólogo (El amanecer...)

"Nadie se olvida de olvidar."

Día 0

¿Alguna vez se han olvidado de una persona? ¿Una persona de carne y hueso, que no sea de tu imaginación? ¿Una persona especial para ti? ¿Esa persona que has querido más que a nada? Pues yo sí. Olvidar a una persona que has amado por mucho tiempo... no es fácil... Pero lo logré, pude hacerlo. ¿Quieren saber mi secreto?

-Mentir es malo. - Una voz resuena en mi cabeza.

Abro mis ojos, todavía no se acostumbran a la luz de la mañana. Estoy en una habitación con una ventana pequeña, pero lo suficientemente grande para que entren rayos de luz. Trato de levantarme, pero solo consigo sentarme en la cama. Se ve que el piso esta frío.

-Igual que tu corazón. - Otra vez la escucho. Acaso ¿Lee mis pensamientos?

-Creo que me estoy volviendo loco-susurro.

-Yo también pienso lo mismo.

- ¿Qué? - digo asustado.

De la nada recuerdo algo, y me empieza a doler la cabeza. Peter me dijo que, si volvía a escuchar voces, me relajara. Cierro los ojos y empiezo a soñar. Veo varias partes de mi vida en distintas imágenes, las cuales se juntan y juegan entre ellas, formando una película.

Estoy en la calle. Veo a una chica parada en la misma vereda que yo. ¿Qué hago acá? Un edificio aparece a mi lado. Es similar a un colegio, es de color burdeo y su símbolo es una llama. Otro edificio se levanta al otro lado de la calle.

- ¿Otro colegio? -ignoro la voz. Este edificio es amarillo y su símbolo es una gaviota. Siento que conozco el colegio, pero ¿Qué hago aquí?

-Solo necesitas recordar- dijo la voz.

- ¿Quién eres? ¿Qué tengo que recordar? - respondo.

- ¡Recuerda lo que olvidaste! -la voz sonaba con más fuerza.

Sigo detenido entre los edificios. Ella camina hacia a mí, se detiene frente a mi rostro. Siento su respiración, lenta y profunda. Ella es de tez blanca, con pómulos rojos, más baja que yo, con el pelo largo hasta el busto, sus ojos son hermosos, de color castaño. Quisiera saber su nombre, pero no me sale la voz ¿Por qué?

- ¡Recuerda! – la voz sigue hablando.

Ella me acaricia la cara, parece que me conoce.

- ¡Recuerda!

Me toma la mano y entrelaza sus dedos con los míos.

- ¡Recuerda, ella nunca te olvidó!

Los ojos de ella me hacen recordar a alguien. Aparto la mirada para no recordar, pero al devolverla... la chica ya no tiene ojos.

Empiezo a gritar.

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