☯︎ 𝕐𝕠𝕦 𝕔𝕣𝕖𝕒𝕥𝕖𝕕 𝕞𝕖 ☯︎

☯︎Cuatro☯︎

Izuku se encontraba en una sala de interrogatorios, Aizawa había sido asignado a él ya que su quirk permitía inutilizar el poder del peliverde ante cualquier agresión. Al entrar lo único que pudo ver fue a un joven chico con una sonrisa, divertido de la situación.

—Veo que no podré escapar tan fácilmente de aquí. —rió.

—¿No crees que estás muy feliz?, por si no lo has notado estas encerrado.

—Querras decir que aún lo estoy, un par de héroes de cuarta no pueden detenerme. Eraserhead ¿verdad?, tal vez tu quirk me mantenga al margen ahora pero no estés tan confiado.

—Al parecer tampoco respetas a tus mayores mocoso. —dijo algo irritado por la actitud del menor.

—¿Respeto por ti?, ningún héroe lo merece.

—Eres aún peor que Stain por lo que veo.

—Stain tenía una ideología válida pero no sabía cómo es All Might como yo.

—¿Y según tu cómo es? —alzó una ceja en espera de la respuesta.

—Egoísta igual que todos ustedes ¿creen que tener una capa los hace mejores que nosotros los villanos?. Déjame decirte que no es así.

—Salvamos personas, ustedes las ponen en peligro. No son mejores que nosotros niño.

—Nunca he dicho que nosotros fuéramos buenos. Los civiles no tienen la culpa de creer sus mentiras, ustedes son la enfermedad del mundo.

—No tengo tiempo para tu moralidad, solo escribe aquí tu declaración. —le extendió un papel y un bolígrafo.

—¿Están grabando verdad?, haré algo más fácil que escribir en un tonto papel —el peliverde dirigió su vista hacía una pequeña cámara que se encontraba en un rincón de la habitación—. Yo asesiné a todos esos héroes, los herí de graves y lo volvería hacer ya que es lo menos que se merecen. —con eso dicho Midoriya ya no dijo palabra alguna.

Aizawa se retiró ya que Izuku no pensaba cooperar en nada más, al llegar a la salida All Might lo estaba esperando algo ansioso.

—¿Ha declarado? —preguntó el rubio.

—Lo ha hecho pero de una forma algo...extravagante. —suspiró cansado.

—¿Crees que él pueda...ya sabes, cambiar?

—Dime que no estás pensando lo que yo creo.

—El joven tiene razón, es mi culpa por darle la espalda, tal vez esta sea una oportunidad para guiarlo por el camino correcto.

—¿Te das cuenta que ese niño te odia verdad?, además ¿quieres ayudarlo por él o quieres hacerlo por ti? —lo miró acusatoriamente.

—¿Qué quieres decir?

—Tu mismo lo has dicho, quieres hacer esto porque la culpa no te deja en paz. No puedes vivir con la idea de que tus acciones crearon a un monstruo como él.

—Tal vez tengas razón pero tengo la intención sincera de ayudarlo. Aunque me odie lo haré. —el héroe número uno se encaminó en dirección a la entrada de la prisión.

—¿Qué rayos haces?

—Iré a hablar con él. —dijo decidido.

—Es mala idea. —el rubio lo ignoró y siguió su camino, antes de entrar a la habitación de interrogatorios soltó un largo suspiro. Esperaba todo saliera medianamente bien.

—¿Cómo está joven Midoriya? —saludó cortésmente.

—¿Qué haces aquí? —la sonrisa que todo ese tiempo había estado en su rostro se borró instantáneamente al verlo.