One shot Robin's.

Prometida.

Era estúpido llorar por un chico siempre lo supe, pero no tanto luego de dejarle el ojo morado. Pero yo sabía donde me metia al tener una relación seria con Dick, cosas que el no entendería jamás, aunque yo en realidad era la otra, contra todo yo y kory eramos buenas amigas, Mas haya de Dick eramos amigas, Pero yo sabía que ella era la reina de ese corazón. Pero aún así dolia... porque yo era la prometida.

Tenía una semana para casarme, debía estar feliz disfrutando de mi esposo o mi despedida de soltera, pero en ves de eso estaba tirada frente a un Super terminando. Mi décimo novena lata de cerveza.

-Pensé que era cosa de chicos hacer esto.
La voz de Tim me hizo mirarlo, se veía sonriente aun con todo.

-Si bueno, siempre rompí los roles de género.
Aclare y el sonrió.

-Si, lo sé. ¿Me Dirás que paso?
Me pregunto y yo solo me quede en silencio mientras terminaba mi cerveza.

-Dick fue a buscar a Starfire apenas supo que ella se iría a Tamaran otra vez.
Le dije oprimiendo mi lata hasta hacerla pedazos.
-Al parecer no soy la clase de alien que le gusta.
Mencione abriendo otra lata le ofreció una a Tim y el asedio.
-Siempre supe que kory era a quien el más amaba, cuando fui a despedirme de mi amiga lo vi besándola y rogándole que se quedara, que suspenderá la boda y no se que mas.
Tim tomo mi mano libre y yo suspiré cansada.
-Simplemente le di una cachetada y le dije a kory que ya lo sabia y que no había problema que era todo suyo.
Aclare volviendo a romper otra lata.
-Y ande un imail a todos que se suspendía la boda, y ataque mi comunicador y me puse esto para estar sola un rato.
Mostré el brazalete anti-poderes que Barry y bruces habían creado para toda la familia superman.

-Te ves calmada.
Afirmó Tim.

-Más bien borracha.
Respondió mirando la lata la cual ya estaba vacía.
-Lo bueno de ser mestiza es que puedo ponerme borracha.
Aclare ya con la vos lenta y pisoteada.

-Bueno, solo te diré que no sabes lo feliz que me hace eso.
Admitió y yo lo mire con una ceja levantará.
-Porque ahora puedes ser mía.
Aclaró tomando mí mano sin decir nada más. 

Simplemente nos quedamos hay sin decir nada bebiendo frente a un supermercado hasta el amanecer.

Yo era una prometida desdichada, pero tenía a un buen chico por el que valdría la pena volver a intentarlo.