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El resto de la noche la pasaron hablando, jodiendo, haciendo burlas de ambos besos y con una que otra historia de parte de los dos mayores. Una hora más tarde se dispusieron a ordenar las cosas del living para dejarlo en condiciones antes de subir a dormir.

Una vez dentro del dormitorio, armaron los colchones y se cambiaron a algo más cómodo para poder acostarse. Minho y Jisung compartían la cama, mientras que a Hyunjin le tocaba estar solo en una, aunque en ese momento se encontraba sentado en la de Jeongin al lado suyo.

Se habían quedado hablando un rato más de cualquier cosa, hasta que el peliazul se durmió seguido del castaño, quedando ambos pelinegros despiertos, siendo iluminados solamente por el velador de la mesita de luz.

— ¿Te sentiste cómodo hoy con los chicos? — el menor, quien estaba recostado sobre la cabecera jugando con los mechones del azabache, preguntó con un poco de preocupación.

— Sip, bastante. Son re divertidos, más que nada Minho. — explicó con la cabeza sobre las piernas ajenas, más que encantado con las caricias.

— Me alegra eso. Tenía miedo de que sean muy pesados con vos. Y de hecho sí lo fueron, así que perdón si en algún momento te sentiste incómodo.

— Eu no, nada que ver. Me gustó estar con ellos. — sonrió sin mostrar los dientes, y eso alivió al pelinegro. — Pero me hubiera gustado más estar más tiempo con vos.

Esas palabras habían provocado que Jeongin sintiese una cálida corriente en su pecho, sin poder evitar soltar una risita, dejando ver sus hoyuelos.

— Estuvimos todo el día juntos.

— Me refiero a solos.

Y aunque el menor sabía que se refería a eso, inconcientemente actuaba como si no, intentando evadir esas inquietas sensaciones que Hwang le generaba.

— ¿Tenés ganas de meterte a la pileta? — propuso delineando su nariz con el índice.

— No me dijiste que tenías pileta, sino me traía algo para ponerme.

— Uh, cierto... — pensó unos segundos mirando a alguna parte de su pieza. — Te presto algo mío, ¿querés?

— Dale.

Dicho eso, ambos se levantaron de la cama. Jeongin sacó dos shorts y una remera cualquiera para él. Le tendió una de las prendas inferiores a Hyunjin para que se lo ponga.

Se turnaron para usar el baño y poder cambiarse antes de bajar con cuidado por las escaleras, principalmente por lo oscuro que estaba, y segundo porque no querían despertar a nadie. Antes de salir, el más bajito sacó el chocolate de la heladera para comerlo juntos.

Una vez afuera, el azabache miró con asombro todo el patio. El dueño de la casa se rió por su expresión y colgó las toallas en las sillas de plástico.

— Boludo, tenés alta casa. Después yo soy el tincho.

— No exageres, no es tanto. — restó importancia caminando hasta el borde de la pileta, en donde se sentó metiendo sus piernas dentro. A esta altura ya estaba llena.

— Vivo en departamento, para mí es mucho. — dijo cuando se situó a su lado, copiando su posición. — Está re fría.

— Se supone que así tiene que estar. — obvió moviendo sus piernas a direcciones opuestas. — Traje esto. — mostró el regalo que el contrario le había llevado en la tarde.

— Me había olvidado de eso. — Jeongin le dio un pedacito al mayor para después cortar otro para él mismo. Escuchó un bajito "gracias" al momento de empezar a masticar.

hyunin chatsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora