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01; Parece que me estás tocando.


-Doscientos veintisiete euros es lo que he podido conseguir esta semana.

Ahora mismo Yoongi se encontraba en una pequeña habitación de no más de veinte metros cuadrados. Allí había tres hombres ,aunque sólo uno era el que le estaba prestando atención.

-Tú deuda sigue en pie, nos sigues debiendo cuarenta y ocho mil euros. - Yoongi frunció su ceño al escuchar la cifra.

-Sigue igual que la semana pasada.

-Los intereses siguen subiendo, ya deberías saberlo. Llevas mucho tiempo viniendo por aquí cómo para sorprenderte ahora. - Yoongi sentía como si aquel hombre estuviera escupiendo cada palabra que decía.

-Si esto sigue así nunca podre estar libre. ¿No podéis dejar de subir los intereses? Estoy trabajando día y noche pero aún así nunca es suficiente.

-Pues vende tus órganos o matate, pero los intereses seguirán subiendo. Culpa de ello a tu padre o a tu mala suerte de tener un padre como él.

Y para la desgracia de Yoongi eso era cierto. Hace dos años su padre murió y lo único que le dejó fueron deudas y un bonsái. Al tener en ese entonces solo veinte años y al estar estudiando una carrera no tenía los suficientes ingresos cómo para poder saldarlas. Sobre todo porque eran deudas con la mafia, su padre solo le dejó problemas. Porque , ¿a que clase de tonto se le ocurría pedirle un préstamo a gente peligrosa?

Todavía recuerda el momento en que le comunicaron su muerte. Hacía años que su padre le abandonó a su suerte. Si no fuera por su abuela Yoongi no sabía decir con exactitud como habría podido sobrevivir. Su abuela era lo mejor que le había pasado en la vida, era dulce y cariñosa, se portaba como una madre, una confidente, como su mejor amiga y eso era justo lo que él necesitaba. Por eso se había prometido así mismo hacer todo lo posible para hacerla feliz. Había conseguido una beca en la Universidad por sus estudios aunque no lo cubría del todo así que se buscó un empleo de medio tiempo. Trabajaba en una tienda de conveniencia por las tardes y por las mañanas acudía a la Universidad. Cuando llegaba a casa lo primero que recibía era un beso en su mejilla por parte de su abuela y un riquísimo plato de comida. La vida le estaba sonriendo y el no iba a desaprovecharla. Todo iba estupendamente bien y estuvo así durante un año y medio hasta que un día saliendo de la Universidad dos hombres se interpusieron en su camino.

-¿Tú eres Min Yoongi? - preguntó un hombre alto que se veía desde lejos que no era Coreano por su acento torpe. Aunque como tenía un sombrero que le cubría la mitad de la cara no podía decirlo con exactitud al no ver sus ojos.

-¿Por que lo preguntas? - esos hombres no le daban buena espina.

-¿Eres el hijo de Dong-yul? - se tensó al escuchar ese nombre.

-He's definitely the guy we're looking for.- habló el otro hombre en un fluido inglés mirando al otro. -We have to take him, the boss has made it clear. He has to pay us.- Yoongi trataba de traducir todo en su cabeza rápidamente, esta situación le estaba poniendo de los nervios.

-Disculpen pero creo que se han equivocado de persona. - Necesitaba irse de allí lo más pronto posible. Aunque sabía que no iba a suceder cuando esos dos hombres ya se lo habían llevado a rastras.

Estaba jodido.

-¿En que piensas Yoongi? - preguntó su amiga Lisa mientras terminaba de ajustarse sus tacones. - Parecía que estabas en otro mundo.

-Solo estaba recordando algo de mi pasado que era mejor dejarlo en el olvido. - contestó Yoongi mientras se miraba en el espejo de cuerpo entero que tenía frente a él. Tenía un camisón blanco con toques dorados puestos y un boxer blanco. El camisón tenía un escote que le llegaba hasta el ombligo dejando parte de su pecho y estómago al aire. Todos los bordados eran de color dorado, cosa que hacía juego con el fino listón que tenía en su cabeza que caía con gracia sobre sus hombros su pelo negro contrastaba en sintonía con su pálida piel. El camisón le llegaba por debajo de sus rodillas pero era ancho y se transparentaba así que con un poco de luz se podía ver su figura debajo de este. Se había echado maquillaje en la cara y su amiga Lisa le había echo la ralla del ojo en un tono oscuro dándole profundidad a su mirada. Y esa noche se había puesto sus tacones favoritos los cuales eran una regla de la empresa , aunque el no era muy fan de ellos. Pero tenía que admitir que lucian bien en él, le estilizaban las piernas y lo hacían ver más alto.

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⏰ Última actualización: Apr 30, 2022 ⏰

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Dirty Money. (Kookgi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora