Chapter: Five

45 2 0
                                    

- ¡Ya! ¡Acciona! - gritó Dominic desesperado, Chris simplemente se acomodó sus anteojos de sol y sonrió con maldad.

Tiró un juego de cartas bastante bueno y ganó el juego, Dom golpeó la mesa y bufó enojado. Christopher soltó una risa
- eso te pasa por distraído - dijo en tono de burla
- todo porque tú papá te enseño - atacó otra vez dom
- no es mí culpa que seas una rubia inútil - rió de nuevo el chico de rulos.

- odio jugar las cartas contigo - comentó el rubio mientras dejaba las cartas en la mesa y miraba hacia otro lado cruzando los brazos, con la esperanza de encontrar a Matt entre toda la gente.
- ¿No viste a Matt? - preguntó Chris, no obtuvo respuesta, por lo que dedujo que era un "no".

Aquella mañana si que estaba helada, Dominic había llevado hasta una bufanda y un gorro por la baja temperatura. Opuesto a Chris, que sólo llevó una chaqueta bastante abrigada y ya, odiaba las bufandas y los gorros tapaban sus preciados rulos.

Después de unos minutos más de buscar y buscar a su líder, ambos se rindieron y retomaron el juego de cartas.

Christopher volvió a mezclar las cartas y se las entregó a Dominic para que él las reparta.

- esta vez no te liberas de mí, eh Wolstenholme - comentó sorbiendo un poco de café caliente.

Mientras que Matt, no hacía otra cosa que revolcarse como Emily en su casa, aprovechando que sus padres se habían ido. Era una grandísima oportunidad para poder confesarle que la odia, pero una cosa llegó a la otra y ambos terminaron cogiendo en la casa del teñido de azul.

Al volver del colegio, Chris y Dom decidieron visitar a su amigo para confirmar si todo estaba bien.

Al tocar el timbre y ver que no había nadie, Dominic se las ingenió para subir hacia allá arriba y ver cómo Matt estaba con Emily besándose.

Se pusieron la ropa, era algo bueno. La cara de dom era de sorpresa. Rápidamente bajó del árbol en el que se encontraba y gritó “¡Cuidado abajo!” mientras se soltaba de la rama.

Para su buena suerte, Chris lo atrapó cuando estaba por chocar contra el arbusto espinoso que había allí.
— por poco y te quedas con mucha sangre en aquel arbusto — comentó el de rulos mientras lo dejaba ponerse de pie.

Ambos se fueron de allí sin decir algún comentario con respecto a lo visto por Howard.

Llegaron a una nueva cafetería en la ciudad, y la curiosidad los hizo entrar.
Sentados ya en la mesa, ordenaron algo nuevo.
Había tantos platos tentadores, tantas bebidas nuevas, todo parecía asombroso para el dúo de jóvenes.

Lo más común era ordenar un licuado de fresa con galletas de chocolate, pero Chris cambió el menú
— queremos dos porciones de esa... Cheesecake y dos malteadas de chocolate. Por favor — habló para los dos, Dominic lo miró un poco raro
— y dos vasos con agua, si no es la molestia, claro — añadió sonriente.

La mesera asintió en silencio y se llevó los menús.

— y dime, que viste? — cuestionó Chris, poniendo toda su atención en el chico de ojos celestes, quien estaba un tanto nervioso al recordar lo que había visto.
— a M-Matt y a Emi-Emily b-besarse — tartamudeó mientras intentaba no hacer contacto visual con la mirada profunda de Chris.

Aunque el más grande simplemente lo miró con decepción y negó
— ese muchacho no puede seguir con aquella chica — contestó cruzando los brazos.

Ni bien terminaron la conversación, ya estaba servida la merienda que habían pedido.
Dominic tomó silencioso su malteada
— Emily no es una buena chica, te soy sincero. Ella es mí prima y no tiene nada de bueno, de verdad lo digo — confesó Christopher mientras comía un poco de la cheesecake que había pedido.

— ¡Este plato es una exquisitez! — exclamó feliz mientras se llevaba otro bocado a la boca. Al notar que Chris cambió de tema rápidamente, entonces olvidó lo que habían hablado.

Observó por la ventana, ya no había reflejo del sol, más bien, amenazaba con llover. Por lo que vió, había viento, ya que las hojas de los árboles se movían para el mismo sentido del viento.

Simplemente se quedó callado, gozando la merienda y hundido en sus pensamientos. Soltó un suspiro al terminar y recargó su espalda en el asiento, acariciando su estómago hinchado con la mano.

Christopher lo miró con ternura y luego sonrió tierno.
Aunque pronto el de rulos se levantó y se dirigió al teléfono. Llamó a Matt, invitándolo a pasarse por aquí. El teñido aceptó la propuesta y llegó allí en menos de lo que esperaban.

Se sentó y los saludó a los dos chicos.
Chris se cruzó de brazos y Dominic se acomodo, aún sin parar de acariciar su pancita.
— tenemos que hablar de Emily — dijo Wolstenholme mirándolo, Matthew sintió un escalofrío y tragó saliva nervioso.

Unintended | BellDomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora