Ecos de un sueño lejano

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Aquella mañana era como una cualquiera, desperté con aquel sueño en mente y aquel sol efímero acariciandome la cara.

No recordaba como había sido mi vida antes de todo esto sólo se que era demasiado fácil y sencilla, aunque eso pueda sonar aburrido era feliz. Apenas recordaba como era la que había sido mi madre, ni mis hermanos, jamás tuve padre, el nunca estaba por casa así que sólo recuerdo aquellos batidos y juguetes, era como unas de esas antiguas y ficticias personalidades que se le atribuida la entrega de regalos, a pesar de eso se puede decir que le quería.

Aquella mañana todo parecía tranquilo, no había rastro de los Rhoj ni de los Kraug así que mi camino a Oxido Petreo, uno de los muchos puestos de residencia al fin de la humanidad y de los Shiona, raza extranjera de la cual no se conocía su procedencia, había rumores de que venían de las estrellas, aún que no me lo creo supongo que era rumores.

Saqué mi cantinplora y heche un buen trago de aquel jugo dulce y refrescante hecho a base de raíces destiladas por los Shiona. Recogí mi petate y mis mercancías y retome mi viaje. El paisaje era frío y remoto de lo que fue en su día, el tiempo no perdono a aquellos edificios de piedra roja y de cemento grisaceo, el cielo iluminaba aquellas estucturas recordando lo que fueron en un pasado enseñando sus siluetas, era fácil de distinguir los caminos antiguos a los que ahora utizaban las caravanas y los viajeros. En frente de mi encontré algo de lo cual ya me había acostumbrado pero no me dejaba de impactar al ver, un Shiona parcialmente deborado a un lado de la calzada, por su aspecto parecía haber estado enfermo y que esa era su causa de muerte pues en su rostro magullado, a pesar de sus heridas tenía una expresión de paz cosa que no era común cuando alguien era asesinado por aquellas criaturas.

Ni siquiera me paré a saquearle pues probablemente le quitaron sus pertenencias y lo arrojaron de la caravana después, simplemente me limite a rodearlo.

Frente de mi se alzaba Oxido Petreo uno de los bastiones de la vida justa.

La caída del quinto sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora