Capitulo 1: problemas cotidianos

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Usualmente las historias escritas en un lugar como Wattpad, suelen ser historias de amor increíbles, vidas perfectas, ah y sin olvidar mencionar que siempre son adolescentes.

Seamos realistas, existimos personas que estamos lejos de volver a ser adolescentes. Nos preocupamos por un trabajo (en el que probablemente nuestro jefe sea el ser más amargado del planeta), por pagar impuestos, pagar renta, comprar despensa, hacer comida y un montón de cosas aburridas.

Esta es mi vida. Pero que grosera soy, me presento, mi nombre es Alice, tengo 26 años y soy maestra en una preparatoria de arte, lo sé, lo sé, suena extraño pero al final del día es lo qué hay.

El tráfico no avanza en una de las grandes avenidas de mi querida Ciudad de México y si, ya sé lo que están pensando, las mejores historias suceden en Nueva York, Londres o París, no en México.

-Disculpe, ¿me daría permiso?- dice la señora bien vestida que venía junto a mi en el camión que como cada mañana tomaba y venía lleno.

-Claro- dije amablemente sonriendo y levantándome del asiento para que pudiera pasar mientras un montón de personas que venían de pie comenzaban a aplastarme, lo sé, problemas de tercer mundo.

Volví a mi asiento entre un montón de empujones intentando mantener mi bolsa al frente porque si uno se descuida termina sin cartera o celular. Dirigí la vista a la ventana, las personas parecieran ser las mismas todos los días, se mueven rápidamente de un lado a otro intentando llegar a tiempo a sus trabajos, escuelas o al lugar que sea que vayan.

Cuando solía ser estudiante era exactamente lo mismo, personas corriendo de un lado a otro, tráfico intenso en Reforma, el camión lleno de personas (qué por suerte aún no sudaban), vida de Ciudad.

El camión comenzaba a avanzar un poco más rápido acercándose a mi lugar de bajada. Había 2 rutas que podía tomar, y obviamente 2 camiones distintos. Uno me deja a 2 cuadras de la escuela donde trabajo, mientras que el otro me deja a unas 7 cuadras, ambas eran buena opción.

-¡Gracias!- digo desde la parte trasera del autobús con una voz un poco fuerte antes de bajar. La educación siempre es una buena opción, jamás lo olvidemos.

-¡Buenos dias miss Alice!- me saluda una de mis alumnas de primer grado. Es curioso ver el cambio de cada generación con cada grado. Llegan siendo tan tímidos, sin saber lo que quieren en la vida y salen teniendo un pensamiento un tanto maduro, me hace pensar que hacemos buen trabajo como profesores.

-Hola Lidia, buenos días- le sonrío y camino hacia la escuela. En esta ocasión el camión me dejó en la ruta larga por lo cual debo pasar junto a un banco, atravesar una avenida por donde pasa el metrobús, un par de calles más y llegar al lugar tranquilo: se encuentra en la esquina de la calle en donde hay varios arboles enormes, bancas y una fuente al centro, de ambos lados de la calle hay una "plaza" de esa forma, lo único que cambia es que del lado izquierdo hay unos departamentos de lujo y del lado derecho hay una cafetería.

Miro el reloj en mi muñeca "6:45 a.m" bien, voy en tiempo. Solía ser la alumna que llegaba corriendo porque odiaba despertar temprano, cuando uno es profesor la cosa cambia.

-Buenos días Alice, ¿lo mismo de siempre?- La chica de la cafetería es una gran amiga mía. Solíamos ser compañeras de preparatoria y de aventuras que uno hace a los 15 años.

-Si, lo mismo de siempre Mar- digo mientras busco mi cartera en la bolsa. Una vez que la tengo en la mano saco el billete de $50 para pagar los $20 diarios de mi café matutino.- deberíamos salir a recordar viejos tiempos- rio mientras veo a varios de mis alumnos apurados leyendo sus apuntes, oh si, dulce semana de evaluaciones.

-Omitamos la parte en la que entramos en colapso por no entender Filosofía- ríe y me entrega mi café en mi termo color azul.

-Bueno, ahora podemos revisar los exámenes de mis alumnos- bromeo. Imparto más de una clase porque detesto enfocarme sólo en una cosa, así que en teoría soy todologa. Doy filosofía, solfeo, historia del arte, literatura y conjuntos corales, aunque en los tiempos libres me gusta ayudar a Carla, ella imparte clase de danza clásica.

-Buen día Mar- dice una voz masculina a la cual no le presto mucha atención por estar buscando las llaves de mi casillero.

-¿Qué tal la fiesta de anoche?

-Lo normal, estar en aquellos departamentos sólo atrae gente alzada

-Por fin...- digo por lo bajo cuando por fin encuentro las llaves- bonito día amiga, no le coquetees a todos los chicos guapos ¿de acuerdo?- alzo la mirada y oh por Dios, que tipo tan sexy.

-No es tan fácil hacerlo- dice Mar riendo. Sin más les dedico una sonrisa y salgo de la cafetería. Wow, si pudiera comparar a ese tipo diría sin duda que es un Channing Tatum mexicano.

Camino a prisa para llegar a la escuela. Si pudiera describir su estructura diría que es un edificio típico de oficinas, no tenemos patio pero si una cafetería en el último piso, la ventaja es que cualquier persona que entre se enamorara de la escuela y sabrá lo que es no sufrir frío en temporada de invierno.

Subo las escaleras del edificio rápidamente, veo la hora "6:55 a.m". Llego a la pared de chequeo en donde todos los maestros debemos poner una tarjeta que registra tu hora de llegada y procedo a caminar al salón donde toca dar clase... Hago un repaso mental y, salón 4 de música, me toca clase con un grupo de primero.

-Buen día chicos- saludo amablemente a los 4 alumnos que hasta ahora habían llegado y quienes por cierto tenían cara de querer seguir durmiendo

-Buenos días miss

-Hola

-Buen día profesora

-Hola miss- escucho hablar a mis 4 alumnos, cada uno a su forma. Siempre es un placer llegar y escuchar voces que saluden.

-Maestra buenos días- oh no, aquí viene- ¿podemos hablar un momento?- el profesor Ignacio era un tipo muy insistente en el trabajo (y en querer una cita). Habíamos tenido junta la semana pasada todos los maestros que damos clase de música (al cual denominamos colegio de música) y ya estaba molestando de nuevo.

-Claro profesor- hago una seña con la mano para indicar que entre al salón- Chicos, pueden tomar un descanso de 15 minutos para ir a comprar algo de desayunar o seguir durmiendo en los pasillos si así lo quieren- conocía la vida de estudiante de artes, era mortal. Mis alumnos sonríen y con un "Gracias" salen del salón de clases.

-He pensado muy bien las cosas y creo que su propuesta no fue adecuada para los alumnos- comienza Ignacio- es decir, ¿cómo podemos pensar que los alumnos pueden tocar lo que quieran? Debemos ser estrictos y decidir qué las piezas que interpreten sean solamente clásicas.

-¿A que viene todo este alboroto? Ya lo habíamos platicado en la junta- como le encanta darle vueltas a todo a este tipo.

-Bueno, Alice, los chicos necesitan saber de la buena música.

-En eso estoy de acuerdo pero por eso mismo llevan historia musical en tercero- suspiro- además, no sé cómo esperas que los alumnos de primer grado se interesen en la música cuando los pones a leer partituras de Bach y lo detestan- era real, la mayoría de alumnos que no iban a música se hartaban de la música clásica y terminaban haciendo extraordinarios al terminar el semestre, basta de detener a los alumnos.

-Tal vez...- aquí venía su estupidez- pero bueno el punto es que no se si te gustaría salir a comer conmigo

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⏰ Última actualización: Jul 25, 2021 ⏰

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