único

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Kuroo estaba algo cansado de la actitud de Tsukishima. Está bien, eran rivales pero, ¿realmente era tan importante ese hecho? Antes de rivales, siempre iban a ser compañeros.

Tsukishima estaba sentado en la esquina de la cancha, tomando un poco de agua, con gotas de sudor rodando por sus mejillas y seriedad mostrándose en sus ojos. Cada tanto se acomodaba sus lentes, olvidando que eran los deportivos, y suspiraba todas las veces, al parecer resignado con sí mismo. Kuroo lo observaba desde lejos, también bebiendo agua fresca, con la respiración agitada por el cansancio.

El día anterior habían estado practicando voleibol, junto a Bokuto y Akaashi, y cuando estos dos se fueron a dormir, Kei había tensado su cuerpo por completo, disfrazando su mirada con algo parecido a la amargura. Se había retirado por un rato de la cancha, tomando respiros bastante profundos para compensar el cansancio, y vaciando su botella de agua. El pelinegro lo observaba desde lejos, con ojos tranquilos pero dubitativos.

Kuroo había emprendido camino hacia el más alto, moviendo su cabello puntiagudo levemente para no hacer notar su nerviosismo. "Tsukishima, ¿cómo estás? ¿Te están viniendo bien las prácticas?"

El otro asintió, algo indiferente. "Mejoré un poco, sí."

"Quería que sepas que, cualquier cosa que te pase o cosa que necesites, te puedo ayudar." Kuroo le dijo tratando de sonar casual, pasándose una mano por la frente para deshacerse de su transpiración.

"Bueno, pero no es necesario," respondió Kei. "No quiero mejorar tanto, estoy bien así."

Tetsurou frunció el ceño. "¿Para qué jugas entonces, Tsukishima?"

"Simple: para matar tiempo. Eso no incluye encontrarme con personas metiches, así que, permiso" dijo el rubio, arrugando la nariz mientras agarraba las cosas que había llevado, intentando abandonar el lugar.

Kuroo frunció el ceño, suspirando fuertemente. Cuando Tsukishima volteó a verlo, Kuroo lo empujó a la pared detrás de ellos y puso los brazos del más alto arriba de su cabeza. Éste simplemente suspiró. "¿Realmente estás por hacer esto? ¿Es necesario...?"

"No soy ningún metiche; soy tu amigo, y te quiero ayudar. ¿Por qué es tan grave, Tsukishima?"

"No, pará," respondió Kei. "No es grave, sino molesto"

Kuroo miró a los ojos de Kei seriamente, mostrando cierto desafío en su mirada a la vez. El rubio rió casi cínicamente, tratando de no prestarle atención a toda la situación. Pero esto era imposible en un momento así, con su rival prácticamente inmovilizándolo contra una pared. Eligió devolverle la mirada, aunque por dentro estaba temblando un poco.

"Repudio que seas tan desagradable," dijo el pelinegro, y Tsukishima iba a responderle, pero se quedó con varias palabras amargas en su boca al escuchar lo que el mayor le dijo. "Pero no me molesta... Es medio atractivo."

Kuroo hizo uso de su sonrisa de lado que le daba una apariencia casi felina, relajando su mirada hacia Tsukishima y riendo suavemente. Este otro estaba removiéndose intranquilo, evitando mantener contacto visual con el mayor.

"Andate a la mierda, Kuroo," soltó molesto, librándose del agarre en él a la fuerza. "Y... que duermas bien, supongo."

Con sus cosas en mano abandonó finalmente el lugar, ignorando cómo sus mejillas ardían y la adrenalina se instalaba en su cuerpo. Esa noche no pudo dormir.

Y ahora nos encontrábamos en el día siguiente, media hora después de tener un partido de práctica del Nekoma contra el Karasuno. Kuroo estaba continuamente pasándose la mano por el cabello, algo estresado y agitado, y Kei tenía bolsas oscuras debajo de la mirada, denotando su gran cansancio. El pelinegro dedujo que no había pegado un ojo en toda la noche, pero, ¿habrá sido por lo que le dijo? ¿Que era, básicamente, desagradablemente atractivo?

rivalidad? % kurotsukkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora