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𝐀𝐔𝐍𝐐𝐔𝐄 𝐄𝐋𝐀𝐑𝐀 𝐓𝐄𝐍𝐈́𝐀 un miedo mortal a las alturas, estaba tomando Astronomía y no podría estar más feliz por eso. Fue todo de lo que habló durante todo el verano; aparte de sus nuevas habilidades como Metamorphagus. Había llegado a un punto en el que la tía Meda le había comprado prematuramente a Elara algunos mapas de estrellas para mantenerla informada. Mientras la tía Meda y el tío Ted pasaban por Gringotts para retirar dinero para el viaje de compras, Elara deambulaba.
Cuando Elara descubrió que podía alterar su apariencia a voluntad, decidió que cuando estuviera en público, cambiaría su apariencia para protegerse de las habituales miradas locas y susurros.
Después de luchar consigo misma, Eara decidió sucumbir a su rabioso gusto por lo dulce y dirigirse a la Heladería de Florean Fortescue por un cono de masa de galleta con chispas de chocolate. Mientras se acercaba al escaparate, Elara agachó la cabeza para contar el cambio que tenía en el bolsillo y ver qué tan grande era el cono que podía comprar.
Fue una decisión desafortunada, ya que chocó contra una figura que tenía la espalda como una pared de ladrillos. Tropezó hacia atrás, frotándose la parte superior de la cabeza y murmurando maldiciones en voz baja.
La situación ya desafortunada e incómoda se volvió más desafortunada cuando Elara miró hacia arriba y vio a Harry Potter medio mirándola. Elara arrugó la nariz porque él no debería poder reconocerla. Tiró mechones de cabello hacia su cara y murmuró 'maldita sea' cuando vio que su cabello había vuelto a su estado salvaje.
Elara examinó a Harry y sus dos amigos, quienes también la estaban mirando. Entonces, recordó que se olvidó de disculparse.
─Oh, cierto- lo siento.
Los tres parecían sorprendidos. Les sorprendió que Elara Lestrange, la hija de los dos Mortífagos más temidos, se disculpara con ellos.
Hermione Granger de repente pateó la pierna de Ron Wealey rápidamente como para recordarle algo. Ron se sobresaltó y miró a Hermione antes de que una mirada de comprensión se posara lentamente en sus rasgos.
─Uh... Ginny me dijo que le escribiste... y um... eso fue muy lindo, considerando que pensamos que eras tú quien-
Hermione se aclaró la garganta agresivamente para llamar la atención de Ron. No se dio cuenta.
─ - iba tras todos los nacidos de muggles.
─Bien ─dijo Elara, cargando su peso de un pie a otro.
─Yo también lo siento mucho ─espetó Harry─. No debería- no debería haberlo asumido.
