MAMÁ
- Mamá ¿voy a morir?
- Ambos vamos a morir.
-No es cierto, tú no tienes cáncer como yo.
- Hijo, escúchame, el día que tú mueras, lo haré yo también.
- Promételo mamá.
- Si hijo, es una promesa.
El niño había perdido casi todo su cabello, y las fuerzas. Ya no podía con la bicicleta, ni con el balón, lo que no decaía eran sus risas, su bromas, su vida sostenida en el aire.
- Hijito, aquí está tu amigo, lo voy a pasar a tu cuarto.
- No mamá, yo no quiero ver a nadie, además ese niño no es mi amigo, habla de cosas tontas.
Ella sonríe con levedad e invita a pasar al amiguito, buscando con la mirada alguna esquina de la pared para ocultar la tristeza.
El amiguito, pasa, se sienta a un lado del niñito enfermo y le pregunta lo de siempre, lo de rutina
- ¿Cómo estás?
-Bien, pero enfermo- Sonríen ambos.
-¿A qué jugamos?
-No sé ¿Te gustaría un juego de video?
-Sí ¿Tienes el nuevo? ¿ El de zombis?
Ambos juegan, ríen, se enojan, gritan, la mamá los escucha, y teje en su prenda el hilo de la espera, de la angustia, del sin respiro, del silencio.
-Oye, ya me queda.
Dice el niño enfermo sin despegar la vista de la pantalla del juego.
-Ajà
-Hice una carta para mi maestra, y quiero que se la entregues ¿Me prometes que se la vas a dar?Es que, quiero empezar a despedirme.
- Me gustaría, pero no sé quién es tu maestra.
-Es la maestra Paty, la chaparrita, la que se enoja cada rato, la de sexto año, del salón de arriba.
- Ah, sí ya sé, a lo mejor se la doy, si no se me olvida.
- No se te debe olvidar, si no, ya te dejo venir a jugar.
Silencio, nadie ríe, el tiempo cae del techo las miradas se tensan.
- Sí está bien, se la entrego mañana ¿Y qué dice?
- Pues cosas
- ¿De cuáles cosas?
- Pues de cosas.
- Está bien, no me digas, le pregunto a la maestra.
Juegan por dos horas más, el amiguito se retira, promete volver, el niñito de salud hostigada desea que no lo cumpla.
La carta se la han llevado.
Mañana seguramente la maestra la leerá, sin prestarle importancia, en frente del grupo, pero poco a poco su voz irá cambiando de matiz.
-Niños, ¿recuerdan a su compañerito Juan José? No ha venido porque está enfermito. Pues hoy nos mandó una cartita, se las leo ya que estén sentados y callados.
" Maestra Paty, hola, soy Juanito, el niñito que se sienta a medias del salón, junto a Pedrito, soy al que usted una vez regañó por entrar corriendo al salón después del recreo, es que yo estaba contento porque por fin les pude meter un gol a los del salón de 6to" A".