Rain Adler Summerset , una chica que sufre desde que tiene memoria, ella es abusada por su padre, Ramsés Adler Summerset, quien es un mafioso , dueño de un prestigioso casino en la Gran Manzana. Casino que oculta un terrible , oscuro y perverso secr...
-Reportaré esto a tu padre, estoy seguro que hay algo detrás de esto -dijo yendo rumbo a la oficina de mi padre.
Dios , no puede ser. Quizá que castigo cometerá mi padre conmigo. Subo por la escalera de caracol y voy directo a mi habitación. Me quito las Converce. Me acuesto , luego me arropo hasta arriba, pensando que la cobija es un escudo que me protege del color negro que trae mi arcoíris, sí, mi vida es un arcoíris que trae el negro. Se abre la puerta y mi padre entra con semblante molesto.
-Levantate -dice con voz amenazadora.
Me levanto y paro frente a él.
-Me dijeron que te tardaste mucho hoy, me gustaría saber el porqué -dice cruzando los brazos.
-La clase de hoy se extendió mucho -dije con aire miedoso.
Se acerca con velocidad a mí, me toma por las mejillas diciendo
-Si me llego a enterar que le has dicho algo a alguien, te juro por los huesos de mis padres, que terminarás haciéndole compañía a Ebenezer en el fondo del Hudson -dijo gritándome Y soltandome las mejillas.
-No padre no le he dicho nada a nadie -dije con lágrimas en los ojos muy asustada.
El hace una mueca de aceptación y habre la puerta para irse, pero no sale si no que se queda estático como si se le hubiese olvidado algo. Se vuelve a mí con una sonrisa malévola diciendo
-Por ahí me dijeron también que querías saber que pasó con tu auto -dijo con un brillo de maldad en sus ojos. Enciende el televisor -me ordena
Estoy totalmente aterrada, cuando sus ojos brillan de esa manera solo significa que algo oscuro, sangriento y atroz ha ocurrido. Y sin más, enciendo el televisor. Está puesto en el canal de noticias NY1. No puedo creer lo que ven mis ojos. Una grúa está sacando mi auto del río Hudson. No entiendo por qué mi padre haría algo así, hasta que un bombero habre la puerta del auto. Empiezo a llorar, a llorar desconsoladamente, un llanto incontrolable, no puedo creer lo cruel que es este hombre, ahora se que este hombre no tiene alma. Cuando el bombero abrió la puerta; salió una gran cantidad de agua y esta llevo consigo un cuerpo, un cuerpo descompuesto, piel pálida, hinchada, le faltaban partes del cuerpo haciendo que se viera el hueso en algunas zonas, el cuerpo llevaba un traje negro. Era el cuerpo de Ebbie.
-Monstruo!!! -le grito entre llantos.
-Insolente!! -me dijo dándome una bofetada haciendo sangrar mi boca - ¿Quien te crees para insultarme? Ahora como castigo te quedarás un mes encerrada aquí, solo comerás dos veces al día, llamaré a la universidad diciendo que estás enferma.
-Nooo!! -grite pero pareció no importarle Y se fue cerrando la puerta con llave.
No puedo creer lo malo que puede llegar a ser Ramsés Adler. Y así como lo dijo los días pasan.
Han pasado alrededor de dos semanas. He adelgazado como 5 kilogramos. La comida me la pasan por debajo de la puerta. Ayer me cortaron la electricidad de mi habitación, para estar totalmente a oscuras. Han sido días horribles con frecuentes mareos debido a que la comida viene en pequeñas porciones. No dejo de pensar en lo de Ebbie, verlo en ese estado me dejo en shock. Uno de los hombres de mi padre entra tres veces al día para ver cómo estoy. Extraño también a Gastón. Gastón, eso es!!!. Se me acaba de ocurrir algo. La única forma de romper este castigo. Me levanto de mi cama con la poca fuerza que tengo, tomo el despertador y lo lanzo con todas mis fuerzas al espejo, este se rompe causando mucho ruido, ruido que seguramente habrán escuchado y vienen a ver que pasa, y sin más, agarro un pedazo de vidrio y lo pongo en la mano que tiene la férula, y sin piedad me corto las venas de mi brazo derecho. Es mucha la sangre que corre, arde como si me quemaran con cigarrillos. Me mareo y caigo al piso boca arriba. Uno de los hombres de mi padre entra y me carga. Me aprieta la herida para que no me desangre. Este hombre es raro, no me lleva bruscamente, no me golpea, no me insulta, como todos los demás. Me gustaría saber quién es, pero todo se nubla, todo se oscurece.
Despierto en una sala de hospital, lo que parece ser el New York-Presbyterian, la reconozco por sus grandes ventanas y sus paredes y pisos blancos. Tengo a un joven blanco, cabello negro, ojos azules, parece menor que yo, debe tener alrededor de 20 años.
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Lo miro y se vuelve a mí diciendo.
-Hola señorita -dijo con una sonrisa- mi nombre es Max Ruffini.
Luego de que dice eso saca un sobre de su bolsillo y me lo pone en mis manos, al parecer es una carta. La abro y sonrío, sonrío porque conozco esa letra, es una carta de mi madre.
"Querida hija, me he enterado de todo lo que te ha pasado y de verdad estoy muy dolida por todo eso, me duele que el asqueroso de Ramsés te trate de esa forma tan cruel. Cuando me enteré de lo que te hizo en el brazo... lloré como no tienes idea. Pronto nos veremos y podremos hablar en persona. El es Max Ruffini un joven italiano que conocí hace tiempo, el es de mucha confianza, lo envié para que te protegiera en casos de alto peligro, el esta encubierto, por ende, habrán ocasiones dónde deberá tratarte mal para no levantar sospechas. Max es experto en todas las artes marciales, posee un alto conocimiento en manejo de armas y supervivencia. Apesar de parecer un joven sumiso, créeme cuando te digo que este chico es letal. Bueno hija, te envío un fuerte abrazo, y te digo que pronto nos veremos. Te amo. Con mucho amor... Adelaida Martínez"
Estoy asombrada, mi mamá me está protegiendo. Miro a Max que me mira con una sonrisa en el rostro.
-Bueno pues veo que seremos grandes amigos -le dije estrechando mi mano.
-De eso estoy seguro, no tema señorita, estoy para servirle -dijo tomando la mano que le estreché. Voy por el doctor -dijo levantándose - le diré que ya despertó.
Pasados como diez minutos Gastón entró con una gran sonrisa y Max le seguía detrás.
-Holaaaa hermosa -dijo dándome un fuerte abrazo.
-Holaaaa Gastón -dije abrazandolo más fuerte.
Gaston se sienta a mi lado y me toma por la mano que ahora tiene una herida suturada y me dice
-¿Por que hiciste eso Rain? -pregunta en tono serio.
-Mi padre me castigó por dos semanas, me daba poca comida, me tenía a oscuras, abuso de mi como tres veces. Tenia que hacer algo para salir de ahí Gastón -dije con lágrimas en los ojos.
-Entiendo. Pero si Max no hubiese hecho presión en la herida, Hubieseis muerto Rain -dijo con aire preocupado. Pero tengo buenas noticias... Te quitaré la férula.
Al fin, ya podré usar mi brazo con normalidad. Pasaron como 50 minutos cuando ya Gastón me hubo quitado la férula. Estábamos contado chistes y riéndonos sin parar cuando se habre La puerta de mi habitación y mi padre entra con aire serio a la habitación
