Sinopsis

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Elena tiene 17 años recién cumplidos, una chica de campo común y corriente, acostumbrada a estar sucia, a trabajar duro, adaptada a soportar regaños y el hambre en algunas ocasiones, se ha hecho una chica muy fuerte y muy madura. Bueno, eso hasta que conoció a Enrique, quien era su alma gemela según ella, pero después de dejarla plantada el día de la boda secreta, ella se desilucionó al punto que dejó de creer en el amor.

Elena vivía en el pueblo de Askia, muy alejado de la sociedad, allí no había energía eléctrica y la luz que tenían era la luz del día y ella sabía que debía aprovechar.

La vida no era fácil y mucho menos fácil lo era para alguien de 17 años que no encaja, Elena era morena y de ojos cafés, y las demás chicas del pueblo eran rubias y con ojos grisáceos o de otra tonalidad, su padre le había dicho que eso la hacía resaltar, pero su tía (la cual odiaba a Elena) le había dejado en claro su posición cómo la chica menos, la defectuosa, la que no podía cantar ni bailar cómo las otras, la que no recibía cartas de pretendientes, la que se caía de la carreta por sus zapatos altos que nadie le había enseñado a usar.

Y Elena, le creía todo lo que ella decía, si por algo Elena no hablaba y se sentía menos, era por su tía, quien la despreciaba por razones que Elena no entendía.

Su madre le había dicho a Elena que no era necesario ni eso ni el maquillaje, porque al final no era lo que los hombres buscaban, cuando Elena era pequeña se preguntaba qué quería decir su madre, y a medida fue creciendo lo fue entendiendo, y después de que Enrique se llevara su preciada virginidad y luego la abandonara, ella había entendido que lo peor que podía hacer, era confiar en otro chico.

ImperfeccionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora