PROLOGUE

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OVER ELECTRIFIED.

Jay nunca conoció a sus padres de sangre. Sólo hace poco se enteró de que los que creía que eran sus progenitores, eran en realidad sus padres adoptivos. Jay no conocía la historia de su familia más allá del hecho de que su madre era la maestra del rayo, quien luchó en las guerras serpentine, y que su padre era un famoso actor de cine.

La verdad, no se preguntaba usualmente acerca de su familia de sangre. Nunca le faltó amor y apoyo familiar, siempre recibió aquello de sus padres adoptivos, quienes le dieron incluso más de lo que podría haber pedido. Después conoció a los ninjas, quienes le dieron otro hogar. Nunca quiso indagar más allá, no lo sentía necesario.

Jay nunca estuvo solo.

A pesar de ello. A veces cuando se hallaba sin compañía, vagaba en sus pensamientos y pensaba en sus padres sanguíneos.

¿Por qué sus padres lo abandonaron? ¿Por qué su madre no se quedó con él? ¿Qué fue de ella, es que murió? ¿Por qué su padre nunca lo contactó? ¿Por qué decidió solamente dejarle su herencia y nada más? Comenzaba a hacer cada vez más preguntas y se alteraba. Dentro de si mismo sentía un vacío al que solamente llegaba cuando estaba sin nadie. Y una pregunta resonaba en su mente y lo aturdía: ¿Y si no hubiese sido así?

¿Y si se hubiese quedado sólo?

En esos momentos recordaba a la gente en su vida, quienes le dieron oportunidades y amor. Prefería ignorar aquellas dudas y centrarse en lo positivo. No estaba sólo.

Pero, por mucho que quisiera esconderla, la duda seguía ahí chispeante en su interior. Faltaba algo.

Él era una carga. ¿Dónde estaba la otra?

La electricidad se compone de cargas positivas, pero también negativas.

La electricidad necesita diferencia de potencial para moverse.

Se necesitan dos cargas opuestas
para que el rayo surja.

OVER ELECTRIFIEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora