Tras una maravillosa presentación en Turín los aplausos y reverencias hacia Alice no tenían del todo contenta a su madre. Estaba lejos de la perfección que ella le conocía, desde hace tiempo la veía desconcentrada, pero no era el momento para reprocharle a su hija, solo quedaba festejar.
Con motivo de celebración Alice y su madre salieron esa noche para disfrutar de una lujosa cena juntas, algo pequeño pero tan significativo para la talentosa chica. Sentadas frente a frente, Alice miraba a su madre con una enorme sonrisa. En cambio, Isabelle no quitaba su fría mirada sobre la carta del restaurante, únicamente pensaba en que ordenar.Finalmente, Alice rompió el hielo.
—Gracias mamá, esperaba ansiosa una noche como está.
—Te lo has merecido, lo has hecho bien.
—Por supuesto, ha sido perfecto para mí. ¡Gracias!
—No diría perfecto, simplemente bien.La mirada de Alice cayó sobre el menú y evitó decir algo más, su madre lo notó pero decidió no decir nada al respecto, todo quedó en una aburrida cena entre madre e hija.
Al otro día, Alice despertó sintiéndose más extraña que de costumbre, su estomago dolía demasiado sin ninguna explicación lo que obviamente motivo a no levantarse. Su madre no acostumbraba a esperar tanto tiempo fuera de su habitación así que decidió entrar, inmediatamente acudió a regañarle.
—Tengo cinco minutos esperando allá afuera, eres una irresponsable.
—No me siento bien mamá— respondió Alice, quién se quejaba de manera recurrente.
—¿Que sucede?
—Es mi estómago, tengo un dolor insoportable— dijo mientas se levantaba de la cama para mostrarle a su madre.
—No hace falta mostrarme como se ve, debe ser normal recuerda que estás muy cerca de tu período.
—No digas eso mamá, este dolor no lo había experimentado jamás en la vida.
—Es algo normal— dijo con cierta molestia y nerviosismo— no exageres la situación.
—Por favor, te pido me permitas quedarme en cama solo por hoy.
—Es inaceptable que por algo tan pequeño como un dolor estomacal quieras cancelar la sesión de hoy.
—Por favor, mamá— suplicó.
—Esta bien, solo está vez.
—Lo agradezco— la miró al rostro con una pequeña sonrisa.Al no soportar el dolor intentó dormir, afortunadamente el sueño le venció de manera muy efectiva, al cabo de unas horas Alice despertó para encontrarse con una bandeja de comida frente a su cama, sin importarle como había llegado ahí procedió a comer.
Se sentía un poco mejor, pero el dolor parecía ser algo que jamás en su vida había experimentado, no tenía ningún sentido pues es algo muy normal en las mujeres, sin embargo ahí estaba para incomodarle el resto del día.Llegada la noche Ariana llamó a su amiga quien respondió con pocos ánimos.
—Hola— dijo feliz Ariana.
—Hola— respondió desanimada.
—¿Que pasa, donde quedó el entusiasmo?
—Lo siento, tengo un dolor en el estómago terrible.
—Uff, que duro. Probablemente sea la regla— bromeó.
—No, es algo distinto. No recuerdo haber sentido algo así antes.
—No lo sé, quizá estés enferma.
—Intenté hablar con mi madre sobre eso.
—¿Come te fue?
—Dijo que es algo ridículo y que deje de exagerar.
—Tranquila, mañana estarás mejor.
—Gracias, ahora hablemos de otros temas.
—Si, de hecho te llamaba para leer juntas.
—¿Con que me sorprenderás esta semana?
—Terminé aquel libro que me recomendaste, supongo que de igual manera terminaste la lectura que te recomendé.
—Si, llevó un par de días pensando acerca de la historia.
—¿Ah si?
—Pero claro, me encantaría vivir una historia como la del protagonista, experimentar cada una de las travesías que logró alrededor del mundo— mencionó Alice mientras imaginaba.
—Imposible, no tienes permitido siquiera salir del pequeño pueblo donde vives.
—Lo sé, por eso únicamente imaginó como sería mi vida si yo fuera protagonista de un libro.
—¿Acaso no lo eres?
—¿A qué te refieres?
—En la biblioteca de tu padre hay unos cuantos libros con tu nombre escrito sobre una caja, creí que tu padre habría escrito eso sobre ti.
—No tenía idea, necesito verlos ahora.
—Es muy tarde, regresá a la cama y mañana vamos a buscar esos libros.
—Está bien, solo recuerda que aún me debes un café de la tienda de tu padre.
—Si, mañana lo tendrás apenas termines tus ensayos.
—Perfecto, háblame sobre tu día.
—Ha sido increíble, ¿Recuerdas aquel chico sobre el cual te conté?— habló con entusiasmo— por fin se fijo en mi y me pidió salir este fin de semana.
—¿De verdad?
—Si, ha sido tan repentino. No lo esperaba de alguien como el.
—Te lo mereces amiga, era una chica muy linda y sobre todo muy inteligente.
—¿A ti como te ha ido con la presentación?
—Horrible, mi madre estaba molesta conmigo.
—¿Tan mal estuvo?
—Eso creo, realmente no lo sé.
—Yo leí algo sobre eso y decía que lograste impresionar en Turín, no entiendo por qué dices que fue terrible.
—Yo no lo he dicho, mi madre lo ha demostrado.
—¿Que ha pasado?
—Al terminar la presentación salimos a cenar en Turín y aunque no me lo dijo textualmente, sentí en su actitud que estaba molesta.
—Es imposible, los comentarios decían que ha sido espectacular.
—No importan los comentarios si a mi madre le ha decepcionado— dijo Alice con tristeza— ¿No entiendo por qué es así conmigo?
—No tengo idea, mi madre decía que tú mamá cambio mucho después de su última presentación.
—No recuerdo mucho sobre eso, solo que el público la ovacionó como nunca antes lo habían hecho.
—Sin embargo, dice que con sus hijos siempre fue muy dura.
—¿Hijos? Debe haber un error, soy su única hija.
—No lo sé, mi madre dijo eso, quizá solo estaba cansada y confundió las palabras.
—Posiblemente.Sin darle importancia a lo sucedido Alice y Ariana hablaron un poco más para finalmente terminar dormidas, la llamada terminó hasta el siguiente día que la chica talentosa despertó.
Su rutina comenzó nuevamente, un desayuno balanceado y después a la sala de ensayo para continuar con la práctica, posteriormente un descanso para continuar con una segunda sesión, al finalizar su madre le permitió salir al jardín para distraerse un poco, no sin antes demostrarle que seguía distraída sin razón alguna.
Poco después Ariana se mostró frente a su amiga con el café que le había prometido.
—Tengo lo que pediste— saludó mostrando el café por delante de ella.
—¡Hola Ari!— se acercó para saludar besando su mejilla.
—¡Que linda estás!— admiró su vestimenta— hace mucho que no te veía.
—Pero si hablamos ayer por video llamada.
—Me refiero a verte en persona.
—Oh, siendo así tienes mucha razón— reía de manera alegre.
—Estoy tan cansada. Llevo horas esperando a que mi padre cierre el negocio, de verdad que está semana hemos tenido tantas personas.
—¿Eso no es bueno?— preguntó incredulamente.
—Si, pero recientemente es mucho trabajo para nosotros dos.
—Tranquila, toma un pequeño respiro.
—Ahora encima mi papá tiene la idea de abrir por las mañanas.
—Sería bueno para el negocio.
—Pero no para mí— se quejaba.—Eso es muy cierto, te miró bastante agotada— veía su rostro— imaginó que no te gusta mucho tu trabajo pero estás dispuesta a lo que sea por hacer felices a tus padres.
—No, me encanta trabajar en la cafetería. Más bien creo que eso lo hace alguien más para recibir la aceptación de su madre.
—¿Que quieres decir?
—En mi opinión, creo que dijiste eso por experiencia propia.
—Absolutamente no, creí que así era.
—Ya veo, ahora nos mentimos.
—¿Hablas en serio?— preguntó confundida.
—No, estaba bromeando— reía falsamente— continuemos disfrutando este delicioso café querida amiga.
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Deep Secrets
Teen Fiction¿Quien era Alice Brenner hasta hace unos días? Aparentemente una chica tranquila de 19 años. Su confusa vida se ha convertido en un verdadero enigma para propios y extraños. Su objetivo es conocer la verdad sobre su vida y que ha pasado desde aquel...