La frustración por haber perdido contra el Aoba Johsai seguía presente en el ambiente, aún un par de semanas después, pero los empujaba a mejorar. A seguir adelante. Un sentimiento de competitividad vehemente.
En los dos últimos sets, el Aoba, según les comentó Ukai después de consultarle a Takeda que pidiera un tiempo muerto, se había acostumbrado al ataque central de Hinata, por lo que ahora había que utilizar más los laterales para atacar. Ninguno de los equipos permitía que el balón cayera. Era una lucha de fuerza y resistencia, parecía que el mínimo descuido podía ser decisivo. Los jugadores del Karasuno, tanto en la cancha como en el banquillo, desbordaban inquietud. Todos estaban nerviosos y ansiosos.
Por ello, la decisión de Ukai del cambio de jugador de Hinata por Yamaguchi, los tomó por sorpresa. Aun sintiéndose nerviosos, lo animan cuando da un paso al frente. Yamaguchi también lo está, siente una fuerte presión. Y aunque fallara el saque, este resultó de mucha ayuda para el equipo. Les facilitó liberar tensiones. Los nervios insistentes han desaparecido y van a continuar dándolo todo. Sus fuerzas han renacido. La atmósfera ha cambiado notablemente.
Había sido un partido de altos y bajos, con situaciones que los condujeron a callejones sin salida aparente, hasta que tomaban otro camino y el partido era reconducido.
Entretanto, el equipo había quedado desconcertado, Tsukishima fue el que más, en un primer momento, cuando Kageyama había decidido poner en práctica el consejo de Sugawara: prestar un poco más de atención a los demás miembros, preguntar y escuchar.
Kageyama admiró la habilidad recién descubierta que Oikawa poseía. Era capaz de sacar el cien por cien de las habilidades de sus compañeros.
Pero él ya no estaba solo, sus compañeros de equipo lo apoyaban, estaban para él. Tal y como Sugawara dijo "Kageyama ya no es el Rey solitario".
Luego del partido, Ukai los invitó a comer. Por más que trataran de mostrar un carácter inquebrantable, las lágrimas no tardaron en rodar por sus mejillas mientras comían. El primer paso para lidiar con la frustración que recorría sus cuerpos era afrontarla y exteriorizarla al máximo.
"¿Acaso que hayan perdido es prueba de debilidad? ¿El hecho de haber perdido no será una prueba para ustedes? Una prueba que nos dirá si pueden levantarse otra vez, después de haber caído. Si se quedaran en el suelo luego de caer, eso sí probaría que son débiles".
Esto solo los haría más fuertes.
Takeda, desde donde se encuentra, observa cómo el sol se esconde gracias a que las puertas del gimnasio están abiertas, como de costumbre. Admira, deleitado, como el celeste del cielo se funde con tonos purpúreos y anaranjados. El danzar del ocaso aparentaba, en base a su principio sereno, un desarrollo y un final rápido pero apacible.
Su instante de abstracción, observando las maravillas del cielo, se vio interrumpido por los "Hasta mañana, Sensei", "Hasta mañana, entrenador" y los "Adiós, hasta mañana" a grandes voces. La más común, sobre todo viniendo de Nishinoya, Tanaka y Hinata. Ukai y él asintieron a modo de despedida, agradeciendo y felicitando su esmero de hoy.
El entrenamiento de esta tarde había llegado a su fin; después de que recogieran y dejaran el material en su respectivo lugar, había sido la hora de decirle adiós al gimnasio hasta el día siguiente.
Había desviado tanto su atención hacia ellos, que, en un parpadeo, una mueca de evidente disgusto hacía acto de presencia al fijar de nuevo su mirada en el cielo visible. Unas gotas, primeramente imperceptibles, codiciaban con gran ímpetu alcanzar el suelo.
Su expresión sería completamente diferente si no hubiera olvidado su paraguas. "Fue por las prisas, la alarma no sonó y me desesperé. No me gusta llegar tarde al trabajo", recordó. Por poco se va con la camisa al revés, inconveniente que ocupó toda su atención, provocando aquel despiste del que ahora se lamentaba murmurando.
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Touched by wonder [UkaTake]
FanfictionNo había llovido en toda la tarde. Luego de cinco días de lluvia incesante, creyó que hoy las nubes se tomarían un descanso. Y que así no se sentiría tan tonto de haber olvidado su paraguas en casa. Sin embargo, el destino tenía algo más en mente qu...