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era de madrugada; llovía cuando por medio de un noticiero, se notificó que estados unidos se había suicidado. el cuerpo sin vida había sido encontrado esa mañana en el salón de clases que compartía con su pareja. al lado del cuerpo se encontraba un pequeño cuaderno con tan solo nueve hojas escritas por pequeños versos dirigidos hacia su novio fallecido la semana pasada.

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¡cariño! —gritó el estadounidense cuando divisó a cierto chico corriendo rápidamente hacía él.

¡amor! —exclamó emocionado y cuando estuvo cerca de él, se detuvo de golpe y lo abrazo realmente fuerte, apoyando todo su peso sobre él.

USA cerró los ojos y lo rodeó con sus brazos; abrazándolo con incluso más fuerza que él, pero con cuidado de no lastimarlo.

tenía miedo de haberlo perdido para siempre.

pero ahora que estaba a su lado, todo valía la pena. no quería soltarlo nunca más.

¿qué haces aquí? —preguntó el tricolor mirándolo a los ojos, con cierta confusión en su tono de voz.

lo siento... —respondió después de un par de segundos, dándole una idea de lo que había sucedido.

no debiste... —sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. se sentía culpable —moriste por mi culpa...

el mayor inmediatamente lo separó de él tomándolo por los hombros y mirándolo fijamente.

no morí por tu culpa, cariño. morí por culpa de quienes me arrebataron a mi pequeño —inmediatamente suavizó su expresión sería— pero ahora estoy con él. la luz de mis ojos y... —se percató de sus alas blancas— y mi ángel —finalizó con una sonrisa un poco triste por lo bonito que se veía.

pero tus alas son...

¿negras? sí —le interrumpió— ni vivo, ni muerto puedo estar contigo; el suicidio es pecado —rió con cierta tristeza.

¿irás al infierno? —preguntó el latino, comenzando a preocuparse.

no, cariño. haré lo que sea para quedarme a tu lado y lo lograré —sonrió suavemente— no voy a perderte otra vez.

el tricolor devolvió el gesto, sonriendo tiernamente dejando ver sus encías, hasta que empezó a sentir como las ganas de llorar lo invadían. para ocultarlo, escondió su rostro en el pecho del mayor, quien solo comenzó a acariciar suavemente su cabello.

pero fue inútil ya que luego del paso de unos segundos, el estadounidense notó como sollozaba débilmente.

¿por qué lloras, cariño? preguntó con una voz dulce y serena.

el menor elevó la vista y el estadounidense se encontró con sus bonitos ojos enrojecidos y sus mejillas empapadas por las lágrimas.

te extrañé ta- tanto —titubeó con la voz quebrada y volvió a esconder su rostro en el pecho del estadounidense.

—lo sé, amor. pero ya no llores, estoy aquí —acarició nuevamente con cuidado los cabellos del menor— y no voy a irme a ningún lado.

el mayor sostuvo entre sus brazos al tricolor, el cual sollozaba. continuó acariciando su cabello con cuidado hasta que su llanto fue cesando poco a poco y comenzó a sentirse mejor.

gracias por venir... —murmuró— ¿nos vamos? —alzó la vista esbozando está vez una tierna sonrisa genuina llena de emoción.

el norteamericano tomó cuidadosamente la mano del chico y entrelazó sus dedos, gesto que le provocó un pequeño sonrojo al venezolano.

ambos miraron sus manos encajando perfectamente y luego se miraron, sonriendo.

el americano se acercó a él y le depositó un corto y casto beso sobre los labios.

vámonos.

;;dios chicos perdonenme soy un desastre, estuve arrastrando este libro por TRES AÑOS sin haberlo actualizado desde que lo publiqué pero por fin ya está terminado, aunque dudo que alguien vaya a verlo ya que ha pasado muchísimo tiempo pero bueno

our first kiss › usaveneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora