Capítulo 11: Arma del alma

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Zora y Lidia se encontraban de pie frente a una criatura dentro de la capital probablemente más grande que a la que se había encontrado Jacob.

No era necesario verla a la luz, su sola silueta en la obscuridad demostraba que era enorme y peligrosa, el solo escuchar sus pisadas demostraba la fuerza que poseía.

—Eso era un ¿Perro?—Pregunto zora sorprendido

—Lo era—Respondió lidia

Lidia invoco su alabara y su brazo se ilumino de un azul resplandeciente apareciendo su arma del alma en su mano derecha y zora desenfundo su espada listo para proteger a Lidia, no mejor dicho apoyarla.

— ¿Listo Zora?—Pregunto lidia en posición ofensiva

—Lidia cuando éramos niños el más listo era yo—Dijo mientras sonreía hacia su amiga

El perro transformado salido de las sombras y era enorme, era impensable que eso alguna vez fuera un perro porque su tamaño era de más de dos metros de alto con un pelaje negro como la obscuridad y ojos rojos como rubís que haría a cualquiera pensar que había salido del mismo infierno con un hocico deformado y ancho que mostraba sus colmillos dando la impresión de sonreír de manera burlesca.

La criatura actuaba de manera dócil y pasiva acercándose de forma muy lenta hacia Lidia y Zora a lo cual ellos retroceden lentamente tratando de no hacer ningún movimiento brusco.

Con sus ojos rojos no paraba de ver a ambos y esta se recostó en el suelo con el estómago en el suelo, algo tramaba y ambos lo sabían pero no paraban de ver a la criatura a los ojos de alguna manera se sentían atraídos a ellos.

De momento los ojos de Lidia comenzaron a inundarse de lágrimas y murmuraba palabras sin sentido como acepto, no es posible, lo sabía, ¿porque tú? Y otras más cosas asunto que desconcertó a zora.

—Lidia ¿De qué hablas?—Pregunto hasta que escucho su nombre con eco distante llamando su atención

— ¿Lynn?—Dijo pues la voz que había escuchado era de ella

Fue cuando miro otra vez a la criatura a los ojos y todo se había vuelto obscuro e iluminado de un momento a otro estaba de vuelta en su aldea 7 años atrás recordando el momento del ataque a su hogar y el momento donde perdía a lidia una y otra vez por su debilidad múltiples intentos donde fallaba y le costaba la vida o donde lo lograba pero no era suficiente y ella se iba las múltiples posibilidades que pudo haber tomado todas se mostraban ante él.

Eso se volvía cada vez más fuerte para él, ver todo de manera gráfica para después pasar a otro recuerdo era nada más que el día en que el pueblo roció floral fue atacado, cuando el monstruo del exterior había roto la berrera y había intentado atacar a Lynn y él había despertado su poder.

Pero esta vez era lo mismo el fallando una y otra vez sin hacer nada para evitarlo, eso rompía poco a poco la mente de zora a tal grado que solo quería tirarse al suelo y gritar pero antes de hacerlo escucho a Lidia llamándolo a gritos.

— ¡Zora!—Grito para traerlo de vuelta a la realidad

Zora volvió en si para ver a Lidia sacudiéndolo de los hombros con una herida en su brazo hecho por ella misma para salir del trance con dolor, por otro lado la criatura se puso de pie al notar que se habían librado de su visión.

— ¿Que paso?—Pregunto zora

—Casi nos atrapa, esa es su habilidad hipnosis los libros dicen que cada uno de esos monstruos tiene una habilidad especial, ese es factor que los vuelve un peligro—

—Que bajo caí fácilmente—Dijo zora molesto

—Tenemos que matarla de inmediato—

—Es una bajeza las cosas horribles que te hace ver, no hay duda hay que hacerlo—Menciono ya que si eso hubiera continuado se habría roto mentalmente

ASTRANIA (En Edición El Reboot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora