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Xibalbá

¿Cuánto tiempo hacía que no se divertía? ¿mil años? Quizás hacia miles de años. Si. Con una sonrisa y orgullo observo su obra maestra, la sangre formaba un lago sobre el suelo frio de aquella cueva, lo cuerpos desmembrados esparcidos por doquier, aquellos ingenuos humanos habían creído en él tan ciegamente como un niño a su madre, había formado la seta para divertirse un poco, todavía se regodeaba sobre las miradas que le habían dado cuando él les pidió que se auto sacrificaran, estaban obligados hacerlo desde que decidieron torpemente hacer un trato con él.

Imbéciles.

—Mi señor... –La voz de Camazotz hizo que saliera de su lujuria por la sangre, el joven dios estaba cruzado de brazos indignado, él se encogió de hombros restándole importancia. Él era un dios supremo, una de las 12 estrellas astrales– Se suponía que solo ibas jugar sin matar.

Entrelazo sus piernas y continúo fumando un puro, él nunca había prometido tal cosa, ahora que Sigrid tenía un nuevo juguete en quien depositar su atención él tenía el rato libre para hacer lo que quisiese. Al principio le había molestado que una basura como Marrick fuera su jefe por decirlo de alguna manera más simple, pero se hubo calmado cuando supo que la perra de Sigrid le había dado tanto poder a un insignificante lobo. Todavía le molestaba, pero él aprovechaba las pequeñas oportunidades, el lobo tenía la atención de su señora por lo que no les tomaría importancia a otras cosas más.

—¿Tienes noticias? –Pregunto. Expulso lentamente el humo.

—Si, por fin la encontramos.

Abrió los ojos con sorpresa para después reírse, cubrió su rostro con una mano mientras reía, dejó caer el puro y se levantó energéticamente, su sangre hervía de emoción y se lamio el labio.

—Asi que la pequeña estrellita salió de su escondite... –Miro a Camazotz que asentía igual de emocionado– ¿Maat a estado con ella?

Enfrentarse a Maat no significaba ningún esfuerzo, pero la diosa madre de la cultura rusa podía alertar a Sigrid y es lo último que deseaba. Al fin su larga espera se terminó, por fin Maholy había salido de su madriguera, ella era un error que tenía que erradicar antes de que hablase y él tuviera serios problemas.

—No, le he visto con la hija de Rashad mejor conocido como Tartaros, según se ella se está haciendo pasar por hija de uno de los hijos de Rhasshed.

Oh pequeña cucaracha inteligente y cínica, por eso le había gustado porque al final ella era tan repugnante y cruel, aunque no se percató de que se fuera a enamorar como cualquier ser que habita el mundo terrenal. Ese insignificante error con ella le tenía de mal humor miles de años.

—Vigila a la hija de Tartaros, ella debe ser importante para nuestra estrellita. –Sonrió mostrando sus colmillos– si queremos atraparla debemos jugar al gato y al ratón. –dirigió su mirada al montón de extremidades– Trae más humanos, quiero divertirme un poco más.

Camazotz asentía y se retiraba tomando forma de un chico humano, cuando la puerta se cerraba volvió a tomar asiento en el sillón, estaba emocionado, hacía tiempo que no jugaba al cazador, ¿cuán divertido seria? Estaba ansioso por que comenzara, pero tenía que ser discreto ante los ojos de Sigrid. No estaba dispuesto a volver a ser castigado.

***

HEATHER.

—Lo siento. –Se disculpo por tercera vez consecutiva.

Nick se reía y le acariciaba el cabello como si no le molestara que lo hubiera interrumpido en su casa a media noche. Tomo un sorbo de ponche y se relajó.

4°La Compañera del Alpha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora