Prologo

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La noche llena de una brisa fría, pequeñas gotas caían sobre el techo del coche, haciendo sonidos por lo bajo. las únicas luces alrededor eran las que provenían de los faroles de la calle y los que salían de los focos del auto. Mi madre conducía, mi padrastro iba en un camión metros atrás de nuestro coche, rugidos y ruidos comenzaron a escucharse desde fuera, de pronto una explosión se escuchó e hizo que el coche comenzara a derrapar para luego volcarse, por suerte Noora y yo nos encontrábamos bien, mi madre por otra parte no se encontraba en su asiento, no había ningún rastro de ella.

Se escuchaba ruido, pisadas y algo que se arrastraba por el metal del auto, algo forzaba la puerta del coche, instintivamente abrace a mi hermana, podía sentir el miedo, nuestros corazones latiendo frenéticamente, sentía olor a gasolina derramándose, desde fuera se escuchaban gritos, una voz grave y profunda se escuchaba a lo lejos, el ruido de la puerta ceso y un fuerte golpe abrió la puerta, mi padrastro nos sacó del coche, nos llevaba a Noora y a mi hacia el camión, pero yo me solté de su agarre para buscar a mi madre, sin éxito aparente, hasta que a lo lejos dos ojos se hicieron presentes, grises como la plata, no tenían pupila era como si todo su ojo fuera gris, ambos ojos se posaron en mí, el choche que estaba a metros de mi comenzó a incendiarse, lo que hizo que lograra ver más, divise dos siluetas, un hombre alto y fornido ahorcando el cuerpo de mi madre, mi cuerpo temblaba de ira, frustración y miedo, dos pares de ojos se hicieron presentes tras el hombre, solo lograba ver sus cuerpos como sombras pero sus ojos estaban iluminados, uno tenía los ojos negros vacíos con un borde blanco, y el otro al parecer no tenía ojos , los cuales comenzaron a acercarse a mí, mi madre logro asestar un golpe en su opresor, lo que hizo que la soltara, hizo que los dos que se acercaban a mi cayeran al suelo, las dos siluetas se levantaron y aprisionaron a mi madre.

-llévatelos de aquí Bal, ahora- su voz había cambiado, se volvió grave y tosca- Killian cuida de tu hermana- su voz había vuelto pero sus ojos se habían tornado igual de grises que los del hombre que ahora la golpeaba, iba a correr para intentar alejarlos, pero un brazo me detuvo y jalo hacia el camión.

mundo oculto (momentaniamente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora