El castillo de las Hermanas había recibido muchas modificaciones en orden de acomodar a su nuevo ocupante. Celestia había oído a su hermana hablar mucho acerca de este, pero nunca había ido en persona a verlo, podía ver que su hermana no reparó en gastos a la hora de repararlo. En medio del bosque, se alzaba un enorme muro blanco con varias torres bajas y varios ponis con armadura recorriéndola, los muros rodeaban un terreno circular de muchos metros, donde dentro crecían jardines cuidados y pequeños arroyos. Más allá de los jardines, se alzaba el antiguo palacio, ahora reconstruido sobre los cimientos de las anteriores ruinas. La entrada principal fue derribada y la sala interior ahora estaba al aire libre, aunque era tan oscura que no se llegaba a ver si interior. Sin embargo, Celestia llegó a vislumbrar los corredores y escaleras que se elevaban a los costados de lo que antes era la sala del trono, donde su hermana y ella una vez gobernaron juntas, que ahora rodeaban un enorme montículo, como una montaña pequeña en medio de la sala.
Celestia no quiso esperar a ser anunciada y se salteó las formalidades para aterrizar frente a la entrada principal del palacio. El montículo en medio de la sala se movió y desperezó, y nueve colas se elevaron hacia el techo mientras el nuevo inquilino del castillo se despertaba de su aparente siesta para recibir a su invitada. Celestia esperó inmutable hasta que la cabeza de Kurama, tres veces más grande que ella misma, se puso frente a ella y sus ojos rojos y rasgados se clavaron en los suyos. El tiempo apremiaba, por lo que no iba a ir con rodeos.
- ¿Dónde está, Kurama? - Preguntó la princesa con autoridad. El Zorro frunció el entrecejo, puesto que jamás tomó gusto por aquellos que deseaban comandarlo, y no iba a empezar ahora.
- ¿Qué te hace pensar que sé dónde está?
- ¡Deja de hacerte el tonto! ¡Sabes perfectamente donde está! ¡Tienes la habilidad para encontrarlo donde sea que esté!
- Aunque así fuera... ¿Por qué te lo diría?
- ¿Qué no ves el peligro en el que está? ¿No sabes lo que hizo?
- Sé que es lo que TÚ piensas que hizo, y también sé que TÚ piensas que está en peligro. Quizás lo esté, quizás no. Pero a la última que le dije dónde estaba, terminó poniéndolo más en peligro que nada. ¿Qué piensas hacer, si te lo digo a ti? Porque no voy a hacerlo pasar por más dolor del que ya sufrió. Del que tú lo hiciste pasar...
- Lo hice para intentar protegerlo, lo sabes mejor que nadie. Twilight Sparkle...
- Actuó por tus órdenes, decidí no juzgarla por ello. Pero tú... tú fuiste la que se las dio. No tienes excusas...
- Sabes que solo quiero su bienestar. Es tu hijo, no estás pensando con claridad...
- ¿Y Luna? ¿Acaso ella tampoco piensa con claridad?
- ¡Esta discusión no nos está llevando a ningún lado! ¿Vas a decirme dónde está?
- No. No si piensas seguir actuando como hasta ahora. No si no reflexionas como es que llegamos a esto.
- ¡Estoy tratando de ayudarlo!
- ¿Quién es la que no piensa con claridad ahora?
Kurama se levantó y se sentó, pero sus ojos seguían centrados en la Princesa del Sol. Celestia notó algo en ellos... ¿empatía?
- Te diré dónde está, pero solo si hablas y escuchas. Las decisiones que tomamos fueron las que nos trajeron a este punto, y si solo seguimos como hasta ahora, lo perderemos todo. Lo perderemos a él. Habla conmigo. Cuéntame tu versión, y yo te diré la mía, y quizás podamos obtener algo mejor de lo que teníamos por separado.
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My Little Shinobi: Flaming Sora
FanfictionLuego de varios meses de vivir en Equestria, Luna queda embarazada de Kurama. Tras varios meses de especulación acerca de qué sería de su hijo, nace un unicornio con ciertos rasgos de Kurama pero aparentemente normal. Sin embargo, con el tiempo surg...