Capítulo 1.

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Normalmente las personas se obsesionan de alguien con un talento sin igual. Se obsesionan de alguien que puede hacer a la perfección lo que ellos no. Se obsesionan con alguien que tiene todo aquello que ellos alguna vez desearon tener. Se obsesionan hasta tal punto de perder la cordura.
Algunos realmente se ciegan del mundo real y viven una vida de fantasía. Se imaginan en escenarios, historias y sucesos que en realidad no podrían sucederles.

Pero...¿por qué te obsesionarías con una persona completamente normal?

Muchos sabemos que la mente del ser humano es realmente poderosa. Que la mente es más que sólo un lugar en donde guardamos pensamientos y recuerdos. La mente va más allá. Sobre pasa los límites cuando terminas saliendo de los estándares normales...tu mente es capaz de atraparte y no dejarte salir, pero, ¿cómo llegarías a ser prisionero de tu mente sin darte cuenta?

¿Sería aquello una enfermedad?

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Sus ojos verdes brillaron al verla caminar.

Ella salía de su departamento con su mochila sobre sus hombros. Lo que él daría por ser quien la ayudara a cargarla... ojalá pudiera ser él, pero no, esa sólo era una fantasía que vivía en su mente. No tenía la suficiente valentía para hablarle y eso le había afectado demasiado...

Harry tenía más que una simple obsesión con aquella chica de cabellos castaños. Harry había perdido la cordura desde aquella vez que coincidió con ella. No tenía idea de la existencia de esa bella muchacha, y ojalá nunca hubiera sabido de ella, pero ahora...ahora no la podía sacar de su mente de ninguna forma. Incluso dormido pensaba en ella y la soñaba a su lado, ya no era sano y él lo sabía a la perfección.

El día que la conoció fue sin duda el mejor de toda su vida. De eso estaba más que seguro. Harry estaba perdido sin ella, encontrarla fue encontrarse con sigo mismo. Encontró la fuerza suficiente para vivir, ella era su motivo. Y no bastaron más de dos palabras provinientes de la boca de aquella chica para hacérselo saber.

"Muchas gracias"

Esas dos palabras habían sido única y exclusivamente para él. Harry había chocado con aquella muchacha por error después de comprar algunos lápices que le hacían falta para continuar con sus dibujos. La chica iba a entrar a la papelería en donde el había hecho sus compras.
Chocaron y los anteojos de la chica cayeron al suelo. Él no dudó en levantarlos y entregárselos. No la había mirado con atención hasta que le tendió aquel artefacto.

Fue como ver un ángel frente a él. La chica le había parecido preciosa. Más que eso, era de una indescriptible belleza.
Después de que ella se colocara los anteojos, le sonrió y le agradeció con aquellas dos palabras.
Él no pudo decir nada, se había quedado como piedra al oír su voz. Algo había despertado en el interior del muchacho de ojos verdes, algo que no sabía que permanecía apagado dentro de si.

Su voz, su rostro, su cabello, sus ojos...¿qué estaba sintiendo?, no tenía ni idea.

Se quedó fuera del lugar, escondido entre unos arbustos esperando a que ella saliera de la papelería y en cuanto la vio salir, la siguió. No entendía porqué estaba haciendo todo aquello, pero, su cuerpo no se detenía, su cuerpo lo impulsaba a seguir caminando, y su mente le obligaba a aprenderse cada calle, cada cosa y lugar que pudiera familiarizar con aquella chica. Pronto llegó a lo que parecía su hogar, y se quedó ahí para comprobarlo, ella vivía ahí, pero no vivía sola, había un chico también. Esa idea lo amargó por completo.

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