Admirador.

Capítulo 2.

La chica se encontraba frente al mostrador mirando a través del cristal la gran variedad de móviles que se encontraban en aquella vitrina.

Ella sabía perfectamente cuál quería, pero, no lo encontraba.

—Creo que iré a preguntar... —murmuró casi para si misma mientras tocaba su labio inferior sin apartar la mirada de la vitrina.

Harry asintió a pesar de que ella no volteó a verlo. De nuevo se había cohibido ante ella, tanto que Charlotte pensó que estaba sola. Harry no había vuelto a decirle nada desde que llegaron a la plaza para comprar el móvil de la chica.

Se sentía como siempre, tímido. Le costaba hablarle a ella, porque si fuera cualquier persona, él lo haría sin problema, como cuando daba sus clases en la universidad. Hablaba sin parar explicando mil y un técnicas de dibujo y pintura, pero ahora...justo ahora se sentía como un completo inútil.

¿Eso era lo que ella le hacía sentir?, no, claro que no, al contrario, ella le hacía feliz.

La chica desapareció de su vista mientras él se quedó ahí mismo. Preguntándose dentro de su mente porqué rayos estaba siendo tan tonto, tenía que hablarle, tenía que conocerla, la tenía casi frente a él y no era capaz de articular una sola palabra.

"Idiota"

Escuchó su propia voz dentro de su cabeza regañándose a si mismo. Y era verdad, si estaba siendo un idiota.

Tenía que hacer su propio esfuerzo y hablarle, por dios, no se lo iba a comer o algo como eso, era sólo una simple muchacha.

—¡Harry! —escuchó su voz y se giró buscándola. —¡Por aquí!

La encontró a un par de metros mirando otra vitrina. A su lado se encontraba una trabajadora de la plaza. Quizá ella había encontrado la marca del móvil que Charlotte estaba buscando.

—¡Mira sí lo tienen! —soltó aquellas palabras emocionada mirando el aparato. —Y en mi color favorito, ¿no es genial?

Lo miró y Harry sintió su corazón latir con fuerza al conectar su mirada con la de ella.

—Es genial.

Charlotte sonrió satisfecha de haber encontrado el móvil y miró a la mujer que la había ayudado.

—Me lo llevo —le dijo y aquella mujer le sonrió cerrando la vitrina.

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Ambos caminaban por la plaza con tranquilidad. La chica caminaba a lado de Harry explorando su nuevo móvil. Ya lo había encendido y se dedicaba a comenzar a personalizar sus aplicaciones y de más.

Harry quería invitarla a comer, pero no sabía a qué lugar llevarla. Le gustaba mucho la pizza, pero no tenía idea si a la chica también le gustaba.

Justo iba a abrir la boca para preguntarle y así poder invitarla, pero, Charlotte tropezó debido a que no estaba prestando atención al camino y, si no fuera por Harry con sus excelentes reflejos, hubiera caído de boca al suelo.

Charlotte soltó un grito debido a la sorpresa. Pero se sintió aliviada cuando notó las manos de Harry en su cintura.

—¿Estás bien? —le preguntó el castaño.

Las mejillas de la chica se coloraron de un leve rosa, pues varias personas que caminaban por ahí los miraban a ambos después de aquel grito que la chica había emitido.