Llamarada

Capítulo IV

Evelyn

Luego de organizarnos en el campamento nos dividimos para poder llegar a donde estaba la tropa, tenía que dirigirme hacia ella través de la parte suroeste del bosque.

El plan es llegar hacia la tropa desde direcciones diferentes, había decidido ir sola porque Romi había llegado muy alterada diciendo que la zona sureste del bosque era la que más peligraba. Mads decidió entonces que 10 personas llegarían desde el sureste y el resto nos repartimos las otras direcciones.

El bosque siempre me relaja, tal vez sea porque desde pequeña la pasaba jugando aquí junto a Romi y Mads; las tres siempre buscando algún animal o planta del que hallamos leído u oído. Por eso mismo conozco tantos atajos y uno que otro camino olvidado.

Llegué a mitad de camino donde se supone hay un claro pero me encontraba frente a un lago cristalino.

Neblina.

Hay neblina por todo el lugar.

La neblina es mala, muy mala...

—Hmm es muy triste que hayan terminado —da un suspiro cansino — y yo que siempre les he tenido fe.

—Basta, libéranos de una vez —exigió el ojiazul a mi lado —no te entendemos, no nos conocemos y tampoco te buscamos.

—No te va a explicar nada ¿No te das cuenta, príncipe? Solo está jugando con nosotros, lo más probable es que nos mate y listo—.

—Directa como siempre, al menos ya sé que sí eres tú; pero— señaló al chico— ¿Quién eres tú? no actúas como siempre, no te reconozco...

—¿Perdón jefa? no sabía que venía programado —dijo mientras rodaba los ojos.

Ella se acercó a él, tomándolo de la barbilla y haciendo lo mismo conmigo. Nos miró a ambos directo a los ojos, buscando algo que al parecer no encontró, luego dio un paso hacia atrás y dijo:

—Ya veo, entonces —su voz desapareció de forma repentina— observen como debió de ser—.

Me incorporé de lo que parecía ser un... ¿recuerdo?. Tal vez el lago frente a mí es tóxico, cosa que no es rara, y la neblina me causó una alucinación.

El lago ya no está, de hecho es como si nunca hubiese estado ahí.

—Ten más cuidado que te puedes caer, Ro —Mads luce preocupada pero en realidad solo quiere alcanzar a Ro para que así ella le regale su collar. Habían hecho una apuesta, como siempre.

Tengo que seguir con la misión.

—Las misiones son importantes y no se pueden evadir ni escapar de ellas aunque tengas miedo, en todo caso vamos a regresar como siempre, tú solo espera por nosotros ¿Si? —mamá y papá tienen que ir a la capital para una misión especial.

La misión, claro, tengo que ir al Risco de Cristales y encontrarme con Ro.

La habitación principal del cuartel tiene una vista hermosa hacia el Risco de Cristales, así como de todo lo que se encuentra en la zona norte de este terreno. A pesar de que se supone que debo usarla, sé que Ro le va a dar más uso que yo.

No, no había misión; solo tengo que encontrar a Lex que ha salido con el escuadrón de Mark que salieron con él para que se aprender aunque sea una pizca de autocontrol.

"La nueva generación" o los adolescentes impertinentes y con claras tendencias suicidas, como yo los llamo, han estado más "entusiastas" que de costumbre. Pobre Lex que está a cargo ese escuadrón tan problemático, a pesar de que los llevó hacia el claro para que se calmaran están tardando demasiado; mejor los voy a buscar porque con esos chicos nunca se sabe que podrá pasar.

¿Mark?

—No necesitas un nombre espectacular ni nada por el estilo ¿entiendes chico? —.

—Ya, es solo que todos aquí tienen nombres de heroínas y héroes —un adolescente de 15 años, sucio por una explosión que él había causado me miraba de forma arrepentida.

—Los nombres de heroínas y héroes no existen, si te vuelves un héroe entonces "Mark" pertenecerá a dicho grupo pero —lo tomé de los hombros —eso depende de ti y de qué hagas de tu vida.

¿Por qué estoy yendo en dirección contraria?

No, ya sé. La misión es hallar al individuo que se encuentra a 50 metros del campamento según Isa debería estar durmiendo.

Una cueva oculta por neblina no tóxica ahí es donde encontramos al hombre, no se ha despertado desde que lo trajimos al campamento. Ahora mismo nos encontramos en una de las habitaciones que usamos como interrogatorio, el hombre está atado a una silla, luce cansado pero su vestimenta se asemeja a la de los nobles, tal vez se trate de un espía.

—¿Eres Evelyn? —el hombre se incorporó mientras lo decía.

—¿Importa? Dime quién eres y qué quieres si valoras tu vida —.

—James Ventus y quiero ayudarte a dar por finalizada la guerra...

—¿Por qué razón un noble me ayudaría? —.

—Por la misma razón por la que traicioné al príncipe —.

—Buena jugada, pero todos saben que el príncipe murió hace 8 años —.

—¿Estás segura? —sopló lo suficiente como para hacer caer su chaqueta, que le confiscamos previamente y se encontraba en una mesa a su derecha.

—He visto mejores chaquetas —entonces volvió a dar un soplo como para remover a la chaqueta del piso; algo cayó al piso.

—Lo sé, en la foto de ahí llevaba una mejor —clavó su mirada en el objeto que se había caído, una foto.

Me acerqué y recogí la foto, en esta se encuentran el hombre y un chico con cabello castaño y ojos azules, azules como el hielo, de ese azul que solo la familia real posee.

Respuestas, necesito respuestas; que conveniente que James haya venido a "ayudar".

En un abrir y cerrar de ojos ya estaba detrás de él con una daga apuntando a su cuello – Más te vale decir todo lo que sabes, noble -

Un montón de recuerdos empezaron a regresar a mí, me miré las manos y respiré para tratar de calmarme. Tengo que encontrar a Mads ella sabrá que hacer, Mads...

La misión era sencilla sino fuera por los nobles y sus trucos no hubiesen existido complicaciones, no habrían tantos heridos y Mads estaría diciendo bromas sin sentido para hacernos reír.

Mientras las lágrimas corrían por mis mejillas, la realización empezó a llegar a mí.

Mads murió.

Soy la líder de los rebeldes.

Nos encontramos en una misión que dará un fin a la guerra.

Todo este mundo es una visión creada por ella.