Capítulo 18

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La rubia se quejó aún dormida cuándo sintió un leve golpe en el brazo para que despertara, pero luego se levantó sintiéndose sobresaltada.

—¿Ustedes quiénes son?— preguntó temerosa mirándo a dos hombres uniformados que estaban frente a ella.

—Somos polícias— anunció el primero, mostrando su uniforme cómo si Audrey fuera retrasada, pero claro también su pregunta fué estúpida.

Como si no pudiera darse cuenta que ellos eran polícias.

—Venimos porqué recibimos una denuncia porqué estabas durmiendo en vía pública, pero ya que supongo que es la primera vez que haces ésto y que no luces cómo indigente te dejaremos irte— murmuró el otro.

—Nisiquiera estoy haciendo nada, es sólo que no tengo adónde ir— explicó la rubia.

—Debes retirarte sino irás a prisión con todo y tu embarazo— mencionó el primero sintiéndose mal por Audrey.

La rubia miró su abdomen con sorpresa, ¿tanto se notaba?

—No estoy embarazada— mintió.

Los policías se miraron apunto de reírse por la mentira.

—No importa si lo estás o no, lo que importa es que retires, sino lo hacemos nosotros lo hará alguien más y podrían lastimarte.

—Está bien, me voy ahora— accedió la muchacha levantándose del suelo, pero sin un rumbo adónde ir.

Se dirigía a irse dónde su padre pero dudaba que él la aceptara, seguramente aún la odiaba y ella no sabría qué hacer.

Pero de todos modos se dirigía allá, lo que no sabía es que alguien la seguía.

—¡¡Seguro que dirá, lárgate de aquí semejante zorra!!— exageró.

—Pero agradezco haber perdido el dinero que Max me dió para abortar— mencionó para después estornudar.

Negó horrorizada al darse cuenta que había enfermado y no, no estaba exagerando porqué la cabeza le dolía pero quiso ocultarselo así misma.

—Odio la lluvia, además parezco un perro mojado— murmuró.

Escuchó un fuerte movimiento entre los arbustos que la hizo voltear pero no vió a nadie, le dió escalofríos pero quiso pensar que estaba imaginándolo.

—¿Porqué me siento cómo en una película de Slasher?— rió con nerviosismo.

Media hora después llegó a la casa de su padre o al menos a mirar la fachada porqué aunque tocó la puerta nadie le abrió.

Resopló sintiéndo tristeza porqué sabía que su padre estaba ahí pero no quería verla.

Comenzó a llover nuevamente y Audrey ya no sabía adónde ir, su madre tampoco la ayudaba en nada, la última vez que fué la corrió cómo si no fuera su hija.

—¿A qué veniste?— salió de pronto sin que Audrey lo esperara.

—Papá cuánto te he extrañado— murmuró la rubia sintiéndo ganas de abrazarlo pero el hombre no lo permitió.

—Dije que no quería volver a verte porqué me decepcionaste eres igual a Emilíe— murmuró decepcionado.

—No tengo adónde ir...

—¿Así que sólo me buscaste para eso? no Audrey, ya no eres bienvenida— le confesó y terminó de romper el corazón de Audrey.

—No aborté a mi bebé, aquí está conmigo— señaló su abdomen.

—No me importa lo que digas pero a mi casa no entrarás.

—¿Esa es tu última palabra?— le preguntó la muchacha.

—Sí y ahora quiero que te vayas porqué sino llamaré a la policía— amenazó.

La rubia sólo lo miró por última vez, tratando de recordar su rostro para no olvidarlo cómo él haría con ella.

Se dió la vuelta y después comenzó a toser, entonces vió a Lorenzo que estaba casi detrás de ella.

Se quedó muda por unos minutos, ¡¡él había escuchado la conversación!!

El castaño estaba mirándo a Audrey y a su padre con confusión.

—¿Estás embarazada?— le preguntó sorprendido y la rubia asintió.

—¡¡Quiero que ambos se vayan de mi casa!!— ordenó el señor con molestia.

—¡¡Espero que no se arrepienta de correr a su hija y que cuándo esté más viejo no vaya a buscarla!!— le gritó Lorenzo mirándolo con el ceño fruncido para después alejarse de allí llevándose a Audrey.

—¿El bebé es de Fabrizzio pero él no lo sabe, es por eso que te fuiste?— preguntó de pronto sorprendiendo incluso a la propia Audrey.

Ojalá fuera de Fabrizzio « pensó la muchacha pero después negó horrorizada.

—No es de Fabrizzio y no sabe nada de esto así que te pido que no se lo cuentes— murmuró la rubia con desespero.

—Pero, ¿porqué? él podría ayudarte.

—Claro que no, Fabrizzio ya nisiquiera es mi amigo, ¿porqué me ayudaría?— se preguntó haciendo una mueca de amargura.

—¿Porqué dices eso? tú fuiste la que te enojaste con él.

—Si pero él luego se molestó conmigo por mis berrinches y porqué le malcontesté a Samantha.

—¿Estás celosa porqué Samantha se robó la atención de Fabrizzio?— la miró espectante esperando la respuesta de la rubia.

—¿Porqué tú y Fabrizzio piensan eso? ¡¡nisiquiera me gusta!!

—Nunca dije que te gustara— le dijo el castaño mirándola cómo pensando "te atrapé"

—Pero es lo que piensan así que por eso lo aclaro.

—Entonces tu hijo es de tu ex novio— afirmó Lorenzo con desgano.

La rubia volvió a estornudar y el muchacho lo tomó cómo un sí, se talló la cabeza pero ignoró los síntomas.

—¿Porqué me seguiste, a qué venías?— le preguntó la rubia.

—Te ví que dormiste enfrente del restaurant o bueno al menos ví cuándo te levantaste de allí porqué llegó la policía, te seguí y escuché la discusión con tu padre..

—Ve al grano.

—Fabrizzio me pidió que te buscara, quiere que regreses a casa— le confesó el castaño intentando convencerla.

«A casa« eso de oía tan hogareño, cómo si fueran una familia, en sí se oía precioso a su parecer.

Pero la rubia estaba dolida y tenía dignidad a pesar de que Fabrizzio no la había corrido, fué ella la que no quería volver.

—No creo que él quiera que regrese, sólo se siente culpable porqué no regresé pero la única que le importa es Samantha.

—Si no quieres que ella te lo gane regresa a casa, yo voto porqué tú seas mi cuñada— bromeó el castaño riéndo y Audrey le puso una cara de fastidio.

—¡¡Que no me gusta!!— exclamó harta para después volver a estornudar mientras Lorenzo reía.


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⏰ Última actualización: Jul 24, 2021 ⏰

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