Capítulo 5

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Bridget estaba en casa de su madre y no era de extrañarse porqué ahí vivía, desde hace unas semanas se guardó el embarazo secreto de Audrey y no pensaba seguir ocultándolo.

No tenía porqué encubrir a su hermana, fué lo primero que pensó.

Sonrió maliciosamente y se dirigió a la lujosa cocina dónde su madre se encontraba y obviamente Emilíe no estaba cocinando, sino regañando a la empleada que tenía en la cocina.

—¡¡Mira lo que hiciste, quemar los vegetales!!— exclamó la mujer.

—Discúlpeme señora, recuerde que no tenía experiencia y se lo expliqué— la joven intentó defenderse de esa fiera.

—A mí no me vas a contestar y te callas, yo soy la señora de ésta casa— le dijo la mujer.

Bridget puso los ojos en blanco del fastidio al saber que no sería escuchada por su madre en ese momento, Emilíe odiaba que sus empleados tuvieran los argumentos suficientes para responderle y eso era algo que no toleraría.

—Acábala mami— fué lo único que Bridget le dijo antes de salir de allí.

Cuándo Emilíe terminó de discutir con su empleada, ésta última salió enfurecida de la mansión de la mujer dándole un fuerte portazo a la puerta.

—Malagradecida— murmuró la mujer.

—Déjala ya regresará— le dijo Bridget.

—¿Y bueno, pensabas decirme algo?— alzó una ceja mirándo a su hija.

La joven rubia la miró dudosa.

Después de todo Audrey no era su enemiga sino su hermana y si decía lo que sabía, ¿la hundiría o la ayudaría?

Ya no estaba tan segura de hacerlo y sí Bridget era una perra con su hermana, pero una noticia de embarazo era un tema delicado y sobre todo tratándose de un embarazo adolescente.

—Habla— exigió Emilíe con un gesto de molestia.

—En realidad no es tan importante— dijo Bridget mirándo sus zapatos de charol en color rojo.

—Bridget si me entero que estás ocultándome algo de suma importancia lo lamentarás— la amenazó.

—No es nada mamá— negó la rubia volteando el rostro a otra dirección.

—Sé cuándo me mientes y justo ahora lo estás haciendo, me doy cuenta no soy una tonta— murmuró con molestia.

—Es que reprobé Inglés y...

—¿No tiene que ver contigo, cierto?— le preguntó.

Bridget se quedó sin saber qué responderle.

—No tiene que ver conmigo— aceptó.

—Cuéntame.

—Audrey está embarazada— confesó su hermana así sin más.

Los ojos azules como el de mar de Emilíe casi de salen de sus orbitas al escuchar eso.

—¡¡Qué!!— exclamó con la mano en el pecho.

—Es cierto.

—¿Pero cómo lo supiste?— le preguntó la mujer.

—Descubrí a Audrey con la prueba en la mochila, sucedió cuándo fuí a casa de papá y estaba revisando sus cosas, fué entonces cuándo lo encontré— explicó la muchacha.

—¿Y qué pasará con Audrey? un embarazo arruinará su cuerpo y su vida— susurró lo último.

—Me dijo que lo abortaría pero no estoy segura de que pueda, los doctores aquí en Italia aún no aceptan practicar esas cosas aunque sea legal.

—No puedo ser abuela tan joven porque apenas tengo 48 años— se alteró.

—No lo serás porqué no creo que Audrey se quede con ese bebé, es tan cobarde que hará lo que sea para deshacerse de él — opinó la joven.

—¿Tu padre lo sabe?

—No lo sabe y es mejor que no se entere— le dijo Bridget.

—¿Y quién es el padre de ese niño, es cómo nosotros?— le preguntó a su hija.

—Sinceramente no lo sé— respondió.

—Me gustaría conocerlo— comentó con curiosidad.

—Nisiquiera sé si sigan juntos— dudó.

—Sigan juntos o no, quiero saber quién es él padre de ese niño— dijo la mujer muy decidida.

Por primera vez Bridget tuvo miedo de su madre, ¿y si arruinaba más las cosas?

***

Audrey seguía nerviosa y no pudo evitar sentirse así nisiquiera en el almuerzo junto a su padre, la rubia intentó probar el postre.

Que era un delicioso suflé de chocolate, el favorito de la muchacha pero de sólo sentir el olor dulce sintió las nauseas.

Se cubrió la boca con ambas manos y su padre la miró de reojo aún mientras éste leía el periódico.

El hombre siguió leyendo pero por ratos miraba a su hija, sabía que algo no estaba bien con Audrey.

—¿No comerás?— le preguntó su padre.

—Sólo estoy nerviosa por los exámenes— sonrió la muchacha falsamente.

Audrey comenzó a tocarse el rostro sintiéndose muy asustada al sentir la piel grasosa, ella no solía tener la piel así y lo que desconocía es que era uno de los primeros sintomas del embarazo y probablemente después comenzaría el acné o la piel pañosa.

—Tengo que irme a estudiar a mi habitación— tartamudeó la rubia levantándose del comedor.

—Qué extraño que ahora te interese estudiar, mira Audrey sí tienes algún problema no debes temer y me gustaría que me lo dijeras— se sinceró su padre mirándola y esperando que le dijera algo.

Audrey estaba literalmente congelada y nerviosa, su padre ya sospechaba que las cosas no andaban bien.

¿Qué debía hacer?

¿Mentirle o decirle la verdad?

La rubia se quedó mirándo una pared fijamente, cómo si la pared fuera a salvarla de sus problemas.

—Audrey, ¿qué sucede?— volvió a preguntar, estaba preocupado porqué a diferencia de Emilíe él no veía defectos en su hija y aunque amaba a sus dos hijas, él siempre se inclinaba más a Audrey.

La razón era porqué Bridget no era tan cercana a él y prefería a Emilíe sobre su padre.

Que su hija menor tuviera un serio problema así fuera en la escuela o personal para él era preocupante, pero también era un hombre "correcto" y serio.

Odiaba las mentiras y aunque Audrey fuera su hija más querida si pensaba mentirle él lo descubriría tarde o temprano y sea lo que sea que le escondiera no sé lo perdonaría.

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Sí que está fuerte el asunto con el padre de Audrey 😕

Imagínense que se enterara del embarazo de su hija adolescente.

No, no, no.

Recuerden que literalmente son los 90's y los tiempos eran distintos y los padres mucho más estrictos que ahora.

LOVING FOR FABRIZZIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora