CAPÍTULO 1:

3 0 0
                                    

Mi nombre es Abril Gómez, tengo 19 años y era de Madrid, antes de que mi vida diera el giro más inesperado que podría dar. Para que me entendáis mejor, os haré un pequeño resumen. El invierno pasado, mi hermano fue brutalmente asesinado, nadie sabe el por qué, nadie sabe quien fue, solo sabemos que su cuerpo apareció destrozado en un antiguo hospital abandonado a una hora y doce minutos de mi casa. Ese es el tiempo que me separó de mi hermano la última vez que respiró. A día de hoy, siete meses después de que me dieran la peor noticia de mi vida, sigo sin levantar cabeza. Toda mi energía y mi felicidad se fueron con él, mi hermano era la persona más importante para mí, era mi mejor amigo. Cuando esto ocurrió el tan solo tenia 20 años y hoy, 23 de julio, tendría que estar celebrando los 21 con todos sus seres queridos, pero no es así. Desde que el se fue, nada funciona bien, mi madre ya no sonríe, solo dedica su tiempo a trabajar, mi padre empezó a beber sin control, lo que provoca que el poco tiempo que todos coincidimos en casa sea inaguantable. Solo hay discusiones, malas contestaciones y mucha culpabilidad. 

--------------------------------------------------------------

Cuando bajo a desayunar, veo varias cajas tiradas en el suelo y a mi madre de pie mirándolas fijamente. 

-Mamá, ¿qué es todo esto?

-Oh, hola Abril -me mira, tiene unas ojeras muy marcadas y los ojos hinchados- pasa y siéntate en el sofá, tenemos que hablar.

La miro extrañada y obedezco sus órdenes.

-Dime, ¿qué pasa?

-Tu padre y yo hemos decidido divorciarnos, creo que ya te habrás dado cuenta de que en esta casa las cosas no funcionan, lo hemos hablado y creemos que lo mejor es empezar cada uno por su lado desde cero. He llamado a tu tía Claudia y me ha dicho que tienen una casa muy bonita y acogedora en Santander, creo que nos vendrá bien intentarlo al menos.

Miro a mi madre asombrada, no es que tenga nada que me retenga aquí, pero llevo viviendo en esta casa desde que nací y solo me trae buenos recuerdos. Pienso en la habitación de mi hermano, está tal y como el la dejó, solo entra mi madre de vez en cuando a limpiar, pero siempre sale rápido porque no aguanta tanto dolor.

-¿Qué vas a hacer con sus cosas?

-Las guardé, esas cajas son de la habitación de Iván, vayamos donde vayamos, no dudes que el siempre vendrá con nosotros.

-¿Y papá?

-Papá se irá a casa de tus abuelos, sé que me he precipitado tomando la decisión, a lo mejor prefieres ir a vivir con ellos.

-Para nada, nos vamos a Santander -la lanzo una falsa sonrisa.

Sé que irme de aquí puede ayudarme más de lo que me imagino, desde que mi hermano murió, a lo único que he dedicado mi vida ha sido a leer y escribir mis propias historias, perdí todas mis amistades porque creí que perdiendo a mi hermano, lo había perdido todo y que nunca necesitaría a nadie más.

-¿Cuándo nos mudamos?

-Mañana mismo, así que hoy aprovecha a despedirte de Madrid, no volveremos en mucho tiempo.

Le tomo la palabra a mi madre.

Desayuno y salgo a dar el último paseo por Madrid. 

Son las 11 de la mañana y hay gente por todas partes. 

Miro el cine donde siempre iba con mi hermano, recuerdos y más recuerdos invaden mi mente mientras sin poder evitarlo, rompo a llorar. 

Creo que por mucho tiempo que pase, jamás voy a superar esto.

----------------------------------------------------

Cuando llego a casa, mi padre me espera sentado en el sofá mientras habla tranquilamente con mi madre, hacía tanto que no veía esta imagen que ya ni me acordaba de lo que era tranquilidad entre ellos dos.

-Hija -me sonríe forzadamente- he venido a despedirme de ti y a recoger mis cosas, espero que muy de vez en cuando vengas a casa de tus abuelos -se levanta, se acerca a mí y me abraza- te voy a echar mucho de menos pequeña -se le llenan los ojos de lágrimas cuando le devuelvo el abrazo.

-Y yo a ti papá.

-Me mantendrás informado de todo ¿verdad?

-Claro que si -le sonrío.

-Y nada de relaciones, que eres muy joven -ruedo los ojos y resoplo- te quiero mucho, cuidaros las dos muchísimo mutuamente.

Se acerca a mi madre y la abraza.

-Gracias por todo Sandra -se aleja de ella y coge una caja- esta es la última -sonríe- adiós chicas, nos vemos pronto.

Vemos como se marcha dejando ver algunas lágrimas.

Toca volver a empezar.

4 inviernos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora