「ストーカー ♡」 𝘐𝘭𝘭𝘶𝘮𝘪 𝘡𝘰𝘭𝘥𝘺𝘤𝘬

III. Charla

-Necesito que detengas a cualquiera que utilice una vara con mi color. -Su voz sonó demandante mientras sostenía el teléfono contra su oreja con tanta fuerza que parecía que lo iba a romper. No lo soltó incluso cuando escuchó el pitido de llamada finalizada.

Sus labios estaban agrietados y casi sangrantes debido a que estuvo mordiendo estos durante horas, bajo un estado de pánico. Ya le había explicado toda la situación a su representante y él dijo que se encargaría de ello.

Las sombras oscuras marcadas alrededor de sus ojos demostraban lo cansado que se sentía, no había dormido y se veía como si se fuera a desmayar en cualquier momento.

La hora del concierto se acercaba y con cada minuto que pasaba, su nerviosismo solo aumentaba más y más.

Había escuchado sobre asesinos que habían acabado con la vida de las personas a las que admiraban y no quería terminar de esa forma, aún era demasiado joven como para morir a manos de algún loco.

Se miró en el espejo durante unos segundos más, aun sosteniendo su teléfono como si se le fuera a escapar de las manos. Se veía horrible, su cabello era un desastre y su ropa también.

Suspiró.

"Esta es tu última presentación y estarás bien", pensó para sí mismo aunque algo en el interior de su cerebro le gritaba que se retirara y que dejara este sueño estúpido de ser idol.

Su teléfono sonó de repente en su oreja, aturdiendolo momentáneamente.

Bajó el dispositivo con un hermoso estuche de color rosa, mirando la pantalla recién encendida de este.

Era un mensaje de un número desconocido.

"Nos vemos en el concierto."

Su cuerpo se sintió pesado y lágrimas empezaron a picar en sus ojos; quería huir, volver a casa de sus padres, disculparse por sus malas decisiones y volver a la escuela como un niño normal de su edad. Deseaba olvidarse de esto, cualquier cosa era mejor que ser acosado por un loco.

Lanzó el teléfono hacia el espejo con tanta fuerza que logró hacer una grieta en el cristal reflector. Se dejó caer al suelo con lágrimas cayendo por sus mejillas, mientras se jalaba del cabello con fuerza.

Quería que esto se acabara, quería irse a un lugar lejano, quería abrazar a su madre, quería olvidarse de esto.

El teléfono volvió a sonar con una de sus canciones favoritas como ring tone, era una llamada.

No quería responder, solo se quedó llorando contra la pared, esperando a que el celular parara con su ruido desesperante. Quería que todos lo dejaran solo.

El sonido continuó durante unos segundos más hasta que una voz robótica sonó en la habitación, también de su teléfono.

"Usted tiene un nuevo mensaje de voz" dijo la voz femenina desde el pequeño dispositivo que se encontraba en el piso, frente al espejo.

Un pitido le siguió y luego una voz masculina habló. (T/N) la conocía bien, era la voz de uno de sus compañeros de trabajo.

-Oye, (T/N), Max dijo que todos debíamos presentarnos en los vestidores para hablar sobre unos temas importantes. ¿Puedes venir ahora? -Su voz sonaba gentil y (T/N) no pudo evitar sonreír entre lágrimas al escucharla.

Todo iba a estar bien, él ya había informado sobre lo que estaba pasando y ahora su representante iba a apoyarlo, todo iba a salir bien, no tenía que preocuparse porque ese loco iba a ser detenido.