PRINGAO' CONFIRMADO|| WIGETTA z4 || One Shot || Lemmon

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NARRA SAMUEL

Una irritante luz empezó a aparecer, acendía por mi rostro, sentía como esta iba calentando mi cara a su paso, abrí los ojos y la cegadora iluminación se hizo más que presente frente a mi, pestañee un par de veces para acostumbrarme a la irritante luz, poco a poco mi vista se fue esclareciendo, gruñí ante la molesta forma de desperta que tuve, intenté caer nuevamente en los brazos de morfeo pero fue más que imposible así que con toda la desgana del momento me levanté de la cama, con mi mano limpie las lagañas del sueño y me dirigí al baño, me dí una ducha rápida.

El agua caliente lograba relajar todos mis músculos, me quitaba todo el estrés que siempre llevaba, adormecía mi piel, la volvía sensible ante el tacto, el vapor era lo mejor de todo, amaba darme este tipo de duchas porque tenía un tiempo para mí en el cuál podía reflexionar sobre mi vida, mi pasado, mi presente, mi futuro y sobre el amor.

Salí de la ducha con la mente liberada, estaba relajado, me miré al espejo y vi que la barba me estaba empezando a crecer y eso que me la corté hace apenas dos días. Busque ropa para vestirme, una vez listo bajé a la cocina para desayunar unas tostadas, saqué la cafetera y me dispuse a hacer un café tinto, puse las tostadas en la tostadora, estaba de espalda a la puerta de la cocina así que no podía ver si alguien entraba.

Sentí unos brazos rodear rápidamente mi cintura, ante tal acto me giré para encontrar con mi Willy, sonreí al verle hacer eso pues no es típico de él hacer este tipos de cosas mimosas, aproveché su acto de cariño para darle un dulce beso de buenos días, el correspondio casi al instante con algo de torpeza, su torpeza al besar me encantaba tanto que al imitarla yo con él este intentaba luchar contra mí y casí siempre terminabamos sin aliento y riendo.

Me separé de él y le abracé, el menor simplemente levantó la mirada y la clavo sobre mí, me encantaba su sonrisa boba y sus ojos oscuros rasgados, era lo que más me enamoraba de él, sus carcajadas, su forma tierna de sonrojarse rápido, me enamoraba todo de él hasta sus imperfecciones.

-Buenos días compañero.- Dije mientras sacaba las tostadas de la máquina.

-Buen día Vegetta.- Yo negué con la cabeza ya que no me gustaba que en momentos tan íntimos como este me llamará así.

-Guille, ya te dije que no me gusta que me llames así.- Él solo bufó y se acercó a la heladera para coger la leche y luego tomar los cereales de una repisa alta.

-Vale, lo tendré en cuenta para la próxima.- Me dí la vuelta para darme cuenta que estaba riendo de manera silenciosa.

-¿Y ahora de que te ries niño?.- Pregunté indignado sin darme cuenta que le daba tanta gracia.

-No nada nada, solo me acordé algo, eso es todo.- Yo volví a negar con la cabeza y suspire.

-Buah chaval, lo que tengo que aguantar.- Reí tras mi comentario el cual no le hizo ninguna gracia.

-Mm... Y bien que me aguntas.- Tras decir eso salió de la cocina y se dirigió hacia el comedor. Volvió a los pocos segundos.- ¿Te ayudo en algo?

-Puedes ir llevando esto.- Le dí un platillo con las tostadas.

-Vale ¿algo más?.- Me extrañó que estuviese tan atento y sin más que decir negué con la cabeza, el se retiró llevando consigo el plato.

A los pocos minutos me dirigí al comedor con la cafetera en manos y una taza para servirme el tinto.

-¿Qué tienes que hacer hoy?.- Estuve a punto de decirle mi rutina pero estaba seguro de que él solo preguntó eso para cesar con el silencio.