Parte 1 Aprobando materias.

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CAPITULO UNO

 

Phoenix, Arizona
Julio de 1075

Era viernes, faltaba menos de media hora para que se acabaran las clases, la hora preferida de Amanda Flynn. La hora en que todos se retiraban a sus casas, todos menos ella, aprovechaba para poder permanecer en la escuela, no era muy buena en los estudios, así que hacia lo que podía con tal de que le ayudaran los maestros.

Estando en el aula observaba con atención todos los mapas que estaban colocados arriba de las pizarras y en las paredes descoloridas del salón. Se percató de un cartel con un cuerpo humano desnudo en el que mostraba todo nuestra anatomía, desde el sistema tegumentario hasta el endócrino.
Escuchó que se abría la puerta y su rostro volteó en seguida, sus ojos se posaron en los de su maestro de ciencias, era un hombre alto, de piel blanca, grandes ojos oscuros, con una gran ceja tupida y labios rosas delgados, tenía el pelo hacia atrás y la miraba de arriba a abajo.

-Profesor Finder, lo estaba esperando, tengo una pequeña duda en la clase de hoy- dijo Amanda acercándose a él.

-Deja traer el libro, está en el otro salón- dijo el maestro saliendo del aula. Ella se volteó y se desabrochó otro botón más de su camisa y se subió aún más la falda, quería aprobar la materia y tenía que seducirlo, era la única manera. Se puso de frente a la puerta a esperar que llegara.

-Aquí está, ¿cuál es la página en que nos quedamos?

-Deje checar en mis apuntes- dijo agachándose a su mochila, ella sabía que en esa posición el profesor podía ver perfectamente todas sus piernas incluyendo su ropa interior, a ella le gustaba, le gustaba que todos la desearan, todas las chicas de su escuela la llamaban “zorra” pero a ella no le afectaba en lo más mínimo. Sé levantó y vio la cara del profesor, trataba de no mirarla, de solo mirar el libro, se lo arrebató y empezó a hojearlo con rapidez.

-Profesor ¿le sucede algo?

-No, nada solo, que ya casi me voy y quiero explicarte rápido

-No profesor, no se valla, yo quiero estar más rato con usted-   dijo agarrándole la mano con su mano y con la otra la sobaba. El profesor Finder se puso aún más nervioso, se zafó de las manos de Amanda y trató de tranquilizarse.

-A ver, ¿qué es lo que no entendías?

-Lo de ésta página- apuntó la página del libro y se acercó a la mesa apoyando sus pechos en la mesa, esto hacía que se brotaran y se notaran aún más.

-A fácil, mira solo es cuestión de comprender la clasificación- dijo mientras miraba a la joven, se percató del gran abultamiento de su blusa y de la piel blanca de sus pechos, no podía apartar la vista de ellos, pero era inadecuado, era su maestro, no quería faltarle al respeto de ninguna manera -Amanda, se te ven tus pechos, abróchate la blusa, si quieres- dijo el profesor dudando, deseando que no lo hiciera.

-¿Cómo que si quiero? ¿Usted quiere que me abroche la blusa? Creí que no le incomodaba en nada- dijo en tono aniñado y con mirada pícara.

-Amanda por favor, no hagas cosas que parezcan inadecuadas.

-Pero profesor, no es nada malo, todas las mujeres tienen, es lo más normal del mundo ¿a poco se asusta? ¿O le molesta?

-No, no me molesta en nada, al contrario, tienes muy bonitos pechos- comentó el profesor mirándolos detenidamente.

-¿En serio? Me parecen algo pequeños- dijo acercándose aún más a su profesor.

-Nnnno, no, por supuesto que no son pequeños, son perfectos, muy bellos- contestó tartamudeando.

 Tomó la mano del profesor y la acercó a sus pechos –Toque, dígame, ¿están muy firmes? ¿Son suaves?

Él pudo sentir la carne firme y tersa de ella, con su yema de los dedos tocó su piel, sintió una oleada de calor por su cuerpo y pudo notar que ella mostraba en su cara satisfacción, entonces apretó con gozo las manos en sus pechos, ella se sentó en sus piernas y lo besó, era esa clase de beso que es difícil de llevar el paso, apasionado, fuerte y fría a la vez, como un beso de telenovela, apasionado pero sin sentido. Bajó una mano y empezó a acariciarle la pierna, hiso un recorrido desde las pantorrillas a el muslo, era una mujer completa a pesar de tener menoría de edad, al recordar que era menor de edad, la apartó rápidamente y le abotonó la camisa.

-No sé qué es lo que quieras conseguir, si mi expulsión o algo por el estilo, pero por ti no me voy a quedar sin trabajo, haremos como que si nada de esto pasó ¿ok?

-¿Por qué me trata así? ¿Acaso no le gustó este momento? Lo disfrutó y le gusto ¡lo sé! Le prometo que vendré pronto a visitarlo, a ver si me da clases de anatomía- dijo mientras reía al salir por la puerta.

Amanda sabía que aprobaría esa materia, puede que el profesor ya no quiera tener algo con ella, pero sabía que el temía a que dijera algo, ella conseguía lo que quería, era totalmente esa clase de chica fácil. 

Cuidado con la pelirroja. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora