Mi atracción hacia ti

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La cantidad de tiempo que pasas en el hospital, Ash, no es saludable —dijo Liz, dando un paso adelante—. No es normal.

—Abrí la boca para responder y ella levantó una mano, deteniéndome—. Y no me digas que es por tu tesis. Hablé con Clancy y me dijo que tienes un montón de material extra, y que tu esquema de tesis está casi hecho.

Cerré mi boca, no podía utilizar la defensa que había estado a punto de emplear. Tenía un borrador del esquema de mi tesis completo. La situación de Javadd era sólo una pequeña parte de ella, un punto de referencia real para todos los demás datos. No se habría sentido correcto hacer de su caso el centro, dramatizando su dolor de esa manera.

Seguí a Liz hacia el mostrador, necesitando aún mucha más cafeína para considerar hablar con ella acerca de mi relación con Javadd.

—Dime qué está pasando, Ash. No es propio de ti estar tan obsesionada con un tema de prueba.

Tragué saliva. Tenía que sincerarme sobre Javadd. Él no era sólo un sujeto de prueba. No lo había sido desde el principio, y ahora, después de pasar varias semanas con él, hablando sobre música y literatura, probando todo tipo de alimentos, sabía que nos habíamos vuelto cercanos.

Tan cercanos como la relación médico-paciente debía ser, aunque yo no era médico todavía.

Contuve una sonrisa al pensar en Javadd, luchando por mantener mi cara de póquer frente a Liz. Ella saltaría sobre mí a la primera señal de que algo estaba mal.

A pesar de que mis visitas no habían ayudado a Javadd a recordar nada, él había dicho que pasar tiempo juntos le trajo una especie de paz. Le proporcioné un breve escape de su dolor y un descanso de los investigadores que todavía lo interrogaban, pero que estaban topándose con obstáculos al tratar de reconstruir su caso.

Me acerqué al mostrador para hacer mi pedido.

—Un café pequeño con leche descremada.

Liz le gritó su orden al cajero y entregó su tarjeta.

—Sé que he estado alentándote para que eches un polvo, pero no quise decir con él. No me importa lo guapo que sea. Es un paciente con trastorno mental, por el amor de Dios. —El cajero de rastas levantó las cejas, mirando entre Liz y yo. Genial. Tiré mi dinero suelto en el tarro de propinas y me dirigí al final dela barra para esperar mi bebida, apretando los puños a los costados.

Nos sentamos en los cómodos sillones de la parte de atrás, bebiendo café. La mirada conocedora de Liz nunca dejó la mía.

—Dime lo que está pasando. Desde que lo conociste te has convertido aún más que antes en un ermitaño.

Agaché la cabeza, tomando un sorbo de mi café con leche. Maldita sea, demasiado caliente. Sabía que ella tenía razón, pero no podía explicar la atracción que Javadd tenía sobre mí. Tal vez no era saludable pasar tanto tiempo en el hospital. Casi me reí con la evidencia de esa declaración. Pero Javadd no estaba loco. Sabía eso a ciencia cierta. También sabía con absoluta certeza que yo sería la que iba a volverme loca si nuestra química sexual se volvía más caliente.

Cada día entraba en su habitación, él me levantaba entre sus brazos y me abrazaba fuertemente antes de dejar mis pies en el suelo. No podía evitar pensar que él ansiaba afecto físico después de una semana solo. El Dr. Andrews nos había visto abrazarnos una vez y al instante me había sentido avergonzada por permitirme conectar tanto con un paciente.

Por supuesto, eso no me había impedido visitar a Javadd cada día. Sólo intentaba evitar arduamente al Dr. Andrews.

Durante el café, Liz trató de convencerme de que tenía que tomarme un descanso de mi trabajo con Javadd, que me estaba obsesionando.

Descíframe | Zayn Malik | Adaptada - HOT-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora