Gon.
En la tranquila Isla Ballena, tú y Gon disfrutasteis de unas vacaciones memorables. Juntos, adornasteis el árbol de Navidad con risas y complicidad, creando un ambiente festivo. En la mañana de Navidad, la emoción llenó la habitación mientras abríais regalos con entusiasmo juvenil. Las peleas de almohadas se convirtieron en el pasatiempo favorito, desatando risas y alboroto. Avergonzando a Gon un poco, Mito-san compartió contigo recuerdos entrañables de la infancia de tu novio, evocando nostalgia y sonrisas cómplices.
Pero el momento más especial llegó cuando Gon, con su espíritu inocente, te sorprendió con un beso bajo el muérdago, provocando en ti un gran sonrojo debido a la audacia que había tenido para hacerlo enfrente de su tía.
Killua.
A pesar de que su madre os había solicitado en la mansión de los Zoldyck, ni en broma os presentasteis, ya que sabíais lo que eso podría suponer. En su lugar pasasteis la noche en una preciosa cabaña frente a un lago congelado.
Aunque hacía frío, el calor de las mantas y de los abrazos lo hacía soportable, además de que la compañía era lo que más felices os hacía. La noche de los regalos, le diste muchos de sus chocolates favoritos, una sudadera que había visto hace mucho tiempo y una bufanda, mientras que él te había comprado flores, unos adornos para el cabello, que aunque lo tenías corto por comodidad lo solías decorar, y un caballete con pinturas para que pudieras pintar como tanto te gustaba.
A pesar de su comportamiento Tsundere a veces, pasasteis la navidad de manera amorosa y, no faltaron los pequeños besos y risas cómplices.
Leorio.
En un rincón acogedor, entre los muros que Leorio había rechazado decorar, la magia de la Navidad encontró su camino. Aunque él inicialmente se resistió, terminó cediendo ante tu insistencia. Juntos, cantasteis villancicos mientras las luces parpadeaban en el árbol adornado.
La noche brilló con los destellos de los fuegos artificiales, tú y Leorio disfrutasteis del espectáculo con tazas humeantes de chocolate caliente. Entre risas y susurros, la alegría inundó vuestros corazones.
En los momentos más inesperados, Leorio sentía el suave roce de un beso, un gesto espontáneo y tierno que le regalabas cuando menos lo esperaba. En medio de las aventuras y desafíos, encontrasteis en esos pequeños momentos la verdadera esencia de vuestra conexión, un vínculo que iba más allá de las palabras y se manifestaba en gestos de amor y complicidad.
Kurapika.
La nieve caía suavemente sobre la ciudad, creando un ambiente mágico en el acogedor apartamento donde tú y Kurapika os preparaban para recibir la Navidad juntos.
El árbol centelleaba con luces brillantes, mientras Kurapika colocaba cuidadosamente los adornos con tu ayuda entusiasta. La expresión serena y concentrada en el rostro de Kurapika reflejaba el amor y la dedicación que ponía en cada detalle, y para ti era ciertamente un alivio verlo menos preocupado al menos por unos días, por su necesidad de recuperar los ojos escarlata.
El delicioso aroma a galletas recién horneadas llenaba la habitación, resultado de los esfuerzos conjuntos en la cocina. La habilidad culinaria innata de Kurapika era evidente, y juntos disfrutaban cada momento de preparar la cena navideña.
A medida que el reloj marcaba la llegada de la medianoche, tú y Kurapika os sentasteis junto al árbol, compartiendo historias y risas. El brillo de las luces reflejaba los ojos profundos y cautivadores de Kurapika, creando un ambiente aún más especial, en el cuál compartisteis un beso que decía todo lo que sentíais.
Hisoka.
¿Navidad? Una pérdida de tiempo. Se negó rotundamente a celebrarlo, pero te ofreció como regalo una noche de pasión, cosa que rechazaste porque no estabas de humor para tener relaciones, gracias a su negativa en cero de celebrar algo que te hacía ilusión.
Desapareció unas horas, tras las cuales entró en la habitación que compartíais, con varios regalos en la mano y un pomposo lazo en su cabeza.
Ahora él era tu regalo y, ¿cómo le ibas a decir que no cuando ya se te había pasado el enojo y su esfuerzo te pareció tierno?
Illumi.
Para él la navidad no significaba nada, nunca la había celebrado y eso no iba a cambiar solo porque tu fueras su pareja. Quiso enseñarte a matar, sin embargo no lograste pasar de los pequeños animales sin estallar en llanto.
A pesar de todo, sucumbió a tus peticiones de hacer un intercambio de regalos, los cuales claramente tuviste que mandar a buscar por uno de los sirvientes, ya que no te dejaban salir de la mansión más que para ir al jardín.
El intercambio fue corto, pero te produjo una cálida sensación en el pecho. Recibiste agujas azules, unos de los libros que hablas estado pidiendo mucho tiempo y una caja con diferentes piezas para que crearas de cero tu propio móvil, ese que tanto le habías estado pidiendo, pero que él nunca compró porque "solo tenías que hablar con él".
Ahora tenías un móvil, solo tenías que usar tu inteligencia para montarlo.
Chrollo.
Ese día les pidió a los miembros de la Brigada que no interfirieran en los planes que tenía contigo. Pasasteis la mayor parte del día tumbados en la cama, leyendo juntos.
Luego, de manera discreta, ya que Chrollo era un criminal bastante buscado, salisteis a dar un paseo tomados de la mano, algunas compras no podían faltar en el plan.
La mañana de Navidad amaneció nevada, en tu cabeza sonaba bien salir en pijama, cosa que hiciste, tumbándote en la nieve y arrancando risas entre los miembros de la Brigada. Chrollo te levantó con preocupación, advirtiéndote que te resfriarías.
Al final, su predicción se hizo realidad y terminaste con un buen resfrío, que te impedía hasta saborear la comida. Sin embargo, Chrollo se quedó a tu lado cuidándote y dándote todo el calor posible.**Todos los personajes que son menores de edad, tienen la edad subida a los 18, todo es legal**
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La Rosa de Hunter x Hunter
FanfictionHistorias con los distintos personajes de Hunter x Hunter . Abierta a solicitudes :) Espero os guste. en remodelación.