Parte 2

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— Es tan delicado de salud mi hijo, que incluso si come una fruta y su organismo está débil, puede producirle una diarrea mortal, es muy estresante para mí, Ramón se la pasa todo el día en casa, como es millonario no se preocupa por el dinero, pero para él soy invisible, ya no salimos a ninguna parte — se quejaba la madre.

— Eres tan joven y bella para estar enterrada en vida cuidando a ese niño, con su condición si llega a los 10 años sería milagroso.

— A veces quisiera que muriera de una vez, para que descanse por fin, no quiero verlo sufrir tanto. Ya no quiero nada con Ramón, solo me llama para que cuide a nuestro hijo, pero no puedo separarme, firme un acuerdo prenupcial, si no tengo un motivo de peso me quedaré sin nada, y luego que le di los mejores años de mi vida.

Ella siempre se quejaba de lo mismo, hasta que Armando le hizo una propuesta.

— ¿Te parece si acabamos con el sufrimiento del pequeño? Solo adelantaremos lo inevitable, y así podrías separarte de Ramón, puedes argumentar sufrimiento mental al estar cerca del padre de tu hijo muerto.

Aprovechando que el niño estaba de nuevo en el hospital, Armando cambió sus turnos y en la noche le aplicó un medicamento que le produjo un paro cardiaco, el pequeño amaneció muerto.


En el juicio se demostró que el padre había quedado confundido porque el niño estaba mucho mejor, no tenía sentido que hubiera fallecido, siguió indagando cuando su mujer se fue, pagó a un detective que descubrió la relación de su esposa con el enfermero, y que éste estaba con el niño cuando murió. Por eso solicito que se realizará la autopsia a los restos de su hijo, a lo que se había opuesto la madre, inmediatamente se comprobó que un medicamento estaba en una concentración demasiado alta, así Ramón se dio cuenta que lo habían matado.

— Pero eso — alegó el fiscal en el juicio — no le da derecho a matar a su esposa y al enfermero, todo lo que usted hizo fue premeditado, supo esto 15 días antes de los asesinatos.

El abogado defensor llamó al acusado al estrado.

— ¿Puede decirnos que pasó exactamente esa noche?

— Yo había decidido que esto llegará a la justicia, no era mi intención matarlos, esa noche estaba mirando televisión como siempre, estaba con este muñeco, tiene pelo de mi hijo, su ropa. Supongo que perdí por un momento la cordura, solo sé que no recuerdo nada más hasta que la policía llegó a mi casa.

En eso el juez ordenó que le quitarán el juguete, el hombre se descontroló, comenzó a gritar como loco.

— Es mi hijo, es mi hijo, no me lo quiten, por favor.

Lo sacaron de la sala entre tres guardias. En vista de lo que ocurrió decidieron revisar su estado psicológico.

Al Dr. Maine, el padre le aseguro que el muñeco tenía el alma de su hijo, y que él había sido quien en realidad había matado a los amantes, pero que quería protegerlo, pensaba que podrían destruirlo si sabían la verdad.

— ¿Por eso este... juguete estaba bañado en sangre cuando lo detuvieron?

— Exacto.

Le dieron el resultado de la entrevista al juez, el padre había perdido la razón al morir su hijo, y descubrir que fue su esposa quien orquesto todo eso.

— Se ve tan normal.

— Todos son iguales, si pudieras ver la mente de los demás... recomiendo internación.

— ¿Y esa cosa? — el juez apuntó con un dedo el muñeco que estaba sobre una silla.

— Mejor es separarlo de él, lo llevaré a casa, mañana lo desarmaré y lo tiraré a la basura.

Cuentos oscuros. PinochoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora