𝑇𝑟𝑒𝑠

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Barber se apartó de la hermosa rubia para sacarse el preservativo.

―Hay un tacho cerca de la puerta ―señaló la mujer, poniéndose de costado para lograr una pose sexy―. ¿Tienes ganas de otro asalto? ―preguntó haciéndolo voltear.

―No tengo más condones.

Eso significaba que sí quería más. El apuesto hombre quería más de ella. Emocionada, se mordió el labio inferior de forma seductora.

―No será problema ―estiró un brazo para abrir el cajón de su buró y sacar otro paquete pequeño de protección.

Andy sonrió de lado antes de regresar a la cama junto a la mujer. Natalie lo recibió sonriendo. Esta vez, ella se puso encima para tener el mando. Tomó la iniciativa besándole el cuello y fue bajando. Chupó sus pezones. Le dejó marcas de sus uñas en el torso y lamió sus abdominales.

El asistente del fiscal cerró los ojos y llevó la cabeza hacia atrás al sentir que ella tomaba su miembro en las manos. Lo hizo gruñir cuando besó la punta del falo. Después lo recibió en su cálida boca hasta que estuvo totalmente listo. Entonces abrió el paquete dorado y le puso el látex. Lo tentó rozando las intimidades un par de veces antes de conducirlo hasta su interior.

―Mmm... ―se aferró a los fuertes hombros al sentirlo más profundo en esa posición.

Rushman marcó el ritmo del encuentro. Poco a poco, fue yendo más rápido en busca de su liberación. Andrew no quería ni parpadear para no perderse la gloriosa imagen de esa mujer moviéndose encima suyo. La agarró de las caderas para ayudarla. Continuaron con el encuentro hasta obtener otro orgasmo juntos.

Barber volvió a levantarse de la cama para deshacerse del condón usado. Por su parte, Natalie fue hasta el baño y abrió la ducha.

―¿Quieres venir? ―gritó frente al espejo mientras se ataba el cabello.

Entró bajo el agua y fue pasando jabón por su cuerpo. Barber llegó hasta el baño y la observó. No pudo evitar que su cuerpo reaccionara de nuevo al verla con el agua recorriéndola. Ella sonrió al notarlo. Se enjuagó bien y se acercó para darle un beso.

―Estoy agotada, quizá la próxima ―comentó a la par que le daba un apretón en el miembro.

Natalie fue por toallas. Regresó para dejarle una encima del lavatorio. Después fue al dormitorio a cambiar las sábanas. Esperaba que él quisiera quedarse a dormir o por lo menos que le pidiera su número para llamarla en el futuro.

Andy se acercó con la toalla alrededor de la cintura. Recogió su ropa interior y se la puso.

―Hace años que no hago esto ―confesó notando que ella se había puesto un vestido de algodón para dormir.

―Espero que no estés hablando del sexo. Sería triste.

El hombre negó, sonriendo con los ojos.

―Me refiero a acostarme con alguien sin estar casado.

La rubia sintió satisfacción al saber que era la primera con la que había intimado estando soltero. Se acercó y le dio un largo beso.

―No creo que las cosas hayan cambiado tanto. Me agradas, así que puedes quedarte a dormir y tal vez... en la mañana nos divertiremos más ―susurró seductora.

―Me quedaré ―aceptó con gusto.

No les costó mucho hallar una posición en la que se sintieron cómodos. Quedaron profundamente dormidos en pocos minutos.

Rushman fue la primera en despertar. Todavía era temprano para que se preparara para el inicio de su jornada laboral. Se levantó y estiró los brazos. Una sonrisa adornó su rostro al ver a Andrew durmiendo en su cama.

Fantasías con él || Andy Barber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora