Quebrando al silencio

Murmullo I

Bostecé, pero no hice caso a mis ganas de dormir, sino que continué observando el testimonio de esa madre en las noticias. Era triste y sé que ni siquiera debería estar escuchando esto a la medianoche, pero mis trabajos dados por mi misma no se iban a acabar solos y no quería acumular trabajo.

Mi profesora, ósea yo, seguro me mataría mañana con castigos de 20 flexiones. 

Alcé el lápiz, de nuevo, y comencé a escribir las respuestas de la pequeña practica que me había armado para ese día. Solo faltaban dos preguntas, así que... Miré la ventana cubierta por la cortina y me deslicé hacia ella ignorando mi propio ceño fruncido dentro de mi mente. Solo era un pequeño descanso, no hacia tanto mal, ¿no?

Abrí el ventanal y solté un suspiro cuando me apoyé en el barandal del pequeño balcón. Miré la soledad en la calle de abajo, pero a la vez parecía tan tranquila, contrario a lo que es en la mañana inundada de gente o vendedores. Una calma tan...

Me paralicé al ver a Len en la misma pose que yo. ¿Qué hacia él ahí? Lo miré detenidamente y, aunque no me miraba, pude notar el dolor dentro de sus ojos otra vez. Su expresión denotaba tristeza al mirar hacia su frente. También noté que dentro de su mano estaba ese pequeño espejo de mano que siempre agarraba. Lo apretó en un momento y su expresión se transformó en uno de nostalgia.

También miré al frente, esperando poder ver lo que él trataba de ver. ¿A quién extrañaba con tanta fuerza? ¿Su novia? 

(...)

— ¿De qué hablas? —  Me preguntó su madre prestando atención a las ollas sobre el fuego, removió una de ellas. Miré a Len, quien estaba concentrado en picar una zanahoria.— ¿Encontrar esa película por internet? Len tiene prohibido usar eso. Él lo sabe, por eso solo busca el DVD de esa película.

¿Qué?

Volví a mirar a Len sin poder creer lo que había escuchado, él solo se encogió de hombros al mirarme por un segundo. Cuando su madre volteó hacia nosotros al limpiarse las manos con un trapo, volví a dibujar mi sonrisa de nuevo. Asentí hacia sus palabras como si estuviera de acuerdo y guardé mis pensamientos de que su familia era extraña.

Pero... Len tenía mi edad, no era un niño. 

— Así que solo te rogaría que alejes a Len de las computadoras.— Me dijo la señora palmeando mi hombro.— Eres una buena cocinera,  ___. 

Volví a asentir ocultando mi miedo ante un pensamiento que me llegó de repente al escuchar la voz de su "madre". ¿Qué... Tragué con fuerza ante esa idea. ¿Qué tal si Len estaba secuestrado o algo así? ¿Qué tal si lo estaban buscando? Len dijo que no recordaba las cosas desde los once años y... No dejan que toque los aparatos tecnológicos. ¿Quién rayo sigue utilizando los DVD's? Cuando ya existen paginas... ¿Qué tal si borraron su memoria después de secuestrarlo? ¿Qué tal si no nació mudo? Y... Y-y puede que...

— Estás tensa. — Me sobresalté cuando otra persona, detrás de mi, palmeó mi hombro. — ¿Tu trabajo es muy estresante? 

— ¡Len! — Mi cuerpo reaccionó ante el grito del padre de Len, si es que lo era. Asentí evitando la mirada de Kaito y caminé hacia el lavaplatos. ¿Qué tal si estoy exagerando? — Te dije que dejaras de hacerlo. ¿Por qué no me escuchas? 

Los observé. El padre de Len estaba frente a él con el ceño fruncido. Ellos... Ellos nunca lo dejan solo. Mi corazón comenzó a palpitar con fuerza al ser consciente de ese tipo de realidad que se desarrollaba frente a mis ojos. ¿Qué debería hacer?

Len movió las manos, pero esta vez, no pude recordar ni comprender lo que decía. Mi mente estaba en blanco. ¿Qué debería hacer? ¿Qué tal si solo estaba exagerando? ¿Qué tal si era real? ¿No sería yo también una cómplice?