Hace millones de años, Mama Pacha se alimentaba de la sangre de humanos fallecidos. Pero una vez, un humano caminando por el bosque se tropezó y cayó, golpeando sus piernas con unas rocas y regando su sangre sobre Mama Pacha. Esta sangre era mucho más fresca y rica, a lo cual Mama pacha, pidió a los humanos un poco de la sangre de ellos, para que la germinación de las plantas, los ríos, el crecimiento de las flores y los frutos, se siguiera manteniendo. Los humanos al escuchar tal petición, se negaron, pues no iban a dar su sangre por algo que siempre habían tenido.
Mama Pacha, al ver que los humanos no cumplían con su petición, se sintió triste y esto hizo que los ríos se secaran, las flores se marchitaran y la cosecha se acabara. Los humanos, en un nivel de desesperación, empezaron a realizar pequeños cortes en sus brazos y sus piernas, derramando su sangre para Mama Pacha. Sin embargo, esta sangre no era tan rica y no la complacía.
Lucy, la primera mujer que habito la tierra, angustiada por ver como derramaban sangre hombres y mujeres sin ninguna atención de Mama Pacha, decidió emprender camino en busca de su creadora, la luna, para que la ayudara. Durante mucho tiempo camino hasta encontrar la noche, y en ella se topó a la luna, quien de tristeza derramaba lágrimas que caían a la tierra en forma de lluvia.
— ¡Oh creadora! ¿Estas llorando por lo que nos está pasando? —le pregunto Lucy a la Luna.
—Lucy, amada mía, Mama Pacha esta sedienta, quiere beber la sangre de sus cuerpos aún con vida. Pero esto, los llevara en algún momento a desaparecer. El dolor ya no lo resistirán y preferirán morir.
—Sin agua, ni comida, los cortes en nuestros cuerpos parecen nunca sanar. Sin duda, vamos a morir. Ya no aguanto ver tanto sufrimiento. ¡Creadora, ayúdanos!
La luna, vio que Lucy emprendió un largo camino para encontrarla a pesar de sus heridas, de la sed y del hambre; por lo cual la vio como una mujer fuerte que aguantaría una gran responsabilidad encima. Así que, como modo de ayudarla le obsequio un regalo.
—Este regalo que te daré amada Lucy, se llama menstruación y te permitirá ser creadora de vida. Cada mes podrás ser fecunda y procrear a otros humanos. La sangre que derramarás se la darás a Mama Pacha en forma de agradecimiento, y todas las mujeres que traigas al mundo tendrán el mismo don que tú.
Lucy, palpo su vagina y vio como de sus piernas bajaba sangre hasta tocar la tierra. Al ver esto, agradeció a la luna y emprendió su vuelta con los humanos. Les contaría lo que la luna le había regalo y les diría que ya no era necesario que se cortaran más su cuerpo, pues ella, sería la que alimentara a Mama Pacha.
Cuando regreso, los humanos le agradecieron por su viaje en busca de ayuda, y la atendieron como nunca antes lo habían hecho. En unas tasas recogieron la sangre y luego la regaron a Mama Pacha en forma de agradecimiento por todo lo que les daba. Mama Pacha al sentir esto, rebroto. La sangre de Lucy era saciante, algo que se debía a que la misma luna fue la productora de ella y con ese objetivo fue creada. Esta sangre satisfacía a Mama Pacha por un mes, y así, cada uno de los meses Lucy sangraba para entregar su menstruación a Mama Pacha.
El primer mes, Lucy estaba encantada con su regalo; pues los humanos atendían sus peticiones y no la hacían trabajar en la cosecha. El segundo mes, se sentía con mucha más energía, estaba concentrada y con ganas de ayudar en los cultivos, en la siembra y en cualquier otra tarea que le pusieran. Se sentía fuerte. Pero en el tercer mes, el ánimo de ella se apagó. Sus emociones estaban obstruidas, y no entendía el porqué. Se sentía cansada y adolorida. El frío que la penetraba, hacía que cuando derramaba sangre le doliera su vientre. Toda aquella energía que había sentido el mes anterior, había desaparecido. Afligida por lo que estaba sintiendo, fue en busca de la luna de nuevo. Así que emprendió su viaje en busca de ella, pero no la encontró. La luna esa noche había desaparecido a los ojos de Lucy. Adolorida y cansada de su largo viaje, decidió descansar un poco, quedándose dormida. Allí tuvo un sueño, en donde la luna se le presento.
—Lucy, no me distingues esta noche porque estoy renaciendo. Conforme pasen los días me hare más notable, pero este mes, seré una luna nueva. Por eso los dolores en tu vientre. Por eso tus cambios de ánimo. Tú y yo estamos conectadas. Deberás ser consciente de nuestros ciclos. Entender que con cada fase mía habrá efectos sobre ti. Conéctate contigo misma y usa esto a tu favor.
En su sueño, Lucy intento preguntarle a la luna como se podía conectar con ella, en cómo ser más consciente de su cuerpo, pero esto fue en vano. La luna ya había desaparecido de su sueño. Cuando despertó, tenía más dudas que certezas. Pero retumbaba en su mente las palabras lo que la luna le había dicho. Así que emprendió un nuevo viaje en busca de ayuda. En la mente de Lucy quedaban las palabras "este mes" — ¿el mes anterior en qué fase estaba? — era una pregunta que constantemente se hacia Lucy en su cabeza.
Ella pensaba que el único que podía conocer a la luna en todas sus fases era el sol, aquel que desde la lejanía hablaba con ella para saber en qué momento entrar y en qué momento desaparecer. De nuevo, Lucy emprendió su camino, pero esta vez, en busca del día, encontrando al sol en su más alto punto.
—Sol, he venido en busca de respuestas. ¿Podrías ayudarme? —pregunto Lucy. Pero el sol que era muy envidioso y creído, se burló de ella por su ignorancia. Haciéndola enojar bastante. — ¿Ayudarte a ti? Creación de la luna, mi opositora —replico el sol en tono burlesco. Lucy al escuchar estas palabras, en vez de rogarle decidió emprender el viaje en busca de alguien más que pudiera ayudarle. En ese momento, Lucy pensó en Mama Pacha, pero sintió temor por toda esa sed de sangre que tenía por los humanos, y más sabiendo que ella estaba sangrando en ese momento, temió por su vida. No obstante, los dolores en su vientre eran más fuertes que todo el temor a la muerte; así que emprendió su camino en busca de la Mama Pacha.
Cuando la encontró, se sintió temerosa por lo que le podía hacer. Sin embargo, todos los prejuicios que tenía sobre ella se borraron, pues Mama Pacha era como una madre: atenta, amorosa y delicada, y con la intuición que solo las madres tienes.
—Pequeña, sé a qué vienes. Bebe esta agua y calmará el dolor en tu vientre. Debes cuidar tu sangre, y todo empieza con tu ser. Todo lo que les doy a ustedes, es gracias a esa conexión que tenemos, no solo las dos, sino con la luna. El mes pasado, sentías mucha fuerza dentro de ti, estabas llena de energía y esto se debía a que la luna estaba de manera creciente. Pero este mes, viene luna nueva. Un renacer, así que sentirás sus dolores y sus emociones, aquellos que se verán reflejados en ti. Estos te pueden afectar y podrás sentirte cansada. Tendrás que aprender a sobre llevarlo, y ser consiente de eso para que no te dejes vencer. En otros meses, cuando la luna se ponga gibosa, tendrás que cultivar gratitud y compartir con los otros humanos. Podrás sentirte tranquila, y tu sangre fluirá con más calma. Cuando hay luna llena, debes soltar todo aquello que te ata. El enojo, la tristeza y todo aquello que no sea positivo para ti, déjalo ir. También no podrás cultivar si tienes todos esos sentimientos encima, pues la cosecha se verá afectada. Cuando te liberes de eso, veras que tu sangre es mucho más pura y limpia, y la cosecha será aún mejor. Es un momento de relajarte y renovarte. Tú como mujer, eres fuerte, pero cargas muchas responsabilidades encima. Debes entender que el regalo que te dio la luna tiene repercusiones en ti, y solo dependerá de ti saber cómo lo controlas. Cada mes traerá nuevos retos, y en cada fase lunar los efectos y emociones sobre ti deberás controlarlos.
Lucy, cargada con todo este conocimiento que le había brindado Mama Pacha, le agradeció por todo lo que le daba. Pues no solo la alimentaba físicamente sino mentalmente también. Con todo esto, retorno con los humanos. Intento controlar sus emociones y dejo fluir naturalmente su sangre. La conciencia que empezó a generar en ese momento sobre su cuerpo era tanta, que dejaba caer naturalmente la sangre de su cuerpo a la tierra, sin necesidad de que terceros la recogieran vasijas. Lucy, empezó a sembrar su luna de manera consiente y cuando empezó ella misma a recoger su sangre y sembrarla, se dio cuenta que sus cargas emocionales desaparecían, pues su sangre contenía su dolor, su angustia, su alegría, y sus orgasmos. Sembrar ella misma su sangre, le permitía conectar su savia a la energía de Mama Pacha. Esto se convirtió en un símbolo de gratitud por la vida que les permitía compartir, y cuando esto pasaba, las cosechas eran más abundantes y la tierra era más fértil. Mediante la sangre que Lucy depositaba a la tierra, Mama Pacha sabía la evolución de los humanos. Ella era la mensajera de esa información.
Así, la sangre se convirtió en portadora de vida, en un canal que conducía a las profundidades del corazón de Mama pacha, volviéndose un agradecimiento a ella por todo lo que les daba a los humanos.
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Sembrar la luna
Random¿Alguna vez te has preguntado el origen de la menstruación? Te cuento en este mito el origen de ella y la conexión con la luna. Mito de origen de la menstruación.