4.De marzo a septiembre en un tempo

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Como es obvio... esa noche dormí en mi casa, estaba destrozada... no quise ni verlo, tampoco se esmeró en darme explicaciones, fue una ruptura tan fría...
Pensé que con su infidelidad me llenaría de rabia y le odiaría tanto que lo olvidaría rápido... pensé... pero sentía todo lo contrario, me dolía el pecho, sentía como me lloraba el corazón, rabia e impotencia por haberlo dado todo y quedarme sin nada, él lo era todo para mi, no me imaginaba una vida sin él y eso me hundía cada vez más...
Los días pasaban y me encantaría deciros que no volvimos a hablar, que así terminó la historia... pero no... hablábamos a todas horas, conversaciones en bucle, de reclamos, de mis ruegos por sus explicaciones, de su indiferencia...

Mi yo de ahora, de septiembre de 2020 piensa... ¿En que momento me destruí a mi, tratando de arreglar lo que él rompió?

Pero volvamos a marzo de 2017, las
discusiones en bucle continuaban y en el más literal de los sentidos, me estaban restando años de vida...
No avanzaba en los estudios, ya no me sentía capacitada para continuar con el trabajo y para refugiarme de la tormenta, me resguardé en el mar.
¿Que irónico no? La misma persona que te provoca el caos es la misma que te salva de él.
Habéis entendido bien... decidí volver con Carlos, con él la vida cotidiana era más fácil y me limité a pensar que eso era lo mas importante, una rutina...
Sí, sentía ansiedad cada vez que él salía con sus amigos.
Sí, lloraba cada vez que no me contestaba un mensaje.
Sí, dejé de hacer planes con mis amigas para estar el máximo tiempo posible con el.

Mi yo de ahora de 2020 piensa... No dejé de quedar con mis amigas porque me apetecía estar con el, sino porque temía que cada vez que me despistara estuviera con otra chica.

Realmente... en aquel entonces pensé que todo merecía la pena, total de tener a quien abrazar por la noche, a quien enviar un mensaje, con quien pasar los domingos... Pero está claro que nada vuelve a ser lo mismo dos veces.
Nos convertimos en una relación tóxica, los malos recuerdos no se iban de mi cabeza por mucho que lo intentara, sus celos se potenciaron y os preguntaréis por qué, si nunca le di motivos para que desconfiara de mi...
Bien... pues ahora entendéis el dicho de "se cree ladron que todos son de su condición ".
Discutíamos día y noche... siempre le poníamos punto y final a la relación o así le llamábamos a los puntos suspensivos.
Incluso llegamos a pasar el verano de 2018 separados, aparentemente cada uno había seguido su vida... pero realmente la mia estaba en pausa. El siguió con su vida de mujeriego, disfrutando con sus amigos, con sus malos vicios... estaba feliz, era verano.
Yo ya me había acostumbrado a vivir sin el, no le había olvidado, pero me acostumbré a su ausencia, era verano.
Pero ningún verano es eterno... ¿que pasa ahora que llega el puto invierno? ¿Que pasa ahora cuando el frío aprieta? O más bien... ¿que pasa ahora que llegan los recuerdos?

Antes fue lunes que martes 🖋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora