1- Un raro primer día de clases 1/2

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Después de uno de los veranos más extraños de mi vida, por fin iba a comenzar la escuela.

No había dejado de pensar en aquel diecinueve de junio, en el que conocí a Lionel. Y me estaba mortificando por eso. Fue muy poco razonable de mi parte no haberle pedido ningún tipo de información sobre él.

Ni su número le había pedido.

Debía sacar aquel suceso de mi mente si quería volver al ambiente tenso de la escuela. Y más si Héctor iba a estar ahí.

Tenía una semana para eso. Una semana para olvidar la metida de pata que había hecho y seguir mi vida normal con el que me «gustaba».

Llevaba tiempo tratando de conseguir una cita con Héctor, como para que viniera un chico con una guitarra a quitarme todo el esfuerzo que había hecho. ¿Qué se creía él?

El hecho de que Héctor era un año mayor que yo, había dificultado las cosas. Tenía otros intereses que tal vez yo no podía entender, o quizás brindarle, pero en los últimos días de clases por fin había logrado lo imposible. Y aunque me haya dejado plantada en nuestra primera cita, las demás que tuvimos en el verano fueron sensacionales. 

Debía pensar en Héctor, en nadie más. No en alguien que solo había visto una sola vez en mi vida.

—¿Estás lista para tu primer día de clases? —me preguntó mi mamá desde el mural de la puerta de mi habitación. Se le veía un poco angustiada.

—Más o menos —le dije y me miró con lástima—. ¿Pasa algo? —le pregunté.

—¿No has visto las noticias aún? —preguntó ella confundida.

Era extraño que me preguntara eso, porque ella misma decía que no le gustaba que viera las noticias, pero algo de seguro había pasado.

—Es que van a cerrar tu escuela por unos meses —Mis ojos se abrieron como nunca antes.

Esto era normal en alguna otras partes del país, pero no en esta zona. Y mucho menos por unos «meses». Estaba segura que mi mamá no me quería decir que iban a cerrar mi escuela para siempre.

—Es definitivo el cierre, ¿No? —le pregunté decepcionada.

—La van a remodelar, tranquila. Lo que harán es que tomarán clases con otra high school. Te tendrás que ir en guagua, pero el esfuerzo lo vale.

Solo suspiré y supuse que no escuché eso. Si ya en cierta parte estaba un poco desanimada porque volvería a la escuela, ahora lo estaría más.

Ahora solo me tocaría esperar.

...

Ya a las seis y media estaba lista para mi primer día de escuela. Ya tenía puesto mi uniforme nuevo y planchado, tenía mis zapatos nuevos con mis medias limpias y un peinando delicado para la escuela.

Tomé mi mochila y bajé a la mesa para desayunar. Mi mamá me puso un plato de panqueques frente a mí y sonreí.

—Provecho —dijo mi mamá y depositó un beso en mi cabeza—. A las siete y quince pasará la guagua por la escuela para ir a la otra.

Aún no creía el hecho de que no volvería a la escuela. No por un largo tiempo. Tal vez no me agradaba del todo ir a la escuela, supongo que a nadie le gustaba, pero era mi escuela. 

—¿Crees que me gusten cómo sean las cosas allá? —le pregunté.

—Si no vas, jamás sabrás —dijo mi madre y me dio una sonrisa radiante—. Bueno, lávate los dientes y nos vamos. Te espero afuera.

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2021 ⏰

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El muchacho de la guitarra (Lionel Otero y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora