Placer

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"La fruta prohibida es aún más dulce así que te está tentando"

Después de ver a su amigo subir a ese auto deportivo, Hoseok empezó a caminar hacia su casa. Era la primera vez que Jimin no lo acompañaba. Desde que se conocieron fueron inseparables, se complementaron muy bien, el problema eran los pretendientes, no es que no desearan enamorarse, claro que querían, pero no de abusivos y machistas, entre ellos estaban Jae y Minhyuk. Jae era un vecino de Hoseok que siempre lo esperaba para acosarlo, siempre pensaron que era narco, nunca está trabajando o es acompañante de alguna mujer. Mientras meditaba estas ideas Hoseok fruncía el ceño o hacía pucheros olvidando por completo la compañía del pelinegro que le seguía de cerca y que sonreía al ver aquellos gestos. 

Taehyung no hablaba,  solo se perdía en los gestos del chico bonito, su Sole. Ver su cabello castaño, esos labios tan finos y apetecibles, lo volvían loco. Este chico tenía un aura diferente a la de su hermano, más la cicatriz que Jhope tenía cerca de la clavícula les hacía totalmente diferentes. Hoseok estaba tan ido en sus pensamientos que olvido que se acercaba la esquina donde siempre le esperaba Jae y sin esperarlo fue jalado del brazo y acorralado contra la pared. Hoseok jadeó al sentir la dura pared golpear su espalda, observó a Jae viéndolo con lujuria.

─¡Hola cuerpo sexy!

─Un cuerpo que no te pertenece y no tenías porqué tocar.

Jae vio al hombre frente a ellos, parecía un modelo de revista más la sonrisa de lado que le ofrecía se veía totalmente caliente. Taehyung se acercó y con una facilidad increíble apartó de un empujón a Jae, tomando a un Hoseok anonadado por la cintura. 

─ Il mio Sole ─ dijo en un acento italiano que mando una descarga eléctrica por todo su cuerpo, había levantado su rostro y estaba tan cerca del suyo que se estremeció─ ¿Te ha lastimado? Porque de ser así ahorita mismo lo mato.

Hoseok abrió los ojos de par en par al escuchar su voz, la cual  se había tornado un tanto fría, pero luego le sonrió como si nada, Jae observó al hombre e inmediatamente se asustó al identificarlo como miembro de la familia Kim y Jeon, no solo eran multimillonarios y dueño de los principales bancos de Seúl, sino que eran conocidos por sus métodos poco convencionales de realizar negocios y cobrar las deudas. Además estaba justamente con el brazo derecho del mismísimo Ángel de la muerte, Jeon Jungkook, era Kim Taehyung conocido en el bajo  mundo  como el Demonio Celestial. Cada uno tenía un apodo acorde a la fama que habían creado y no eran muy bonitos y esperanzadores que se digan.

─¿Aún estás aquí? ─preguntó mostrando una falsa sonrisa, era bello, pero toda su aura decía peligro─ Hoseok es mío, si vuelves a verlo o tocarlo date por muerto. 

Jae se levantó torpemente y salió corriendo como ratón asustado. Hoseok reaccionó empujando a Taehyung, pero tropezó con sus propios pies y cayó de trasero. Kim lo observó con la ceja alzada, luego se agachó dejando su rostro frente al de Hoseok.

─Yo no soy de nadie.... soy libre.

─ Lo sé. Créeme no te veo como un objeto, pero no puedo negar que me excitas demasiado.

Hoseok se sonrojó al escuchar decirle aquellas palabras, pero le sostuvo la mirada perdiéndose en aquellos ojos profundos como la noche sentía que se lo devoraba, como si su alma fuera absorbida por aquellos ojos. Taehyung observaba el color café de los ojos de Hoseok, tan lleno de energía y de vida, irradiaba tanta felicidad que se sentía pleno.

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