capitulo 1. primera parte.

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Salíamos a las cero ochocientas de la zona segura hacia la zona de pruebas. en total era un helicóptero de apoyo y un convoy de tres camiones.
Recuerdo claramente como fue salir de la zona de confinamiento que llamábamos hogar, aquella pequeña zona de la ciudad resguardada por un muro de hormigón de veinte metros de alto por un metro de grosor, fue lo mas acertado para separar el exterior de nosotros. Ninguno de los que me rodeaba habían salido nunca de ahí, y con justa razón. Apenas pasaron diez minutos nos atacaron, eran decenas si es que no cientos de ellos. Personas hambrientas que corrían de forma furiosa y en manadas, sus gritos hacían que se te erizara la piel por lo desgarradores que se oían. El helicóptero junto con las tropas ya entrenadas acabó hábilmente con cada una de esas cosas en un parpadeo.

-Muy bien jóvenes, esas cosas serán su mayor desafío estando aquí afuera. Hablo el teniente y líder del pelotón que nos escoltaba. -hay 2 especies documentadas de este virus, estos que acaba de ver son los más comunes y abundantes en todo el planeta, los llamados corredores. Son muy rápidos y son mas tercos que una mula enojada, nada los detendrá hasta que ustedes sean su almuerzo.

No entendí muy bien la expresión que uso para comparar lo decididos que pueden llegar a ser, quizás era una expresión del viejo mundo.

-La segunda especie son los acorazados, Son una mutación que se empezó a ver hace ya un par de años en la población de infectados. Como su nombre lo indica son muy resistentes a las balas, debido a que sus fibras musculares han ido volviéndose más rígidas y densas. Son mas lentos y menos hábiles, pero no por eso dejan de ser una amenaza. Son muy fuertes, tan fuertes que pueden romper brazos y piernas, separar miembros y romper paredes de ladrillos.

Todos ya sabíamos los peligros a los que nos enfrentamos en esta guerra contra la naturaleza, pero estar ahora en el campo de batalla te hacia querer salir corriendo y nunca volver a pisar el exterior.

-El único método efectivo para matar a ambas especies es un tiro a la cabeza, sin cerebro no hay amenaza. Existe otra manera menos eficiente, infringir daño que cree sangrado profundo, sin sangre no hay vida, pero nada te garantiza que morirá antes de comerte.

Fue todo lo que nos dijeron durante el viaje de 2 horas. Algunos dormían, otros revisaban sus armas y equipos. Yo estaba viendo el paisaje postapocalíptico que me rodeaba. Autos oxidados, edificios rotos y a punto de caerse, naturaleza que absorbe lo que alguna vez fue construido por humanos. ¿Quién diría que nos volveríamos la presa en lugar del cazador por culpa de nuestro impacto ambiental?

Antes de llegar a la zona de partida pasamos por un punto de control, nos escanearon a todos la sangre por protocolo de rutina así era la forma más rápida de saber si tenías o no el virus, y nos dejaron continuar. Llegamos a lo que antes era un estacionamiento de un supermercado. probablemente estaba a unos 20 minutos del punto de control que pasamos, nos hicieron bajar y nos pusimos en formación.

-Muy bien jóvenes, a partir de este punto son casi 150 kilómetros hasta el último punto de control. Su misión es llegar ahí, reabastecer munición y comida y volver al punto de control que ya pasamos. Sabemos por entrenamientos anteriores que al menos 10 de ustedes morirán, miren a su izquierda, ahora a su derecha. Probablemente sea la última vez que vean a esa persona. Sus palabras no inspiraban motivación, pero no se necesitaba que todos volviéramos con vida. La selección natural hace bien su trabajo en elegir por nosotros quien realmente es apto para sobrevivir en este planeta.

Saludamos al frente y nos dieron orden de partir, todos fuimos en grupo por al menos 20 minutos, luego no tardamos en ir dispersándonos lentamente. No se exactamente en que punto quede con 2 personas solamente, pero era agradable saber que no me quede solo en este viaje, al menos no solo del todo. El mas alto y de complexión delgada era Miguel, el que tenia la misma estatura y fisionomía se llamaba Roberto. La pasamos muy bien los primeros 45 minutos hasta que dimos con nuestro primer obstáculo, un edificio derrumbado bloqueaba el paso.

-Podriamos rodear por un costado, no es tanto lo que hay que retroceder para llegar a la siguiente calle.
Fue lo que dijo Miguel mirando a los alrededores buscando una alternativa que no nos hiciera volver atrás, pero volver no era una elección.

Disparos fue lo que se oían en varias direcciones, casi todos al unisonó. Sabíamos a que se debian, lentamente fueron dejando de sonar las detonaciones y el silencio volvía a hacerse presente, pero luego los oímos. Eran corredores que se aproximaban hacia nosotros.

Debieron verse atraídos por el ruido de los disparos. No sabíamos que hacer con exactitud, miré el edificio derrumbado y era como estar en un callejón. Debíamos salir de ahí y pronto, porque ya nos habían encontrado. Estaban en el otro extremo de la calle y no dudaron en venir hacia nosotros, el shock me duro un par de segundos y tenia que actuar rápido. Sin vacilar decidí que lo mejor era atravesar el edificio, sea como sea.

-Síganme, y no cuestionen nada ¿¡entendido?!

Jale la corredera de mi rifle cargando una bala en la cámara, quite el seguro del gatillo y seleccione la modalidad de ráfaga. Apunte a una ventana del edificio que no estaba del todo rota u obstruida con escombros y dispare dos ráfagas de tres balas consecutivas, el cristal se destrozó y rápidamente corrimos hacia el interior de la habitación.

Con ayuda de un estante que estaba tirado en el suelo logramos bloquear la mitad de la ventana inferior, mientras que con sillas y trozos de un viejo escritorio roto nos las ingeniamos para armar una barricada que no resistiría mas de dos corredores a la vez. nadie quería decirlo, pero todos teníamos la misma mirada en los ojos, aquella que nos hace saber que estábamos por morir de una horrible forma.

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⏰ Última actualización: Jan 08, 2021 ⏰

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