Gilgamesh es un adolescente arrogante, pero muy alegre. Era muy amado y protegido por su madre Ninsuna y su padre Lugalbanda. Todo cambiaría tras la muerte de su padre y el repentino "matrimonio de su madre" con un miembro de la familia Tohsaka. Y p...
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La pequeña Rin, fue todo lo contrario a lo que el rubio pensaba. Es tímida, silenciosa, simpática y muy gentil. Además, es una niña muy inteligente y sobre todo curiosa a su manera.
Gilgamesh no notó cambio alguno en la silenciosa morada. La pequeña jugaba en su habitación, siendo custodiada por su niñera, Siduri. Una gentil y simpática chica que, había aceptado hacerse cargo de ella con el fin de apoyarse en sus estudios universitarios.
Él se encontraba con una bolsa de fritura y un refresco en sus piernas, mientras disfrutaba de una buena partida de Halo con su amigo en línea.
-el idiota no vio cuando le disparaste, ¡jah! -respondió Gil al dejar la copa de "oro" con refresco en sus piernas-
-sí, maldito -suspiró-, por cierto, Gil ¿Qué te parece si hacemos una reunión en tu casa?, invitó unas nenorras y ya sabes, los chicos
-¿y por qué no en la tuya?, luego me dejan un relajo y la ruidosa de Ninsun me va a sermonear
-vamos Gil, además, celebremos que ya tienes "padre"
-tus bromitas me hartan Ozymandias, eres un idiota
-pero este idiota es tu amigo, ¿entonces qué?, ¿aceptas?, invitó a Enkidu y a Arturia, ¿te animas?
Enkidu era una hermosa peliverde de larga cabellera, un delgado y proporcionado cuerpo. De unos ojos verdes, tan lindos como las hojas de los árboles. Su piel era blanca y suave, siempre bañada con un dulce aroma a flores. Ellos eran grandes amigos de la infancia que, hasta la fecha se mantenían "unidos". Para la mala suerte del rubio, ella lo rechazo al ser besada en la ultima fiesta que hizo. Por su parte, Arturia era otra de sus grandes amigas, de hecho era algo ruda para ser mujer. Era una chica rubia de un cuerpo delgado y buenas caderas. Su piel era igual de hermosa y cuidada que Enkidu. Sus ojos eran verdes tan hermosos como un zafiro. Aunque a simple vista se viera como una tierna y delicada chica, en el fondo era violenta y despiadada con ellos, sobre todo cuando se emborrachaba.
-¡no!, ¿estas loco?, la última vez Enkidu me rechazo y Arturia me pego con su paraguas mientras decía "Excalibur", ¡jah...!, no... vete al carajo
-Vamos Gil, admite que fue divertido -dijo para soltarse a reír sin control-
-no, además ya no puedo, la casa no esta sola, Rin esta a mi cuidado
-no te preocupes por eso, déjamelo a mi
-¿de que estas hablando?
-ya lo veras Gil, ya lo veras
-Ozymandias ¿qué....? -escuchó el sonido del teléfono colgado-, ¡Ozymandias......!, te voy a matar maldito infeliz
Gilgamesh trato de calmarse, ya que sabía que su amigo iba a hacer una tontería. Ese "ya lo veras", era una clara señal de peligro para él.
Al pasar un rato, el joven fue interrumpido por el llamado de la puerta. Al abrirla se da cuenta de que era la pequeña Rin con su acompañante, Siduri. -joven Gilgamesh su madre lo espera abajo, es hora de comer -dijo con respeto la pelicastaña-
-gracias, bajo en seguida -respondió tranquilo-. Estando a punto de cerrar, observa a la pequeña que, con los ojos le suplicaba el paso, no pudo negárselo.
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Gil se encontraba cargando a la pequeña, indicándole con detalle las cosas de su habitación. Ella se encontraba fascinada con lo bonito de la habitación. Había figuras de acción, uno que otro poster de unas bandas desconocidas para la niña. Lo que resaltaba en su habitación, eran las cosas de un color dorado, parecido al oro. Las cortadas, la sabana de su cama, incluso los muebles estaban con ese tono. -esta bonito, ¡me gusta! -dijo con una sonrisa-
-te gusta -dijo al bajarla en la cama-
-pero me gustas más tú -dijo con alegría al verlo fijamente-
-¿qué?
-qué me gustas más tú, eres... lindo
Gil sintió su cara arder, escuchar aquellas palabras suyas con el tono tan tierno que tenía, le fascino. Todo iría tan bien, de no ser por las siguientes palabras de la niña, fueron directas e increíbles a la vez. -cuando crezca, queero... qui..iero que nos casemos
-¡¿qué....?!, Rin niña ¿Qué te pasa? -respondió al darle la espalda-
-¿no?, pero yo..., que..ero a Gil... -respondió con tristeza-
-Rin -suspiró- será mejor que bajemos -dijo avergonzado-
-¿no me queres?, Gil
El rubio opto por seguirle la corriente, después de todo eran ideas de una niña tan pequeña. Se inclino hacia ella y con una sonrisa sumado con el rubor de sus mejillas, le respondió: -te quiero Rin..., esta bien, pero no llores, bajemos
La pequeña asintió con alegría y tomo la mano de su hermano mayor, luego comenzó a guiarlo a la cocina donde los esperaban Ninsun, su madre y Siduri.
La tarde se fue muy rápido, así que el chico aprovecho el encierro de todos en sus habitaciones, para hacer lo mismo. Aprovecho el rato para satisfacer sus deseos carnales que, un hombre de vez en cuando tiene. Prendió su lap y conecto sus audífonos para evitar ser escuchado. Además, se acerco un poco de papel higiénico para contener los fluidos de su satisfacción.
Lentamente la adrenalina que le causaban los vídeos, fue despertando la masculinidad del rubio. Por instinto, libero el amarre que contenía a su joven amigo y lo sujeto con su mano derecha. El placer era tal, que lentamente iba liberando ligeros gemidos de placer.
Después de un buen rato con el acto, dejo salir aquel liquido producto de su gozo. Al instante, atrapo todo con el papel higiénico que tenía aun lado. Decidió por fin apagar el aparato e irse a la cama.
Durante la madrugada un cosquilleo fue despertando a Gil. En un principio lo dejo pasar, pero al sentir que ese cosquilleo era producto del rose de su miembro con algo húmedo, se despertó de golpe. Lo primero que vio fue alguien debajo de sus cobijas, rápidamente las quito para darse cuenta que la causante de eso, era Rin.
La sorpresa del rubio fue tal que, intento gritar del asombro. Pero fue silenciado por los dulces y carnosos labios de la menor. Ella aprovecho la boca abierta del chico para introducir su lengua en su cavidad, provocando una batalla electrizante en ambos cuerpos.
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