Gilgamesh es un adolescente arrogante, pero muy alegre. Era muy amado y protegido por su madre Ninsuna y su padre Lugalbanda. Todo cambiaría tras la muerte de su padre y el repentino "matrimonio de su madre" con un miembro de la familia Tohsaka. Y p...
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Después del hermoso beso, el rubio se dirigió a los pechos de la chica. Eran pequeños, pero hermosos. Sus pezones rosados y su piel blanca, resaltaban su delicadeza de mujer.
Gil se encontraba lamiendo sus rosados pezones, provocando ligueros jadeos en ella. -¡Ah...!, Gil... -susurró con verguenza-
-Enky... -dijo para quitarse la camisa-. Dejo al descubierto su torneado cuerpo.
Enkidu se levanto un poco y se quito su playera y su brassier. Eso le impedía moverse mejor. -Gil... eres... tan hermoso -susurró la peliverde-. Apenas hace unos días luchaba consigo misma, ya que también sentía algo por él, pero no quería ser tan obvia en declararle su amor tan pronto.
-Enkidu.... es vergonzoso -aparto su vista-
-pero... lo eres, tu me gustas -dijo al abrazarlo-. Gil se puso más avergonzado, los pechos de su ahora novia rozaban su piel.
-Enky... Retomo sus besos al abrazarla. Aprovecho que ambos estaban hincados en la cama para comenzar a bajar por su cintura.
La peliverde disfrutaba del tacto que el rubio le hacía, era delicado, pero excitante. Al llegar a sus gluteos, Gil comenzó a bajar, depositando tiernos besos por su cuello y pecho, hasta llegar a sus pechos.
Por otro rato más, ambos disfrutaron del placer. Pero luego ella se acomodo en la cama, lentamente se levanto la falda y le mostró su braga. Gil le sonrió de una forma seductora, para acercarse a su entrada.
-estas mojada -dijo al tocar su entrada-
-¡Ah....!, Gil, yo...
-no importa, también estoy comenzando a exitarme -dijo avergonzado-. Ella pudo ver aquella erección. Dicho eso Gil comenzó a bajarse la bragueta para liberar su abultado miembro.
-espera un poco -dijo al terminar de quitarse los boxers y los pantalones-. Tenía un paquete de condones para una ocasión especial.
Ella por su parte aprovecho para quitar su falda y su braga. Luego se volvió a recostar. -Gil... sigue por favor -suplico la peliverde-. Abrió sus piernas al ver como su "novio" se había colocado el condón.
Gil solo la miró, estaba rojo de lo excitado. Ya deseaba meterlo en su chica. Lentamente se hinco en la cama y se acomodo para ir besar a la chica. Primero iba a lubricarla con un poco de su saliba, así que fue baja do por su vientre hasta llegar a su entrada.
Admiro un par de segundos su entrada, para después comenzar a complacerla.
El sabor de su entrada era dulce y a la vez salado, sus paredes vaginales eran suaves. ¡Bueno!, era lo que Gil sentía al meter sus dedos y su lengua.
