Mine // Kenma x Hinata

chapter 14

Ha pasado una semana desde que Kenma estuvo en la casa de Hinata. Apenas habían enviado mensajes aparte de Hinata preguntando cómo había sido su día y tal.

Hinata dejó de ser tan agresivo con el voleibol y comenzó a salir más con Kageyama. Honestamente, sus compañeros de equipo estaban bastante preocupados, pero él siempre los ignoraba diciendo que estaba cansado o que algo tenía en mente.

No le gustaba mentirles, pero no podía hablar con ellos sobre... todo. Tanaka y Noya lo había molestado por Kenma, así que, por supuesto, también se lo dijeron a todos. Todos sabían que Kenma estaba enojado con él, no más por qué había estado actuando tan extraño.

Hinata bostezó antes de sentir un trozo de carne metido en su boca. Abrió los ojos y miró a Kageyama, que todavía tenía comida y sus palillos en la boca de Hinata.

"¿Ehh?"

"No has comido nada." Respondió. quitando los palillos de su boca.

Hinata masticó la comida lentamente antes de asentir con agradecimiento.

"Lo siento... solo estoy pensando", suspiró.

"Boke, siempre estás pensando" Sacudió la cabeza antes de acariciar su cabeza. "¿Todavía es por Kenma? Estoy seguro de que todo saldrá bien. Probablemente algo acaba de pasar en casa" Él sonrió levemente. Oh, qué raro espectáculo.

Hinata sonrió débilmente antes de escuchar el timbre y murmuró un adiós antes de dirigirse a su próxima clase.

El día pareció pasar borroso. Por lo general lo hacía. Hinata agarró su bolso y se escondió en el baño, esperando a que todos se fueran. Una vez que sonó lo suficientemente tranquilo, se fue y echó un vistazo al gimnasio antes de dirigirse a casa.

Sintió que su teléfono zumbaba en su bolsillo y lo tomó saliendo a ver un '¿Dónde estás?' de Kageyama. Rápidamente escribió que tenía cosas de las que ocuparse y continuó de regreso a casa.

La puerta principal se cerró detrás de él cuando su cuerpo asumió por completo la sensación de frescor y tranquilidad de la casa. Se quitó los zapatos y tiró su bolso en el sofá. Sus dedos recorrieron la pared mientras se dirigía a su habitación.

Abrió el cajón de madera de su mesita de noche. Agarró la pipa y el pequeño recipiente de plástico. Encendió la sustancia antes de inhalarla profundamente. Se sentó durante unos segundos antes de dejar salir el aire tóxico, pero reconfortante, de su cuerpo, tosiendo levemente.

Sé lo que estás pensando.

"Wow... No hablo con su precioso amor durante una semana y se quedó  fumando hierba. Patético."

Y no te equivocas del todo. Hinata solía fumar durante las vacaciones de verano que lo separaban de su antigua escuela y Karasuno. Se detuvo cuando se dio cuenta de que realmente no tenía tiempo para eso. Su cuerpo lo ha estado doliendo por un tiempo, simplemente lo ignoró. Principalmente porque sabía que continuar podría arruinar su oportunidad de ser el increíble jugador de voleibol que quería ser, O un jugador de voleibol en absoluto.

Metió la mano en el bolsillo de nuevo después de recibir otro golpe. Abrió mensajes y rápidamente le envió un mensaje al chico que tanto anhelaba estar cerca.

Oye. ¿Todavía me odias?>

Sin respuesta, tomó una larga inhalación de la planta humeante antes de tocar la pantalla.

¡Maldita sea, Kenma! ¡Dime qué hice mal! ¡¡Idiota !! ¡¿Sabes siquiera lo que me estás haciendo ?! ¿¡El dolor que me estás causando !? Podrías al menos decirme lo que hice. Entonces al menos tendría algo en lo que apuntar mi odio en lugar de todo lo que hago>

Él suspiró. Aunque su texto parecía lleno de rabia, que era, estaba tranquilo y aturdido. Agarró las galletas de debajo de la cama y se sentó a comerlas.

El pelirrojo respiró hondo antes de levantar su teléfono y terminar la porción de hierba en el cuenco.

<Voy a venir.

Hm... está bien. ¿Cuándo?>
Leído

Que mier-

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escuchó la puerta principal abrirse.

¡Mierda! Entró en pánico empujando su pipa y toda la evidencia de su hierba en sus cajones. No creía que su mamá estuviera en casa tan pronto. Sus ojos aún deben estar todos rojos. Maldijo mentalmente antes de que se abriera la puerta, lo que le hizo mirar rápidamente en su teléfono y parecer ocupado.

Tarareó. "Hola, mamá."

Antes de que pudiera negarse, dos manos frías inclinaron la cabeza hacia arriba. Se encontró con los ojos del chico que más anhelaba.

"Kenma..." respiró.
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740 palabras