Parte III.

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Del lago salió la cabeza de una serpiente, su grito despertó a los demás, dos cabezas más se asomaron fuera del agua al tiempo que sus compañeros salían de las tiendas, Mictlán no espero orden para saltar a una de ellas y cercenarla, inspirada por el Vása salto a otra para imitarlo, furiosa la bestia salio de su guarida acuática, era una hidra de inmenso tamaño, al saber a que se enfrentaban Wedge y Biggs sacaron un par de bombas de sus maletas, les prendieron fuego a las mechas y las arrojaron a la bestia que se agitaba por el dolor, mientras Vása y Mictlán trataban de recuperar el equilibrio para acabar con su otra cabeza, Arcadia comenzó a recitar el hechizo de Firaga, sin esperar a que sus compañeros se pusieran a salvo, aun así, ellos no podían hacer nada. Saltaron antes de salir heridos por Arcadia cayendo a lados opuestos.

-¡Creo que debes estar de acuerdo en que si mate a este monstruo!- Mictlán se burlaba de la petición que le había hecho de que no matara, ahora no había opción -¡Die Day!- Grito Mictlán saltando sobre el monstruo, su técnica especial, todo su peso lo puso en su espada y la velocidad de caída se incrementó partiendo en dos a su enemigo. – ¡Su cuerpo tiene veneno aléjense! - Grito Vása que conocía bien a estas criaturas.

Mictlán no espero ser cubierto por la sangre o el veneno de la hidra, así que corrió alejándose de sus fluidos impulsados al cielo por su ataque, los otros se tiraron al suelo detrás de las rocas, parecían no haber sido salpicados por el veneno de la hidra, Vása salió de su refugio cuando todo acabo para revisar al monstruo antes de que fuera tarde, Mictlán noto que Arcadia no quiso estar con ellos y se alejó, se preguntaba si había sido dañada o el veneno la salpico. -¿Estas herida?- Le pregunto él. –Claro que no.- Respondió ella reservada, sabía que ocultaba algo y la tomo del brazo, ella parecía adolorida. – ¡Necesito un antídoto! - Exigió el y Biggs recordó los que habían conseguido de los Gobblins, Vása lo detuvo antes de que se lo dieran a la maga, que seguía aferrada a su testimonio de estar bien, Mictlán regaño a Vása pues creyó que no quería ayudarla porque estaba aún molesta.

-Si le das ese antídoto sin combinar el veneno de la hidra, no la podrás curar. - Dijo Vása para defenderse.

-Deben estar locos...- Dijo Arcadia faltándole la respiración comenzaba a mostrar lo efectos del veneno. –Si me das veneno de la hidra me vas a matar.

-El veneno de la hidra es mortal, solo unos cuantos sobreviven a él sin una magia de curación y estamos muy lejos de cualquier mago blanco. - Dijo Vása.

-¿Vas a arriesgar su vida con eso?- Biggs no lo podía creer.

-No tenemos opción. - Defendía ella.

-Déjense de tonterías. - Dijo Arcadia tomando el antídoto de las manos de Biggs y arrebatándole un frasco con veneno que Vása saco de la hidra, se arrancó la manga, dejando su brazo descubierto, combino ella misma los líquidos para rociarlos en su herida, antes de que cualquiera la pudiera detener. –No voy a esperar a que decidan si me muero aquí o camino a quien sabe dónde.

La sangre no se detenía y Arcadia grito de dolor antes de poder poner más de una gota sobre la herida, Mictlán tomo el frasco y con fuerza detuvo su brazo para terminar el trabajo, pidió una venda y Wedge se la facilito de inmediato –No necesito tu ayuda.- Reclamo la maga enseguida, tratando de empujarlo sin éxito. –Un "gracias" de vez en cuando no me molestaría.- Reclamo furioso Mictlán terminando el vendaje soltó su brazo dejándolo caer, causando dolor en Arcadia. –Si no te comportaras como una niña, no te confundirían con uno.

Los comentarios de Mictlán hirieron el ego de Arcadia que se levantó solo para refugiarse entre los chocobos lejos de los compañeros que le seguían, Mictlán y Vása se molestaron de inmediato con su arrogante y obstinada líder de grupo.

Promised Land: La sombra del Mago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora