We [Kookmin Au] 📘

xiv

(Escuchar "Experience By: Ludovico Einaudi" si quieren una mejor lectura)

—Y yo te necesito. Más de lo que me gustaría admitir.

La sala de prácticas se queda en completo silenció mientras los ojos de Jimin y Jungkook se clavan en los del contrario con tanta intensidad que ambos sienten que se están transportando a otro lugar.

Un lugar donde solo existen ellos. Y ninguno de los logra comprenderlo.

¿Cómo es que vivieron todas sus vidas centrados y lo único que hace falta para que todo se salga de control es la presencia del otro?

No entienden. Simplemente no logran entender como es que pudieron vivir hasta el día de hoy sin haberse mirado a los ojos.

Y es que aunque a ambos les enoje admitirlo, lo sienten. Les es imposible no sentirlo.

Sienten esa conexión que los atrae constantemente, una y otra vez sin un solo descanso desde el momento uno en el que sus ojos se cruzaron.

Lo saben. Ambos lo saben a la perfección.

Ellos son dos mitades y el contrario tiene lo que en algún momento del tiempo y espacio perdieron.

Ellos son un solo alma.

En completo silenció Jungkook se acerca al control del equipo musical y entonces empieza a reproducirse una canción que Jimin no conoce para nada.

Escucha el piano tan suave y delicado. Parece nostálgico pero da una sensación de libertad extrema.

Como si de pronto estuviese corriendo por el bosque sin rumbo alguno. Pero es no lo importa. No tiene ni un poco de importancia. No cuando se siente tan libre.

Y de pronto siente como dos manos que su cuerpo ya conoce demasiado bien se posan en su cintura. Siente como un cuerpo mucho más grande y alto que el suyo se posiciona detrás suyo pegándose por completo a su espalda.

El rostro de Jungkook se pega a su nuca y ambos se quedan en esa posición por un segundo en el que ambos lo sienten completamente todo.

La respiración del contrario. Los latidos. La melodía. La piel. Los sentimientos que parecen desbordar de cada poro de sus cuerpos.

Y antes de que alguno de los dos pueda darse cuenta se encuentra bailando nuevamente al ritmo del piano y el violín que juegan tan armoniosamente que solo logran que sus pasos sean cada vez más perfectos, más sincronizados e intensos.

Y sus ojos se buscan a cada instante. Incluso cuando la posición en la que bailan no les permiten mirarse. Incluso cuando tendrían que prestar a los movimientos que se reflejan en los grandes espejos de la sala. Ellos prefieren mirar al contrario.

Prefieren mirar esos ojos que logran absorberlos con tanta facilidad que logra irritarlos pero aún así se siguen mirando. Porque prefieren soportar la frustración a dejar de mirarse.

Porque simplemente saben que de una forma u otra sus miradas se pertenecen mutuamente.

Porque ambos son conscientes de que a partir de este instante el mirar a otra persona a los ojos va a ser demasiado aburrido. Porque no van a sentir ni la mitad del terremoto que sienten que los recorre de pies a cabeza con tanta intensidad.

Y entonces el cuerpo de Jimin es elevado por los fuertes brazos de Jungkook. Se siente tan seguro que le es casi imposible asimilar que esta a merced de un chico que conoce hace tan solo algunas semanas.

Pero sabe perfectamente que la única forma en la que esos brazos lo suelten es que los corten.  Sabe que Jungkook no lo va a dejar caer. Lo que no sabe es ¿Por qué?

¿Por qué se siente tan protegido cuando debería sentirse tan vulnerable?

¿Por qué confía tanto cuando en realidad tiene todos los motivos para desconfiar?

Pero aún así ahí esta. Siendo sostenido de una forma tan protectora y delicada que apenas y siente los dedos de su profesor clavándose en su piel.

Y Jungkook solo es capaz de pensar en ese sentimiento que lo recorre de pies a cabeza cada vez que baila con el menor.

¿Por qué siente que cada vez que eleva al chico en el aire tiene su mundo entero entre sus manos?

¿Por qué el tenerlo entre sus brazos lo hace sentir tan cálido que solo quiere quedarse ahí, bailando para siempre sin parar, sin nadie más, solo ellos dos?

Y entonces el cuerpo de Jimin es dejado en el suelo una vez más. Ambos se quedan quietos con sus pechos pegados. Sus respiraciones agitadas. El sudor recorriendo sus rostros desde la cien hasta caer por sus mandíbulas. Sus ojos mirándose tan intensamente como ya es costumbre entre ellos. Sus manos sin ni una sola intención de separarse del contrario.

Sus rostros están tan cercas que pueden sentir el aliento del contrario contra sus mejillas. Sus frentes se apoyan entre si y antes de que alguno de ellos pueda ser consciente de algo sus ojos se cierran como si sintieran en paz después de tanto tiempo.

—Va a sonar raro lo que voy a decir.

Avisa Jungkook rompiendo el silenció. Sin apartarse. Sin abrir sus ojos. Sin cambiar de posición.

—Esto de por si es demasiado raro. Dudo que tus palabras cambien algo.

Responde Jimin logrando que una sonrisa se forme en los labios del profesor. De pronto siente como los dedos de Jungkook empiezan a acariciar su cintura con delicadeza. Y sin siquiera evitarlo envuelve aún más estrechamente sus brazos alrededor del cuello del chico. Y eso solo logra que sus rostros se acerquen aún más.

—Cuando bailamos juntos...lo hacemos tan bien porque sabemos que estamos bailando para el contrario. Para seguir cada uno de los pasos que hacemos. Para poder sincronizar incluso nuestras respiraciones.

—¿Entonces?

El silenció consume la sala por un segundo en el que Jungkook piensa muy bien sus palabras antes de decirlas. Sabe que decir eso significaría admitir cosas que no quiere que su alumno sepa. Pero al mismo tiempo sabe que son demasiado obvias.

—Cuando bailemos separados. No pensemos en la coreografía, Jimin. Pensemos en el contrario. Pensemos en que estamos bailando uno al lado del otro y que con cada paso que hacemos estamos más cerca de tocarnos.

Sus ojos se abren como si se hubiesen puesto de acuerdo para hacerlo al mismo tiempo. Ambos se miran con la seriedad marcadas en sus rostros pero ninguno de los dos puede negar los latidos descontrolados de sus corazones.

—Esta bien. Hagámoslo.

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Buenooo falta uno más aún 💛👀