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Adiós, chico de mi barrio

¿A dónde deprisa vas, así?

Y pasas en bicicleta

No te puedo alcanzar

*

Independizarse. Una palabra, catorce letras y un gran, gran trabajo y esfuerzo detrás.

Qué pereza. –Pensaba Do KyungSoo mientras bajaba las cajas que contenían sus pertenencias del auto de su abuela y las llevaba, una por una, hasta su nuevo departamento que quedaba en el tercer piso. El sudor frío perlaba su pálida frente, donde algunas gotas se deslizaban por su sien y sus piernas nada atléticas estaban ligeramente entumecidas al igual que sus brazos por el repentino esfuerzo físico. Todo para terminar casi tirando dichas cajas en el suelo de madera que le respondía con tenues chirridos, y el espacio de la sala de quedaba aún más reducido. El departamento era pequeño a comparación de la lujosa casa de sus padres donde vivió hasta sus 22 años, además de estar ubicado en un barrio de la ciudad.

"Te vas al bajo mundo" le había dicho su madre con el ceño fruncido cuando KyungSoo le dijo a donde se iría. Rodó los ojos por aquel comentario y sin decir más, abandonó la casa. En realidad no era a un barrio de mala muerte a donde se mudaría como ella exageraba, era una zona tranquila, además de económica. El tiempo que pasó trasladando sus cosas fue suficiente para notar la calidez del vecindario; los niños jugaban en las veredas mientras sus madres vigilaban desde la ventana cuando tendían la ropa para que el viento la secara, los ancianos conversaban en las entradas de sus casas y cada cierto tiempo pasaba algún ciclista que saludaba a todos agitando su mano y sonriendo porque parecía ser que todos allí se conocían. Así que no fue extraño que se le quedaran mirando raro cuando llegó en aquel Ford Mustang del 68 repleto de sus posesiones, además de su natural expresión de pocos amigos y su mala costumbre de tener el ceño siempre fruncido. En el fondo –muy en el fondo– de su mente, le preocupaba ser tachado como alguien desagradable. Pero KyungSoo no estaba allí para hacer amigos o crear vínculos con personas que después estarían insistiendo en su puerta por una taza de azúcar. KyungSoo sólo quería independizarse, estar en soledad para enfocarse en sus proyectos de la universidad y también que nadie le reprochara por la carrera que había elegido.

Sus padres despreciaron su elección de entrar a la Facultad de Artes Visuales, a pesar de haber ingresado con honores en aquella prestigiosa universidad. Era una pérdida de tiempo, decían, que los artistas tarde o temprano caían en vicios. Como si él no supiera que su madre es adicta a las pastillas para dormir y su padre se come una menta antes de entrar a casa para que su esposa no note el aroma a alcohol que desprende su boca.

Hipócritas, les dijo una vez, y se aferró a su carrera de fotógrafo siendo apoyado sólo por su abuela, quien le consiguió aquel sitio para vivir sin ser molestado más que por los ladridos en el departamento de al lado. Así que no podía quejarse del tamaño de su nueva casa o la zona donde estaba ubicada, el chirrido de la madera o la mala señal telefónica. Era acogedor, y lo mejor, estaba solo.

Una vez que se despidió de su abuela y se sobó sus mejillas pellizcadas por ella, subió de nuevo y se dispuso a ordenar todo. Un baño, una habitación con una cama individual, una pequeña cocina a gas y sillas de mármol en la sala de estar enfrente de un cuadrado televisor. Paredes blancas que adornaría después con sus cuadros favoritos, techo de madera con una que otra telaraña en las esquinas y ventanas panorámicas que daban una hermosa vista hacia el resto de la ciudad y también, del vecindario, al cual se acostumbró porque todas las noches después del trabajo y la universidad, se asomaba con un vaso de leche entre sus dedos para admirar tal paisaje. Analizando, disfrutando, planteándose los posibles escenarios y las personas a las cuales les gustaría fotografiar en sus próximos proyectos. Y también porque se enteraba de uno que otro chisme de sus vecinos que se comunicaban mediante gritos a través de sus ventanas. Todo era nuevo, y lejos de ser molesto, ya comenzaba a agradarle dicho lugar.

Chico de mi barrio -KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora