KyungSoo es un simple fotógrafo que se ha mudado a un barrio de la ciudad para huir de su tormentosa familia y seguir con sus estudios; pero no contaba con que en dicho vecindario un muchacho de flores en el cabello y pies descalzos con un interesan...
Yo me hago bolita y ruedo cuando comentan cosas lindas a la historia, en serio gracias ;-;
Dije que este sería el final pero no les miento, tampoco me quiero despedir del chico de mi barrio (no me quiere soltar, pero tengo que dejarlo ir). Después de este cap sigue el epílogo ♡ ¡gracias por acompañarme en esta historia!
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Chico de mi barrio, flores en el pelo y los pies descalzos
Chico de mi barrio con la cara sucia y el cabello largo
Cuéntame que al fin vamos a jugar
a la libertad de poder amar
En algún rincón de mi casa, estoy esperándote
Hacía mucho tiempo que Kyungsoo no se había sentido tan inspirado como en ese último año. Por un momento miró hacia atrás, sintiéndose ajeno a su yo del pasado. Recordó como su pasión era pasajera, su falta de emoción en crear ideas innovadoras y su hábito de sólo vivir, sin vivir realmente.
Pero todo eso cambió cuando Jongin llegó a su vida.
Aquel que observaba el suelo, ahora alzaba su cabeza hacia el cielo; aquel que no sonreía, ahora le dolían las mejillas de tanto hacerlo; y aquel que no sabía amar, ahora amaba y era amado con intensidad. Todo lo que aprendió en ese último año lo quiso plasmar en su proyecto final como un homenaje a la persona que lo había sacado de ese abismo en el que se encontraba y que con sus dulces sonrisas e improvisados bailes le hizo disfrutar cada segundo de la vida. Sí, Kyungsoo quería honrar a Jongin a su propia manera.
El día de su presentación, su abuela le hizo el préstamo de su auto y se trasladó hacia la universidad con el moreno, que tenía esa mañana libre y decidió acompañarlo para darle apoyo moral. Ya en el estacionamiento, podía sentir el sudor frío recorrer su frente y sus manos. A pesar de recordar cada palabra de su tesis no podía evitar la ansiedad que revolvía su estómago.
—Estoy nervioso —miró a Jongin, que con dulzura le terminaba de arreglar el cabello.
—Lo harás bien, te esforzaste mucho para esto —le dio un beso en la frente—. Además, aunque no me quisiste mostrar las fotos, sé que son grandiosas.
—Son grandiosas porque estás tú —sonrió—. No es que no quiera que las veas, sólo es... una sorpresa. Te prometo que si todo sale bien te las podré enseñar.
—Entonces es seguro que las veré, porque serás fantástico —sonrió devuelta—. Ya deberías irte o llegarás tarde.
—Acompáñame —le tomó de la mano—, por primera vez, no quiero entrar solo allí.
