Capítulo V: Un corazón real

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El tiempo se escapó, como el agua entre los dedos. Tal y como planeó SeHun, contaban con el apoyo de Terra Nova. Según el plan de estrategia que conversó con los generales, la armada de Terra Nova ingresaría a través de los viejos túneles, mientras las tropas de South Wind atacarían desde el frente.

Dos semanas fueron suficientes para que BaekHyun tuviese el conocimiento suficiente y el control de como manejar la espada y las tropas, es más, incluso dio excelentes ideas que fueron tomadas como parte del plan para expulsar a los rebeldes. Por otro lado, no se convirtió el un guerrero perfecto de la noche a la mañana, eso era simplemente imposible, a no ser de que haya nacido con el talento de por sí, pero no, no lo tenía, al menos lo que aprendió con ChanYeol y SeHun sería suficiente como para mantenerse en pie en la batalla.

La mañana de la invasión llegó sin más, BaekHyun apenas pudo dormir las últimas dos noches, se repetía a sí mismo el plan para retomar el trono, pensando en que se olvidaría de un punto importante. Ligado a esto, pensaba en un plan de emergencia, pero todos los que había ideado en su cabeza, terminaban resultando muy ambiguos.

Su corazón se había acelerado desde el momento que escuchó a las tropas reunirse a las afueras del palacio de South Wind, teniendo a SeHun como la cabecilla del pelotón. El alistarse pareció una eternidad, nunca usó una armadura, y se sintió completamente ridículo por ello, y sin saber como lo hizo exactamente, ya estaba listo para recuperar lo que le pertenece por derecho de nacimiento. Rápidamente se reunió con los demás, buscó con a su alrededor a ChanYeol, no tomando mucho tiempo en ello. En primera fila, risueño y platicando con algunos soldados que aparentemente estaban asustados por la misión, y de seguro, ChanYeol les ayudaba con palabras de aliento.

BaekHyun sonrió como un tonto al verlo, ChanYeol siempre fue alguien que se preocupaba por la gente que lo rodea, lo comprobó con su arduo trabajo en la granja para proveer en su hogar, o las casi nulas monedas que recibía por su mercadería, sólo para que todos tuviesen un fácil acceso al alimento.

La sonrisa de ambos desapareció cuando se miraron fijamente, es como si el tiempo se hubiera detenido y el resto se haya esfumado. El mayor comenzó a acercarse al otro, logrando notar al rubor que se comenzaba a formar en sus tiernas mejillas, simplemente una vista maravillosa.

-Es un buen día para morir, ¿No lo crees, principito?- Dijo en broma.

-Nadie morirá.- BaekHyun habló con determinación.- Además, hiciste una promesa ¿Lo recuerdas? Si mueres, iré a buscarte al inframundo y te ataré como si fueses un cachorro.

Aquello le pareció a ChanYeol algo escalofriante, pero a la vez, extremadamente adorable. La tierna mirada que le dirigía su príncipe le llenaba el corazón de dicha, sus palabras ciertamente posesivas le hizo sentir mariposas en el estómago, y le fue inevitable sonreír como un idiota.

-No habrá necesidad de hacerlo, BaekHyun, saldremos de esta, y en la noche, estaremos disfrutando de un gran festín por nuestra victoria.

La plática hubiera continuado, pero la verdad, no hacía falta palabras para expresarse con el otro, habían pasado tantas cosas el último tiempo, y prácticamente se conocían hace años, lo que sólo convertía las palabras en un aditivo que a veces era necesario, y otras veces, como ahora, no se solicitaban.

El mundo en el que ambos se encontraban desapareció cuando escucharon los gritos de SeHun, quién dio la orden de comenzar a marchar hacia Lumalia. Antes de dar el primer paso, BaekHyun y ChanYeol se miraron una última vez antes de dar el primer paso, el primer paso a restablecer el orden que fue alterado.

BaekHyun sentía como su corazón se aceleraba con cada paso dado. El camino que habían tomado es aquel que iba directo a Lumalia, por lo cual se percató que el trayecto es mucho más corto que la vez que fue con ChanYeol a South Wind a través del bosque. El Reino de los vientos había quedado atrás hace horas, el sol también había decidido iniciar su tarea de alumbrar a humanos, BaekHyun no sabe cuánto exactamente falta para llegar a su reino, pero algo en su corazón, le decía que el momento de la verdad se iba acercando, como una silenciosa serpiente que se arrastra por el suelo, o la cautela de una leona que acecha a su presa.

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