Pasó un año más, y aún seguía viviendo con el trauma, pero esta vez era diferente porque ya él sabía que no era tan tonta, él estaba consciente de que conocía la verdad, sin embargo, no dejaba de visitar mi habitación cada noche. Cada vez que escucha que la puerta intentaba ser abierta, me levantaba rápidamente y me ocultaba en el armario. Estuve dos años haciendo eso.
Hasta que un día se me ocurrió tener una noche de chicas, invité a una amiga, vimos películas, nos pintamos las uñas, engullimos grandes cantidades de comida chatarra, en fin, hicimos todo lo que se suele hacer en la pijamadas para que nuestra noche fuera perfecta, y así fue, fue perfecta hasta que nos quedamos dormidas.Esa noche él volvió a entra a mi habitación e hizo de las suyas. Mi amiga lo vió, me despertó y me contó todo. Yo empecé a llorar y fingí que ese había sido la primera vez que había entrado y hecho daño.
Fui al baño para chequearme y lavar mi rostro con agua fría, ya que mi amiga estaba muy asustada. Quería pedirle ayuda, quería confesarle que no era la primera vez, que había hecho eso desde hace años, pero no tuve el valor suficiente como para enfrentarme a la realidad y al llegar la mañana la dejé sin contarle la verdad.
Omití lo que había ocurrido, como siempre y seguí en mi rutina, pero una noche ya a punto de irme a la cama, mi hermano toca la puerta, lo dejo entrar a pesar de que tenía en su rostro una expresión que jamás había visto. Se sentó en una esquina de la cama y me dijo:— ¿Es cierto eso? —no me miraba a los ojos. No dejaba de apretar la mandíbula.
— ¡¿Qué cosa?! —mascullé.
—No finjas que no sabes de que hablo —su mirada se encontró con la mía—.Ya lo sé absolutamente todo. Tu amiga me lo comento, —paso una de sus manos por su rostro, como esperando que todo fuera mentira—. Solo necesito que tú me lo confirmes.
—S-Sí —apenas pude pronunciar la palabra. Sentía que mi garganta quemaba. NO quería llorar frente a mi hermano, quería demostrarle lo fuerte que podía ser, pero las lágrimas sencillamente me traicionaron si se deslizaron por mis mejillas dejando un rastro húmedo y tibio.
— ¡¿Por qué no dijiste nada?! —estaba completamente alterado—. Yo te hubiese ayudado, ¡Por Dios!
—Lo siento —mi voz pendía de un hilo—. Tenía mucho miedo.
Se quedó unos segundos en silencio y a continuación se levantó de la cama y salió azotando la puerta fuertemente.Yo, me quedé ahí inmóvil y llorando hasta quedarme dormida. Recuerdo que esa noche dormir como bebé.
Al despertar mi hermano mayor me llama a la sala, mi corazón golpeaba con brutalidad mis costillas, dándome a entender que estaba asustada. Daba vueltas en mi habitación, no pensaba salir, hasta que mi hermano me llamo con más fuerza, y me armándome de valor bajé. En la sala se encontraba mi madre, mi padrastro y hermano, permanecí situada a un lado de la chimenea en silencio, todos me miraban atentamente, pero en lo único que podía pensar era en lo mucho que odiaba al hombre que mi madre tanto amaba.
Mi hermano empezó a narra la historia, mi madre estaba inmóvil y pidiendo explicaciones, su marido dice que todo es mentira, que era una tonta historia que nos habíamos inventado. Ella le cree a él, lo que no me sorprende, sabía que lo elegiría a él antes que a mí.
Han pasado seis años desde que mi familia sabe lo que ocurrió por tanto tiempo en la oscuridad de mi habitación, pero parece no inmutarle a ninguno, salvo a mi hermano.
Aún no puedo comprender como es que mi madre prefirió a su repugnante esposo, antes que a su hija.
Es extraño ¿verdad amigos? Esta es mi historia, un pequeño secreto de la oscuridad.
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Secreto de la oscuridad
Mystery / ThrillerSoy una chica tan común como corriente, sin embargo, hay algo que me aterra, y mucho; las manos me causan pavor. Sí, ya sé que suena extraño, y hasta un poco loco, pero, lo que vivo por las noches me hace desconfiar tanto de mí como de otras persona...