—¡PAPÁ!, ¿QUÉ RAYOS TE PASA?
Enojada y totalmente empapada, por culpa del balde de agua fría que el arrojo le gritó.
—¿No tenías maneras más ortodoxas de levantarme? —digo con sarcasmo.
Él simplemente se ríe y me replica.
—Levántese señorita, es tarde y tienes que ir a clases.
Me levanto de la cama directo a la ducha, mientras dejo que el agua fría recorra mi cuerpo, pienso en ese beso del chico misterioso, ¿Cómo se me ocurrió no darle mi nombre? Estoy bien tonta de verdad, me visto con lo primero que encuentro y salgo a la cocina donde me espera mi papá y Abby.
—Señorita, toma asiento —Mi papá con un tono serio me replica.
Como perro regañado me dirijo a la silla sin protestar, dónde me espera un jugó de tomate y una aspirina para el dolor de cabeza.
—Ay papi, no te merezco — Le dedicó una mirada de agradecimiento.
Abby con sus lentes de resaca y un vaso de jugo afirma:
—Si, tu papá es un amor, hasta que se le ocurrió arrojarme un balde de agua fría para levantarme.Mi papá y yo nos echamos reír y entre risas le digo.
— Tranquila amiga, no fuiste la única.Cogemos nuestro desayuno y antes de salir de la puerta, mi padre me dice:
—Audrey, recuerda que hoy es la cena con Mónica y sus hijos.
Pongo los ojos en blanco y con una sonrisa forzado le replicó.
— Si papá, lo sé.Y entonces me lanza una bomba que no esperaba, Dios ¿Qué te hice yo?
— Otra cosa hija, tú vas a preparar la cena.—¿Qué?, ¡PAPÁ!, ¿ES EN SERIO?
—hago un puchero, pero ni así logro persuadirlo.—Nos vemos en la tarde hija. —dice con una sonrisa satisfecho.
Con el ceño fruncido y a regaña dientes le fuerza una sonrisa.
— Ok.Sin decir más nos vamos a la universidad, esperamos al profesor de diseño de elementos en el salón.
—¿Audrey? —Abby curiosa llama mi atención, mientras intento realizar algunos apuntes.
La miro de reojo y le suelto.
—¿Qué paso?
Me obliga a dejar lo que estoy haciendo, me agarra por los cachetes y me replica
—Cuéntame todo del enmascarado que tenías sujeto del cuello.
Con una risa nerviosa le respondo.
—Pensé que no nos habías visto.
—Yo lo veo todo cariño, soy así como ...
La interrumpo y termino su oración.
—¿Una bruja? —No puedo ocultar la risa.
—No, yo iba a decir más como una psíquica.
Le volteo los ojos y respondo sin ánimos.
—La verdad, no sé ni su nombre —Con una sonrisa tímida le suelto.
—Pero me besó, me dijo que esperaba volverme a ver.Ella entorna los ojos hacia mí y me replica.
—Niña, ¿No se te ocurrió por lo menos pedirle el nombre?, semejante bombón que además está interesado y lo dejas así no más, no muñeca, eso no te lo enseñe yo.En eso llega el profesor y nos concentramos en la clase, de vez en cuando, Abby me mira decepcionada y yo solo le devuelvo una sonrisa, después de culminar las clases nos vamos a una cafetería junto a la universidad, Abby pide una merengada de fresa y yo una de chocolate.